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Mientras se mezclaban con la Familia, Iván y Román se mantuvieron cerca del lado de Wolfe, presentándolo a los distintos miembros importantes de la familia, ya que el único adulto, además del Tío Iván, que él conocía bien era Johnny, su jefe en la empresa de mensajeros.
Su jefe, usualmente ruidoso y vulgar, era bastante educado y comedido ante los dos ancianos, y Wolfe notó que era uno de los pocos hombres ricos que no llevaba guantes, a pesar de su edad y el respeto que recibía de los demás.
—Tú conoces a Johnny, ¿sí? Se casó con la hija de Román, Junio —le dijo el Tío Iván a Wolfe con un tono de aprobación en su voz.
—Efectivamente. He sido mensajero en su empresa durante varios años ahora —Wolfe informó a los dos hombres mayores.
—No es un mal comienzo. Los mensajeros construyen mucho músculo que será útil más tarde en la vida. Especialmente una vida como la nuestra. Pero podemos hablar de rutinas de ejercicios después de la cena. Debería ser hora de que las damas regresen pronto, y podemos comer —Román lo elogió.
—Ven y siéntate a mi lado para que pueda presentarte a todos —el Tío Iván le instruyó a Wolfe, cortando su conversación sin ningún rastro de emoción en su rostro o en su voz. Esta era su cara de negocios, preparándose para demostrar su posición como cabeza de la Familia frente a los invitados reunidos.
Wolfe era consciente de que el asiento junto al Patriarca era un honor, pero la expresión en el rostro de Johnny decía que subestimaba cuánto honor era. El jefe de la empresa de mensajería estaba casi verde de envidia, ya que en todos los años desde que se había casado en la familia, nunca había sido sentado junto al Patriarca. Aún así, el chico que trabajaba para él obtuvo el honor la primera vez que asistió a una cena después de su decimoctavo cumpleaños.
Wolfe conoció a algunas de las damas en su camino hacia la cabecera de la mesa, donde se sentó entre Iván y Román a la vista clara de cualquiera que mirara hacia el Patriarca. Había una mujer joven al lado de Román, junto a Johnny, que debía ser Junio, la hija de Román, pero en su mayoría, Wolfe ya había olvidado los nombres de los otros adultos y su relación con la familia.
—Bienvenidos de nuevo, Familia Noxus. Es bueno ver que tantos de ustedes pudieron venir este mes, ya que tenemos un evento especial hoy —Iván saludó a los invitados reunidos—. Wolfe acaba de cumplir los dieciocho, y después de un poco de entrenamiento, tenemos grandes esperanzas de que tomará su lugar en la familia principal. Por favor trátenlo bien y háganlo sentir como en casa como el más joven de sus pares.
Wolfe pudo ver algunas miradas de envidia ante la noticia, todas de hombres sin guantes, los cuales Wolfe acababa de darse cuenta de que eran la marca de los hombres de la Familia Principal, aquellos que al menos podían sentir el maná.
Una mirada entre la multitud era muy diferente a las demás y ciertamente no parecida a las envidiosas que estaba recibiendo de los hombres. Una mujer con una blusa de cuello alto que enfatizaba su cuello y hacía que sus mejillas regordetas parecieran aún más grandes estaba dándole una mirada hambrienta que le ponía la piel de gallina a Wolfe.
No lujuria, aunque era parecido. La expresión en su rostro era de pura codicia, como si fuera un premio a ser reclamado.
Estaba sentada con una mujer mayor que debía ser su madre y con un hombre en un traje caro que había llegado justo a tiempo para la cena. Había una mujer mucho más pequeña a su lado, a la que Wolfe habría llamado una adolescente si no fuera porque estaba aquí en la mesa de los adultos.
Esa miraba directamente a su plato, pero Wolfe podía ver que estaba escuchando la conversación. Esperaba que aprendiera algo de valentía pronto, la Familia Noxus no era lugar para los cobardes.
—Veo que has notado a Melodía y su hermana. Melodía terminó su tiempo en la Academia de Brujas el año pasado. Desafortunadamente, no logró pasar su primer año para ser reconocida como una bruja competente y obtener los beneficios, pero hay una buena posibilidad de que sus hijos puedan activar el gen —Román presentó a la joven de cara regordeta con un atisbo de orgullo.
Cuando las Brujas tenían hijos con no Brujas, la descendencia solía tener magia más débil hasta que eventualmente no eran Brujas en absoluto. Melodía era uno de esos casos, pero siempre había la posibilidad de que un prodigio naciera de ella y su futuro esposo y catapultara a la familia a la Nobleza.
Esa posibilidad sola la convertiría en una Soltera muy deseable para los hombres jóvenes con mentalidad de ascenso, y estaba claro por su actitud altiva que ella lo sabía.
—Wolfe asintió educadamente, luego miró a la hermana menor, quien había levantado la cabeza lo suficiente como para mirarlo por un momento.
—Es un placer conocerlas a ambas. No creo haber captado el nombre de la otra hermana —Wolfe les dijo.
—Ella es Casandra, que prefiere que la llamen Cassie. No habla mucho, pero también será enviada a entrenamiento este semestre —respondió su padre en su nombre, dando a la hija silenciosa una mirada tierna.
—Ya que las dos academias de entrenamiento comparten un campus, tal vez puedas estar al tanto de ella. Te daré los detalles después de la cena —el Tío Iván anunció, provocando que todas las miradas en la sala se dirigieran a Wolfe.
Pero el hombre en cuestión no tenía ni idea de lo que estaba pasando aún. Aparte de algunos videos alterados de Ídolos Brujos, nunca había mostrado interés alguno en conocer sobre las vidas y el entrenamiento de la Nobleza. Hasta hoy, tampoco había estado demasiado preocupado por las tradiciones de la Familia Noxus para sus miembros principales. Lo que sí sabía era que el Tío Iván le iba a decir algo después de la cena, y el entrenamiento de la familia debía ser parte de ello.
Melodía parecía más que un poco agria ante la noticia de que Wolfe y Cassie iban a ser entrenados juntos, pero Wolfe no podía ver qué tipo de entrenamiento los tendría emparejados de una manera significativa.
Sabía que a los hombres de la Familia Noxus se les entrenaba para luchar en varias academias. Eso no era ningún secreto. Toda Familia de Crimen enviaba a sus jóvenes a ser entrenados si parecían lo suficientemente prometedores como para unirse al negocio familiar.
Hoy había aprendido que muchos de los Ancianos Noxus tenían afinidad por el maná, pero a menos que todo lo que sabía sobre la exterminación total de los Magi durante la gran guerra fuera una mentira, no podían usar la magia en realidad. Más importante aún, sonaba como que Cassie iba a intentar desafiar las pruebas de competencia de Bruja, y eso ciertamente no tenía nada que ver con él, ya que los brujos masculinos tampoco podían usar la magia.
La cena transcurrió rápidamente, con todos conversando amablemente para ponerse al día sobre las noticias del mes, y el final de la comida llegó demasiado repentinamente cuando el Tío Iván se levantó de su silla y hizo una señal para que Wolfe y Román lo siguieran fuera del comedor.
Los invitados alrededor de la mesa se pusieron de pie para hacer una reverencia mientras él se iba, luego volvieron a sus postres y chismes, mucho más relajados ahora que el jefe de la familia se había ido.
—El Tío Iván los llevó a su estudio personal, luego activó el filtro de ruido blanco y cerró la puerta con llave, insonorizando la habitación para protegerse contra cualquier intento de escuchas.
—Lo que tengo que decirte no debe salir de esta habitación. En todos los siglos que la Familia Noxus ha estado en la Ciudad, trabajando para recuperar lo que perdimos durante la guerra, solo dos hombres han nacido con un Linaje Magi lo suficientemente fuerte como para reunir Maná.
El primero fui yo. El segundo, sospecho, eres tú —dijo.