Llama batió sus cuatro alas doradas claras y se alejó rápidamente. Su agilidad era muchísimo mayor que la de Momon, Zorda, Walter, Maximiliano y algunas otras personas que la perseguían, pero debido a los ataques continuos que Walter y los demás le lanzaban, tenía que cambiar su dirección de vuelo cada pocos segundos, lo que reducía enormemente su velocidad.
Debido a los ataques continuos, Llama no podía volar a su máxima velocidad y Maximiliano, quien era el más rápido entre las personas que la perseguían, pronto la alcanzó.
—Deberías rendirte
Llama no dejó que Maximiliano terminara su oración después de alcanzarla y alzó una de sus manos hacia el cielo.
—¡Aniquilación del Meteoro Llameante!
¡Fwishhhhhhhh!
Un rayo de fuego dorado claro salió de su mano hacia el cielo y se convirtió en un gigantesco círculo mágico justo debajo de las nubes sombrías.