Después de follar a Freya y Kia, era hora de la mamada matutina.
Todos se sentaron a la mesa para desayunar y Gia se metió bajo la mesa donde desabrochó mis pantalones y comenzó a masajear mi pene con sus manos.
Después de masajear por un rato, Anon dio dos golpecitos con el pie en el trasero de Gia como señal para que empezara a chuparlo.
Tal como una aspiradora, ella comenzó a succionar mi pene con una presión máxima.
—Oh, tus mamadas realmente están mejorando —dijo Anon.
Ella aprendió este nuevo truco donde succiona mi pene con tanta presión que sus mejillas se pegan a la parte superior de la cabeza de mi pene y luego empieza a masajearlo con sus dedos desde el exterior, mientras mueve su boca arriba y abajo.
Cada vez que hace eso, Anon se siente pleno.
*Golg* *Gloglp* ella hacía tanto ruido al hacer esto que hasta las personas fuera de la casa podían oírlo.
De repente Anon agarró la cabeza de Gia con ambas piernas y las dobló alrededor de su cuello.
