León miraba el teléfono con el rostro pálido.
Tenía miedo de lo que le sucedería, ahora que había fallado en completar la misión una vez más.
Aunque no conoce la magnitud del poder del gremio oscuro, por lo que vio durante todo este tiempo, sabía que si ellos quisieran matarlo, sería tan fácil como matar a un pollo.
Valery todavía estaba bien porque ellos no querían matarla, si quisieran, él estaba seguro de que ella ya habría muerto hace tiempo.
Todavía recuerda la horrorosa escena que vio la última vez que visitó el gremio oscuro.
Al principio pensó en ignorar la llamada, pero sabía que sería como cavar su propia tumba.
Después de un momento, fortaleció su corazón y contestó la llamada.
—H-hola —dijo León con voz temblorosa.
—Así que aún estás vivo —sonó una voz femenina fría desde el otro lado del teléfono.
Al escuchar la voz León rompió a sudar frío y no dijo nada.
