Cielo estaba sentada tranquilamente en la cama, con los brazos cruzados bajo su pecho. No dejaba de inclinar la cabeza de un lado a otro, tarareando mientras reflexionaba sobre algo.
—¿Él me cargó? —se preguntó, echando un vistazo a la cama donde se despertó.
Anoche, Cielo se quedó dormida en medio de la película. Había comido mucho y estaba cansada todo el día. Sin embargo, se despertó en la habitación de Dominic. Aunque él ya no estaba a su lado, el aroma y el calor que iban desapareciendo todavía estaban en el otro lado de la cama.
—Je. —La esquina de sus labios se estiró—. ¿No es dulce mi esposo?
El mero pensamiento de que Dominic la llevara de regreso a la cama dejaba una sensación de hormigueo en su corazón. Al menos no la llevó a su habitación sino a la de él. También significaba que a Dominic no le disgustaba compartir la cama con ella.
Toc toc