—¿Y por alguna razón no pensaste que esta información sería importante para nosotros? —La voz de Sebastián era fría, y Lucas y Ambrose se encontraban en un rincón, ya que no querían invitar a la muerte interrumpiendo al diablo enfurecido.
—Lo siento, señor. No sabía que él ocultaba información tan importante. Cuando lo atrapé infiltrándose en el reino, solo pensé que estaba huyendo del Reino Real —el espía se inclinó, casi arrodillándose frente a Sebastián.
—Sé que estoy equivocado, señor, pero créame, no tenía ni idea. Usted dijo que quería la foto del vampiro recientemente capturado, y pensé que sería la mejor ventaja para el propósito —el espía adelgazó sus labios mientras casi ponía su cabeza en el suelo.
Sebastián miró al hombre con una mirada meramente curiosa y suspiró.
—Entonces, ¿comenzamos nuestro interrogatorio? —Sebastián miró a los guardias, que inmediatamente entendieron lo que quería y acercaron al intruso al príncipe.