El anuncio repentino de su padre sobre la presencia de Esong fue como la súbita caída de un rayo muy cerca de ella.
Por alguna razón, eso le provocó un pánico inesperado. Pensó que tenía horas para decidir cómo manejaría cómodamente su presencia.
—¿Cómo puede llegar aquí tan rápido? —se lamentó. Miró el cielo arriba para ver lo que su padre había visto, pero no pudo encontrar ni una sola silueta ni rastro de ninguna nave espacial.
—Su nave espacial tiene capacidades de teletransportación —respondió su padre.
—Esto no es una película de Star Wars, ¿por qué está teletransportándose? —volvió a lamentarse. Parecía que en cualquier momento se desmoronaría en lágrimas. Había olvidado que nadie en esta habitación había visto nunca Star Wars antes. Ni siquiera entendían una sola palabra de lo que ella decía.
La miraban como si estuviera perdiendo la cordura.
—¿Por qué te ves asustada? —Carolyn le apartó el cabello de la cara y le preguntó. —Pensé que estarías feliz.