Localizando de dónde venía el sonido, parecía que era hacia el gran edificio a su derecha, el lugar al que originalmente iba a dirigirse.
«Solo un tonto se dirigiría hacia un grito como ese», pensó Raze. «Eso es solo una receta para que te maten. No estamos en algún tipo de película de terror. Entonces, es mejor que me mantenga alejado de eso».
Con este pensamiento en mente, Raze decidió continuar explorando la plataforma exterior que iba a lo largo del lado del gran edificio. Sin embargo, el ruido le molestaba a Raze, y por varias razones.
Uno, esto era un portal a otro planeta, uno con las mismas criaturas con las que se había encontrado cuando atravesaba portales en Alteriano. Ni una sola vez se habían encontrado con otro humano.
«Entonces, ¿eso significa que hay otro mago aquí haciendo una caza también? Las criaturas aquí no parecen ser de alto nivel, así que como mucho los magos estarían alrededor de 2 estrellas. Aunque, también podría ser alguien que es simplemente de este planeta, sería la primera vez».
Pronto, Raze tuvo que detenerse en medio de sus pensamientos, ya que la misma criatura de antes apareció detrás de una de las cajas, gruñendo y mirándolo con sus ojos penetrantes.
—Entiendo cómo te sientes. Maté a tu amigo antes, ¿verdad? ¿Era tu tía, hermano quizás? Mira, hagamos un trato, si no me atacas, yo no te atacaré, ¿de acuerdo? —Casi inmediatamente después de decir esas palabras, la bestia saltó hacia él de nuevo justo en el aire. Los monstruos de otros mundos, si eran iguales, a menudo atacaban de la misma manera.
Al mismo tiempo, casi siempre eran hostiles con cualquiera que encontraban; era matar o morir. Así fue cómo descubrieron por primera vez el uso de los cristales en sus cuerpos.
En lugar de rodar para alejarse, Raze esperó el momento adecuado y posicionó sus pies, tal como lo había hecho en el entrenamiento. Luego, saltando con su pie trasero y pisando con su delantero, lanzó un puño. Un aura oscura fluyó de él.
—¡Pulso Oscuro! —El puño pulsó y disparó la magia con más fuerza que antes, arrancando la mitad superior de la cabeza del perro, matándolo de un golpe y haciéndolo caer al suelo.
—El resultado de agregar el cambio de dos pasos, al lanzar un puñetazo, amplifica el pulso oscuro. Incluso si no hago contacto directo, es más fuerte de lo que pensaba.
Al igual que antes, la esencia oscura se elevó de la criatura muerta y fluyó directamente hacia Raze. Cuando se conectó con su núcleo oscuro, el anillo en su dedo también se iluminó.
[16/250 esencia oscura absorbida]
El anillo oscuro tenía otro efecto: al haberse conectado con su núcleo oscuro, le daba una mejor forma de rastrear su afinidad con el atributo oscuro. Ahora, al cultivar la esencia oscura o al matar criaturas, tendría una idea de cuánto se estaba fortaleciendo su magia oscura.
Por ahora, había un límite, pero cada vez que aumentaba su nivel de mago estrella, el límite también aumentaba, permitiendo que su magia oscura creciera aún más fuerte que antes.
[Una porción de tu mana ha sido restaurada]
El otro efecto del anillo también se había activado, permitiéndole usar la habilidad pulso oscuro de nuevo. Pero había algo que no se había recuperado, y eso era su resistencia.
—Usar el cambio de dos pasos, debido a este débil cuerpo, cada vez que lo uso con el pulso oscuro, su efecto se debilitará. Creo que este cuerpo solo podría hacerlo perfectamente unas tres veces. Además, esta nomenclatura es un poco confusa. Vamos a llamarlas simplemente pulso oscuro y ataque oscuro por ahora.
Para un mago, decir los hechizos era una parte importante de la ejecución de los mismos. Uno tendría que tener una imagen de la formación del hechizo en su mente cuando produce la habilidad que dijo.
Asociar una palabra a cada formación permitía que la imagen apareciera fácilmente en su cabeza, dándoles la oportunidad de usar los ataques más rápido con la formación correcta. Esencialmente, uno conectaría la palabra con la formación, y era mucho más fácil recordar la palabra que la imagen de la formación en su cabeza.
Se había obtenido otro cristal y lo mejor era que este cristal era todo suyo para usar. No necesitaba usarlo para crear un objeto; en su lugar, podría usarlo para aumentar sus propios poderes mágicos.
Puesto en cuclillas, Raze estaba admirando el cristal en su mano con una gran sonrisa en su rostro.
—¡Detente ahí! —una voz gritó desde atrás, ligeramente aguda, sonando como una mujer.
—No me digas... Decidí caminar por el lugar para evitar a todos —murmuró para sí mismo.
—¡No tienes permiso para estar aquí! ¿Quién eres? ¡Declara tu nombre y de dónde eres! —exigió la persona.
—¿No tengo permiso? —dijo Raze, poniéndose de pie y volteándose—. Quería ver qué tipo de persona podía ser tan atrevida como para hacer tal afirmación.
—¿Eres el dueño de este lugar o algo así? ¿Quién eres tú para pedir permiso? —preguntó Raze, ya que su ira se había apoderado ligeramente de él—. La forma en que la persona habló le recordó a los muchos magos arrogantes que despreciaban a todos los demás.
Los bastardos hipócritas en la torre que predicaban todo tipo de cosas, pero luego hacían lo que querían.
Al ver a la persona frente a él, Raze se sorprendió relativamente por lo que vio. Era una mujer joven, hermosa además. Su pelo negro liso estaba recogido en una cola de caballo, mientras que una parte de su flequillo sobresalía a un lado.
Sin embargo, su piel parecía brillar incluso en esta luz, pero lo sorprendente no era su belleza. Raze había visto muchas magas bellas, especialmente algunas que usarían la magia para realzar su apariencia y cambiar con las modas. ¡Crear labios grandes un día, grandes traseros al siguiente, e incluso rodillas grandes en un momento se había convertido en una moda!
Lo que sorprendió a Raze era lo que llevaba puesto. Estaba cubierta con un material de tela de tipo blanco y dorado. Era ajustado alrededor del pecho y la cintura, pero un poco suelto alrededor de los brazos, y en su mano apuntando justo hacia Raze había una espada.
—Esto, ella claramente no es una maga, casi parece como... —pensó Raze.
—¡Debes responderme! —exigió la mujer de nuevo—. ¡Este área es propiedad del Clan Amanecerfilo! Declara de qué clan eres. Si no puedes responderme, te eliminaré aquí mismo, lo juro por mi nombre, Beatrix Highborn!
Ahora estaba muy claro, Raze estaba seguro de ello, esta persona era del mismo mundo que él, ¿no del mundo de los magos, sino del mundo de las artes marciales? ¿Acababa de teletransportarse a una zona diferente?
No, estaba seguro de ello por el color de la luna, este era otro planeta, así que ¿por qué había un Guerrero Pagna frente a él?
—Raze se preguntaba si debería mencionar el nombre del clan Brigada Roja o decir ningún nombre en absoluto, ya que técnicamente no era de allí. También no tenía idea de qué etapa estaba este guerrero.
Al final, Raze decidió arriesgarse.
—Soy de este planeta —respondió Raze.
—¿De este planeta? Entonces no eres más que una bestia disfrazada de humano, ¡debes morir! —Beatrix avanzó con su espada apuntada. Fue a una velocidad increíble. Estaba claro que ella era capaz de usar Qi, y su suposición sobre que era una Guerrera Pagna era correcta.
—No puedo evitar esto... este cuerpo es demasiado lento, no tengo otra opción.
Raze no tenía habilidades que pudieran moverlo rápidamente fuera del camino, ni tenía magia. Así que hizo lo único que podía hacer. Se puso en posición y avanzó.
—El cambio de dos pasos, así que él es un Guerrero Pagna —pensó Beatrix—. Pero eso es una habilidad tan básica. ¿Por qué alguien usaría eso en esta situación?
—¡Ataque oscuro! —gritó Raze, lanzando su puño, acumulando su magia.
Los movimientos eran simples, demasiado simples y Beatrix pudo evitar el golpe, e en lugar de eso, empujó su espada hacia adelante con su Qi, justo hacia el pecho de Raze.
—Pensé que harías eso, ir directo al pecho y apuntar a matar... no tengo otra opción, consumirá casi todo mi mana, pero tengo que sobrevivir —¡Corazón oculto!
La espada golpeó a Raze justo en el pecho y su cuerpo entero fue enviado volando por el aire. Su cuerpo atravesó el gran edificio que estaba a su lado, y ya no estaba a la vista de Beatrix.
—Eso se sintió un poco extraño —pensó Beatrix, mirando su espada. Estaba bien, pero lo que más le preocupaba era su propio hombro. Aunque el puño no había conectado, algo más lo hizo.
—¿De qué clan o facción era?