—¿Qué contrato? —preguntó Anon.
—Un contrato para que la otra parte firme para la competencia.
—Ah... ¿entonces cuándo es el combate?
—En unas 3 horas —Freeda habló mientras miraba su reloj.
—Bueno, ¿voy a competir contra esa señora?
—Sí y tus posibilidades de ganar están cerca del 3%.
—Veamos.
—Anon, en esta casa siempre encontrarás duelos, pero este duelo no es un simple duelo sino un combate a muerte.
—Sí, sé lo que es un combate a muerte —Anon interrumpió.
—No, quiero que te des cuenta de mi posición en esta casa. Soy la última y la séptima hija de esta casa. Nadie espera que siquiera sea comandante de un ejército, así que olvídate de convertirte en líder de la casa. También renuncié a la esperanza de convertirme en Líder y decidí aprender artes marciales en la academia, pero fue entonces cuando te vi.
Anon, que estaba escuchando su conversación, parecía algo aburrido.