Después de almorzar, Regan le pidió a Evelyn que volviese a su habitación.
Esta vez, Evelyn decidió no desafiarlo. Se fue a su habitación a descansar ya que se sentía cansada.
Regresó una hora más tarde.
Se sorprendió al escuchar el sonido melodioso de una flauta que parecía venir del balcón de las cámaras del príncipe.
Evelyn vio a Elias de pie en la puerta del balcón y ella también fue allí.
Se sorprendió al ver que era su maestro quien estaba tocando la flauta… y la tocaba tan bien.
Tenía los ojos cerrados y aunque su máscara cubría su rostro, podía ver que se sentía sereno y en paz mientras la tocaba.
Salió de su trance solo cuando escuchó el fuerte aleteo de unas alas y luego una enorme sombra cubrió el balcón.
—Ah… ¿Su Alteza lo estaba llamando tocando la flauta? —Evelyn supuso cuando vio a Lavo aterrizar en el balcón con sus alas aleteando. Aunque ya lo había visto antes, no podía evitar sentirse fascinada por su belleza.