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—Maestro Thomas, los dos elfos que mencionó están actualmente en la sala número veinticinco —dijo al entrar en la habitación. Ella era la misma empleada que había guiado a Evan y Cedro al salón de pujas privado.
Al oír a la mujer alada, Thomas no la miró y simplemente agitó su mano, indicándole que se fuera.
Una vez que la mujer se fue, Thomas respiró hondo y sus ojos rojos brillaron.
Después del incidente en la posada, había preguntado a los tres vampiros sobre Cedro a quien habían visto saliendo del Bosque Oscuro.
Los tres vampiros estaban confundidos cuando Thomas de repente les preguntó sobre Cedro, pero le contaron cómo había dejado el Bosque Oscuro con una persona que parecía un medio elfo.
