—Mierda... siempre es deprimente, no importa cuántas veces lo mire —suspiró Carter con pesadez.
Carter Williams caminaba hacia casa desde el trabajo en un frío día de invierno, mirando su mísero cheque de pago y calculando los gastos para el próximo mes.
«Bueno, qué más da. Tendré que arreglármelas como siempre» Pensó antes de sacar sus auriculares Bluetooth del bolsillo.
Estos eran la única cosa bonita que poseía y había ahorrado durante meses solo para comprarlos.
Colocando los auriculares en sus oídos continuó su caminata a casa mientras escuchaba un nuevo álbum que se lanzó esta mañana.
En el camino a casa, Carter pasó por muchas parejas jóvenes y la amargura que sentía en su corazón al mirar su escaso cheque solo aumentó con estos constantes recordatorios de su eterna virginidad sonriendo frente a su cara.
Carter no era particularmente atractivo.
Era un joven de piel morena y baja estatura, ligeramente sobrepeso y con un rostro redondo plagado de acné.
Su única cualidad redentora eran sus brillantes ojos color almendra que brillaban como pozos de oro bajo el sol, pero incluso estos estaban ocultos detrás de un grueso par de gafas.
¡Bang!
Carter sin querer se topó con una pareja joven mientras soñaba despierto con guerras de cama y derribó a una chica de su edad, causando que ella derramara la bebida que llevaba sobre las impecables Nikes blancas de su novio.
—Mierda! Lo siento mucho, ¿estás bien? —preguntó Carter con claro pánico en su voz.
—¡No, no estoy bien, gordo de mierda! ¡Me has tirado! —La chica le gritó a él con claro disgusto.
—Lo siento, lo siento, yo...
¡Paf!
Carter no llegó a terminar su frase antes de recibir un puñetazo en la mandíbula que lo envió volando hacia atrás.
El novio de la chica se había recuperado del shock inicial y estaba hirviendo de ira. Acababa de comprar estos zapatos para verse perfecto en esta cita que había estado planeando desde hace tiempo y ahora ¿un gordo nerd iba a arruinarlo? ¡De ninguna manera iba a dejarlo pasar!
—¡Pedazo de mierda cómo vas a compensar esto, eh?! —El novio dio dos pasos para alcanzar a Carter al instante y puso su pie en el pecho del joven que todavía luchaba por mantener su conciencia después del puñetazo sorpresa que había recibido.
Para entonces ya se había formado una multitud alrededor de los tres individuos, pero nadie salía en defensa de Carter.
Por el contrario, la gente incluso estaba grabando y empezaba a hacer chistes, mientras Carter yacía en el suelo con un pie en su pecho.
—Lo sie... ¡Crack!
Carter intentó disculparse de nuevo, pero de nuevo fue interrumpido antes de que pudiera terminar su sincera disculpa, siendo asaltado por la sensación de su esternón siendo pisoteado.
—¡AGHHHH!
—Oh, lo siento amigo, ¡mi mal! Con todo ese acolchado que tenías en el pecho no pensé que realmente rompería algo —la sonrisa maliciosa en su cara no podía ocultarse por más que lo intentara, pero estaba claro que tampoco hacía mucho esfuerzo.
Para entonces, Carter ni siquiera podía escucharlo. Estaba en tanto dolor que todo su mundo giraba. El pobre chico ni siquiera podía recordar dónde estaba y respirar se hacía cada vez más difícil.
—¿Derek podemos irnos? El ambiente está más que arruinado y tengo frío —la novia se había levantado del suelo y caminaba detrás de su novio tratando de que se fueran.
Aunque nada de esto era por el bien de Carter.
Ella le estaba siendo infiel al bastardo y con todas las cámaras afuera estaba extremadamente preocupada de ser descubierta por su otro novio, con quien se suponía que se vería pasado mañana.
—¿Eh? Ah, claro Ash —el hombre dominante y opresor de antes ya no estaba y casi inmediatamente retiró su pie del pecho de Carter y se unió al lado de su novia.
Aunque, no sin antes registrar a Carter y tomar el poco dinero que tenía encima.
—Tsk, es un pobre bastardo esto ni siquiera es la mitad suficiente para comprarse un par de zapatos nuevos —le dijo a Ash mientras se alejaban de la escena.
—¿Qué esperabas amor? Viste su ropa de mierda. Deberías haber sabido que no tendría dinero de verdad —Ash rió con diversión retorcida mientras agarraba el brazo de Derek y apoyaba su cabeza en su hombro.
—Pero luciste muy sexy ahí afuera... Vayamos a tu casa y te daré una buena recompensa por haberme defendido —Derek se encontró deseando que los gordos perdedores se toparan con su novia todos los días si traían este tipo de bendiciones.