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Chapter 11 - ¡¿Es una vieja?!

En la mañana siguiente, cuando Kael despertó, un techo desconocido lo saludo. Aun medio dormido, intento levantarse, pero algo pesado se lo impidió.

-"Mhnnng… ¿Por qué me siento tan pesado…?" Miró hacia los lados, descubriendo la causa:

Dos mujeres, completamente desnudas, se aferraban a sus brazos, sus tranquilas respiraciones hacían cosquillas al cuerpo de Kael.

-"¿Cómo llegué aquí? Ayer estaba con Sile y… Oh." La única explicación a la que pudo llegar Kael fue responsabilizar a "ese" tipo.

-"Haa… Cada vez que pierdo la consciencia, el hace lo que quiere. Sin embargo, esto es un poco…" Su mirada comenzó a recorrer los cuerpos de ambas mujeres, esperando recordar un poco de lo que sucedió la noche anterior.

-"¿…Kael? ¿Ya estas despierto?" Una de las mujeres se separó de el lentamente, frotándose los ojos.

-"¿B-Buen día?" Kael aparto un poco la mirada del cuerpo expuesto de la mujer, que lo miraba con curiosidad.

-"¿No me digas que tienes vergüenza? No creo que sea posible luego de todas las cosas que nos hiciste anoche~" 

-"Je je~ Tiene razón, ayer estuviste tan… Salvaje." 

La otra mujer parecía llevar un tiempo despierta, esperando el momento para unirse a la conversación.

-"…" Kael estaba sin palabras. -(¿Qué rayos hizo ese tipo…? ¡Ni siquiera se quiénes son!)

-"Hay algo diferente contigo… Ayer estabas tan lleno de confianza y genial…"

-"Si, es verdad… Pero ahora, tampoco está mal. Eres muy tierno… ¿Qué dices? ¿Quieres que tengamos algo de diversión ahora mismo?" La mujer se relamió los labios de forma provocativa, y cruzó miradas con su "cómplice". Asintió y se acercaron a Kael—

-"¡Cariño! ¡Olvide algo!"

-"!!" Ambas mujeres se sobresaltaron al escuchar la voz del hombre fuera de la habitación.

-"¡E-Es mi esposo! ¿Qué hacemos? Uuuhh…"

-"Tranquilízate, si te escucha vendrá aquí y nos descubrirá. ¡No quiero que se lo diga a mi esposo!"

-"Ehh, ¿Están casadas?"

-"Shhh" Ambas mujeres silenciaron a Kael.

-"…"

-"Lo siento, pero tienes que irte. Sal por la ventana, ¡Rápido!"

-"Entiendo… lamento los problemas." Si bien Kael no tuvo la culpa, se sentía algo responsable debido a que seguía siendo su cuerpo.

Rápidamente se vistió y salto por la ventana, la cual afortunadamente no estaba muy alta.

 ◈ ◈ ◈

Luego de eso, estuvo caminando por la aldea durante un tiempo, buscando la posada.

-"Ahora que lo pienso… ¿Qué habrá pasado con Sile? Lo último que recuerdo es mi mano izquierda perforando su pecho…" Como siempre, no logró recordar nada. Era como si un vacío u abismo se formara en su cabeza cuando el "Ser" controlaba su cuerpo.

Antes de darse cuenta, llegó a la Posada del Ciervo. Incertidumbre y miedo comenzaron a extenderse por su pecho.

Unos momentos después, entro a la posada. Allí, los mismos clientes bebían y charlaban en sus mesas. Detrás de la barra se encontraba Seamus, preparando distintas bebidas con gran destreza.

-"¿Mhmm? Oh, eres tu Kael, acércate." Con su usual sonrisa amable, lo saludo y le hizo señas para que se acercara.

En silencio, Kael se acercó y tomó asiento en uno de los asientos de la barra.

-"Veo que saliste de paseo. En la mañana fui a tu habitación pero no había nadie."

-"S-Si, lo siento. Quería conocer un poco el lugar." Desvió ligeramente la mirada; mentirle a Seamus lo llenaba de culpa.

-"Ya veo, es bueno ver que alguien se interese por mi aldea natal. Lamentablemente, no hay muchos puntos turísticos, así que debió de ser algo aburrido, ¿Verdad?"

-"Oh, para nada, es un bonito lugar. Pero…" 

Notando la vacilación de Kael, Seamus le dijo:

-"Tranquilo, puedes hablar con confianza conmigo."

-"Es que… Me da la sensación de que el ambiente es algo… pesado. La mayoría de las personas parecen sin ánimos, casi sin vida."

-"Mhmm, así que es eso. Lo que pasa es que hace tiempo no vienen comerciantes por aquí, por lo cual escasean productos básicos. Intento ayudar con todo lo que pueda, pero también tengo un negocio que cuidar, y eso hace que se compliquen las cosas."

-"Lamento escuchar eso. Aun así, el Señor Seamus es muy amable, eh. No muchas personas harían algo así por alguien más."

-"Jo jo, harás que este viejo se sonroje, joven." Una risa jovial se le escapo. 

-"Pero no creo que sea amable… Solo estoy pagando la amabilidad que este lugar me brindo. Y también el favor que ella…"

-"¿Favor?"

-"Jo jo, no me hagas caso, solo son divagaciones de un anciano. Dime, ¿Tienes hambre?"

-"Oh, no, estoy— *Grurrr* Sus palabras fueron interrumpidas por las quejas de su estómago, hambriento debido a que no comía nada desde la noche anterior.

-"Muy bien, le diré a Sile que te prepare algo. Espera un momento." 

-"Esta bien— Espera, ¡¿Sile está aquí?!" Sudor cayó por la frente de Kael, sus labios comenzaron a secarse y su corazón latía con gran fuerza.

-(¿Sile está viva? Recuerdo como "ese" tipo acabo con su vida, ¿Cómo es posible? ¿Q-Que hago…? ¿Y si dice que la ataque? Esto es malo…)

Cientos de escenarios, uno peor que el anterior, se formaron en la mente de Kael.

-"¿Pasa algo? Escuche mi nombre." 

-"!!" La voz de una mujer lo saco de sus pensamientos. Con temor, levanto la cabeza y lo que vio fue—

-"¿Me llamo, jefe?" Una anciana de mediana edad salio de la cocina, su pelo, largo hasta su cintura, era de un gris ceniza y en su piel tenia de adorno manchas y arrugas, signos inconfundibles de la edad. Llevaba puesto el mismo uniforme que Kael conocía, dejando ver sus piernas y su trasero arrugado, asi como sus flácidos pechos. Sin embargo, lo que más lo sorprendió fue que en la zona cerca de su pecho, una pequeña placa con lo que parecía ser su nombre tenía escrito:

"Sile".