```
—¿Cómo diablos hiciste eso? —preguntó Freeda mientras caminaba con Anon por el pasillo.
—¿Qué puedo decir? Simplemente soy especial —dijo Anon con una sonrisa astuta.
—Todos se sorprendieron más cuando aplastaste la mitad del cuerpo de mi hermana en el maldito suelo más de lo que lo hicieron cuando ganaste la lucha contra Veneca —dijo ella sonriendo.
—¿Tu familia siempre hace este tipo de combates a muerte?
—No, pero actuaste excelente para ser tu primer día.
—Gracias, señora —dijo Anon con una sonrisa.
—Te tomaste un tiempo terriblemente largo en el baño después, eh... ¿Te asustaste demasiado o algo así?
—Intenta pelear con Veneca y pasarás un día en tu inodoro.
—No puedo, ella está muerta. Qué pena.
—Jajaja —ambos se rieron.
—Bueno, ya es de tarde, puedes irte ahora. Ah, y una cosa más, trata de no hacer eso con ninguno de mis otros hermanos o la próxima vez no saldrá bien —dijo ella con una expresión seria.
—Lo tendré en cuenta, mi señora.
