Murtagh hizo una reverencia, sus rizos rojos cayendo sobre su amplia frente.
—¿Qué te trae por aquí, Haldir? —preguntó Íleo mientras caminaban hacia la mesa angosta donde el desayuno estaba dispuesto de manera bastante lujosa.
Anastasia notó que aparte de Aidan, Guarhal, Tadgh y Kaizan, había cinco hombres que estaban de pie de su lado.
Íleo tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella mientras caminaba hacia la mesa y no soltó su mano ni siquiera al sentarse. ¿Estaba intentando hacer una declaración?
Murtagh se sentó a la izquierda de Haldir mientras Aidan a su derecha.
—¿Dónde está Darla? —preguntó Murtagh.
—Ella está enferma —respondió secamente Aidan, sin mirar a Murtagh.
Íleo movió su mirada hacia Haldir y dijo —¿Qué te hace venir a buscarme, Haldir? ¡Sé cómo regresar a Draoidh! —Se rió entre dientes.