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Chapter 8 - Tomando decisiones

NOTA: Los derechos de las series Neon Genesis Evangelion y Black Lagoon NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

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Habían pasado un par de días desde la "amena" conversación entre Balalaika y el Comandante Ikari, y la rubia intensificó un poco más el entrenamiento de los pilotos EVA, consiente de la fecha límite que ella misma se había impuesto. Hasta ahora había corrido con suerte y ningún Ángel había atacado y esperaba que eso ocurriera para cuando la primera parte del entrenamiento hubiera terminado.

Por ahora las cosas se estaban dando bien. Sus subordinados estaban haciendo un buen trabajo. La pelirroja que ya había recibido entrenamiento militar en Alemania, estaba subiendo un nivel más gracias a Sakharov, pero seguía con problemas de carácter y queriendo figurar por sí sola. Un problema que había que solucionar cuanto antes.

Rei Ayanami finalmente se había soltado y ya no era tan mecanizada ni tiesa en sus movimientos, incluso estaba más sociable. Kolshinsky estaba haciendo un magnifico trabajo con ella. La chica aprendía muy rápido y cuando ella la entrenaba personalmente en el arte del francotirador, había demostrado ser muy competente y tener una excelente puntería. Si seguía así, la chica peliazul sería un excelente respaldo para sus camaradas en el campo de batalla.

Respecto a Shinji, el chico había mejorado a pasos agigantados en cosa de semanas. No se había equivocado en su apreciación ese día que Shinji había decidido cambiar. Esa determinación que vio en sus ojos, lo había hecho pasar de un alfeñique llorón, a estar cerca de ser considerado un soldado. El Sargento Boris estaba haciendo un magnifico trabajo con él. Era sumamente duro en el entrenamiento, pero Shinji respondía. Eso hablaba bien de él. Sería un gran hombre algún día.

Ahora la rubia observaba como Boris y Shinji estaban en mitad de una lucha cuerpo a cuerpo. Naturalmente, Boris estaba trapeando el piso con el Tercer Elegido, presionándolo un poco más cada vez, subiendo el nivel de exigencia. Pese a su precaria condición, Shinji seguía poniéndose de pie una y otra vez, tratando de encontrar una abertura. Finalmente, ya cansado de tanto recibir, el piloto EVA saltó con un gruñido sobre Boris, lanzándole una patada que este bloqueó sin problemas, pero Shinji se impulsó en un salto con su pierna libre para conectarle una patada en la cabeza. Boris soltó al chico y se echó hacia atrás esquivando por centímetros una patada en la cara. Cuando Shinji cayó al suelo y estaba reincorporándose, recibió una fuerte patada en el estómago que lo mandó volando a un costado, para caer rodando por el suelo.

— ¡¡NO, NO, NO!! — gritó Boris, mientras se acerca a su caído pupilo — ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡La furia es un arma poderosa, pero si dejas que te controle, entonces no sirve de nada! — espetó el ex-militar, al tiempo que descargaba una nueva patada en el costado de Shinji, haciéndolo rodar por el suelo otra vez — ¡Piensa cuando dispares! ¡Piensa cuando uses el cuchillo! ¡Piensa cuando golpees! No importa si estás herido. Si mantienes la mente fría y alerta, encontrarás una oportunidad.

Boris miró con seriedad al chico que trataba de ponerse trabajosamente de pie y le lanzó una nueva patada, pero para su sorpresa, justo en el último segundo, Shinji se irguió en un pestañeo dejando pasar su pierna de largo a escasos centímetros de su cara, entonces, aprovechando la momentánea abertura, Shinji se giró en un rápido movimiento haciéndole un barrido a la pierna de apoyo del ex-militar. Un sorprendido Boris cayó de espaldas y cuando estaba poniéndose de pie, vio un borrón que se acercaba a su cara. A duras penas logró cubrirse con las manos, pero una potente patada lateral de Shinji lo mandó espaldas otra vez. 

— ¡MALDITO MOCOSO! — regañó Boris, poniendo se de pie con un hilo de sangre por la comisura de los labios, pero más herido en su amor propio al ser golpeado de esa forma por su pupilo.

Shinji, que en un inicio sonreía con orgullo, ya que era la primera vez que lograba golpear a su instructor, sintió un vació en el estómago al ver el rostro de Boris, que prometía una muerte lenta y dolorosa por haberlo golpeado. Boris saltó sobre Shinji en cosa de segundos y el joven se preparó mentalmente para recibir otra paliza, pero justo en ese momento, el sonido de un disparo les sorprendió a ambos.

— Disculpe la interrupción Sargento, pero no quiero que el chico termine en la enfermería innecesariamente — dijo Balalaika mientras devolvía la pistola Makarov a su funda.

— ¡Capitán! — exclamó Boris, al tiempo que se cuadraba ante su superior. Shinji tardó unos segundos en reponerse de la sorpresa, pero al final también saludó marcialmente a la recién llegada, tal como le habían enseñado, pero sin poder evitar una sonrisa al ver a esa mujer con la que había compartido la cama, cosa que lo llenada de orgullo y expectación, ya que existía la promesa de una nueva oportunidad.

— Muy impresionante, Sargento — comentó Balalaika al tiempo que miraba a Shinji de arriba abajo.

El cuerpo del chico estaba lleno moretones y rasmillones, algunos de los cuales sangraban, pero sin ser de cuidado, todo fruto del fiero entrenamiento de Boris, pero a cambio, se le notaba un cuerpo mas fuerte del que había visto la última vez que estuvieron juntos. Los músculos de Shinji comenzaban a marcarse visiblemente y su rostro, no menos maltratado, tenía una nueva expresión, llena de voluntad y ganas de vivir. La mujer sonrió complacida al ver el cambio en la mirada del chico. No se había equivocado con él.

— ¿Estás seguro de que este es Shinji Ikari? — preguntó la Balalika ampliando su sonrisa — No lo habrás matado y puesto a otro en su lugar, ¿verdad?

— Claro que no, Capitán — respondió Boris, limpiando la sangre de su labio partido.

— Bien, creo que será mejor que lo dejes tomar un descanso — ordenó la rubia, sin dejar de mirar al Tercer Elegido, que se veía visiblemente apenado por los comentarios favorables que había hecho sobre él, aunque mantenía su sonrisa y la mirada con algo de admiración.

— Pero, Capitán... — reclamó Boris, ya que aún no terminaba con el entrenamiento, además, aún no se había desquitado por el golpe que recibió.

— ¿Acaso ese golpe lo dejó sordo, Sargento? — preguntó Balalaika, estrechando los ojos, logrando que Boris se cuadrara en el acto. Él mejor que nadie sabía que no era buena idea hacer enojar a su Capitán.

— ¡Ya escuchaste a la Capitán! — dijo Boris, volviéndose hacia Shinji — ¡Vete a las regaderas y nos veremos mañana a las 0700 horas!

— ¡SÍ, SEÑOR! — respondió Shinji cuadrándose ante ambos ex-militares, para luego dar media vuelta y marcharse a paso veloz.

— Has hecho un buen trabajo con ese chico, Boris. De hecho, has superado todas mis expectativas.

— Gracias Capitán — dijo Boris, no muy convencido.

— Bien, acompáñeme Sargento. Hay algunas cosas que debemos conversar con los camaradas Kolshinsky y Sakharov — señaló Balalaika, a lo que Boris asintió con la cabeza y acompañó a la rubia fuera del campo de entrenamiento.

 

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El grupo estaba en la oficina que una vez fue de Misato Katsuragi. Tres hombres sentados ante el escritorio donde Balalaika estaba llenando una copa con vodka y dos de ellos miraban con curiosidad a un ya fastidiado Boris.

— ¿Qué te pasó en la boca, Boris? — preguntó finalmente Kolshinsky, mirando el inflamado y partido labio del hombre, que desvió la vista ante la consulta, aún molesto consigo mismo por dejarse golpear.

— Shinji lo golpeó durante su entrenamiento — comentó una divertida Balalaika, antes de servirse la copa de vodka de un trago.

— ¿¿El mocoso te golpeó?? — preguntaron Sakharov y Kolshinsky, sin poder creer que el chico hubiera tocado a Boris, que era el mejor de todo el escuadrón en combate cuerpo a cuerpo y que además, nunca había perdido una pelea.

— Sólo fue suerte — respondió Boris, restándole importancia. 

— No fue suerte. Fue habilidad — dijo Balalaika con una media sonrisa — No cualquiera puede golpearte, Sargento. Dale algo de crédito al chico, después de todo, tú lo estás entrenando.

Boris tuvo que tragarse su orgullo ante las palabras de su Capitán. En todo caso, Balalaika tenía razón. Shinji había progresado mucho más de lo que él se había esperado. Ponía todo de sí en el entrenamiento, como si el superarse y dejar atrás su antigua forma de ser fuera una especie de reto personal.

— Bien. Como ya saben, tenemos cuatro semanas antes de rendir examen ante el Comandante Ikari, y me gustaría saber cómo están nuestros niños — dijo la rubia, mirando seriamente a los hombres sentados ante ella.

— Shinji progresa bien — dijo Boris, tomando la palabra — Ha aprendido rápido y no he sido precisamente blando con él. Lo he molido a golpes en cada entrenamiento y lo he hecho correr en la pista de obstáculos hasta desfallecer. Aún así, él se vuelve a poner de pie una y otra vez. Tiene una gran determinación. También ha asimilado de buena forma el entrenamiento con cuchillo, armas de fuego y tácticas de combate.

— ¿Estamos hablando del mismo Shinji Ikari, que era un alfeñique llorón? — preguntó Sakharov. 

— El mismo — respondió Boris — Tuvimos una seria charla al comenzar el entrenamiento, luego de la cual decidió cambiar y hasta ahora se ha mantenido firme en su decisión. Para mi sorpresa, cuando ese chico se propone algo, no se detiene hasta conseguirlo. Supongo que eso es algo que heredó de su padre. De hecho, puedo ver que varios rasgos del Comandante Ikari afloran en él, en determinados momentos. No estoy diciendo que en un futuro Shinji se convertirá en un hijo de puta igual que su padre, pero puede ser igual de determinado.

— Nunca me lo hubiera imaginado — comentó Kolshinsky.

— Shinji Ikari es mucho más de lo que aparenta, camarada Kolshinsky — dijo Balalaika, con una media sonrisa — Ese chico... cuando vi su mirada el día que el camarada Boris le dijo unas cuantas verdades, vi algo en sus ojos que me hizo querer ver hasta donde es capaz de llegar. Tengo muchas expectativas puestas en él.

Boris estrechó un poco los ojos al escuchar esas palabras de su superior. Para él no había pasado desapercibido el hecho de que su Capitán había puesto un especial interés en Shinji Ikari y como no era ningún tonto, también tenía muy claro que la rubia se estaba acostando con él. 

Aún no sabía qué había impulsado a su Capitán a tomar la determinación de tener de compañero de cama a ese mocoso. Lo encontraba una locura. Si ella necesitaba un hombre, entonces había muchos mejores candidatos disponibles. ¿Por qué ese mocoso precisamente? Mejor dicho, ¿qué buscaba acostándose con él? Y es que una mujer como Balalaika no dada puntada sin hilo. Algún beneficio iba a sacar de esa situación, dejando de lado la mera satisfacción sexual, si es que el mocoso daba la talla. 

— Bien. Por parte de Shinji, las cosas parecen ir bien. ¿Qué hay con Asuka? — preguntó Balalaika.

— La chica progresa en forma admirable — respondió Sakharov — Como ya había recibido entrenamiento militar en Alemania, fue bastante fácil el comenzar a trabajar con ella. Partí con reforzamiento sobre lo ya aprendido y luego de eso he ido profundizando en su entrenamiento, llevándola un paso más adelante. Su nivel actual la sitúa muy por encima de un soldado normal. Tiene un alto coeficiente intelectual, lo que le permite resolver situaciones complejas sobre la marcha y con muy buenos resultados. Creo que será una excelente líder, claro, si antes logramos dominar su carácter.

— ¿Cómo van las cosas en ese aspecto? — preguntó Balalaika, estrechando los ojos.

— Bien, algo ha mejorado, pero tiene todo un drama familiar a cuestas, con el suicidio de su madre y todo eso. Se ha propuesto sobresalir por sobre los demás y seguir adelante sola, sin la ayuda de nadie y bien, eso es un gran problema.

Claro que era un problema, uno grande. Balalaika no estaba nada contenta con esa noticia, pero era de esperar que no se pudiera cambiar el carácter de esa pelirroja de la noche a la mañana. El punto es que debían hacer algo al respecto.

— Kolshinsky. ¿Cómo sigue Rei? — preguntó la rubia.

— La chica ha mejorado mucho — respondió Kolshinsky — La meditación y el Tai Chi han dado resultados y se ha soltado bastante. Ya no es el robot mecanizado y lento que vimos por primera vez. Ahora se mueve más libremente en el EVA, dejando de ser un blanco fácil para el enemigo. Sus movimientos son mucho más fluidos. En cuanto al entrenamiento en sí, responde sin problemas, aprende rápido y sigue las órdenes sin cuestionarlas.

— Eso es verdad. La chica hace todo lo que le dicen sin cuestionarlo y tiene mucha habilidad — comentó Balalaika, encendiendo un habano — La he estado preparando como francotirador y ha respondido a la perfección. Tiene buenos reflejos y una excelente puntería. Será un gran respaldo para sus camaradas.

— Pero hay un problema, uno grave — señaló Kolshinsky — Como usted ya se dio cuenta, hay días en que pareciera que Rei hubiera retrocedido en su entrenamiento. Como si de un día para otro hubiera olvidado algo y hubiera que partir de nuevo.

— Sí, lo sé — respondió Balalaika estrechando los ojos, sobre todo porque esos cambios en la chica peliazul se daban luego de los altos para hacerle algunos exámenes, que sólo le hacían a ella, ya que a Shinji y Asuka nunca se les habían realizado tantos exámenes seguidos. 

— Lo que más me preocupa, fue lo que pasó luego de que Rei fuera requerida por unos días para hacerse una serie de exámenes con la doctora Akagi. Al regresar, bueno, era ella, pero a la vez no lo era. 

— ¿Qué quieres decir, Kolshinsky? — preguntó Balalaika.

— Bien, no estoy seguro, pero, es como si Rei fuera sometida a una especie de lavado de cerebro, donde se borraran algunas cosas y se mantuvieran otras — explicó el hombre, ante la mirada de sorpresa de sus dos camaradas. Balalaika por el contrario, pareció comprender las palabras del hombre, ya que también había estado a cargo de parte del entrenamiento de Rei y había visto los mismos cambios en la chica. Tenía serios reparos sobre esos supuestos "exámenes" a los que era sometida.

La rubia expulsó una bocanada de humo y miró con seriedad a Kolshinsky.

— Eso es algo con lo que tendremos que lidiar por ahora. Llegado el momento, sabremos como ocuparnos de eso — sentenció — Por ahora, lo que debe tomar toda nuestra atención es lograr que esos tres trabajen como un equipo.

— Aún falta otro punto importante — señaló Boris — Es cierto que los tres chicos han mejorado. De eso no hay duda. Pero aún necesitan un "ancla".

Por un momento los cuatro presentes en esa oficina guardaron silencio. Un "ancla", una razón para volver. Todos ahí sabían lo importante que era eso en una guerra. Poco importaba lo que fuera, una promesa, un amor, una mentira; cualquier cosa a la que un soldado pudiera aferrarse cuando las cosas salían mal. Algo que le despertara en el corazón el férreo deseo de volver a pesar de las heridas, del dolor y la muerte que se enfrenta en el campo de batalla. Sin eso, hasta el mejor soldado terminaría por derrumbarse.

Balalaika cerró los ojos considerando el punto. En cuanto a Shinji, el tema ya estaba resuelto, ella se había encargado de eso. Como encontrar un "ancla" para un chico tan complicado como Shinji Ikari no era cosa fácil, le pareció que lo más sano era valerse de sus hormonas y hacer que le vaya tomando gusto a la vida, y se de cuenta que hay cosas por las que vale la pena volver, como perderse en los brazos de una bella y cariñosa mujer. En cuanto a Asuka, ella ya tenía su ancla, quería ser la mejor, pero estaba muy mal enfocada, y eso era muy peligroso, ya que la hacía potencialmente inestable y predispuesta a derrumbarse en el peor momento. Pero el verdadero problema aquí era Rei Ayanami. La chica no parecía tener interés por nada, salvo por un hecho que la marcó tiempo atrás. ¿Sería prudente explotarlo? 

Los hombres observaban a su superior, que parecía estar sumida en una profunda reflexión, hasta que finalmente levantó la vista y vio al grupo con seriedad.

— Tiene toda la razón, camarada Sargento. Un "ancla" es algo de suma importancia si vamos a mandar a esos chicos a pelear una guerra. Tienen que tener una razón para volver — sentenció Balalalika — Camarada Sakharov.

— ¡Capitán! — respondió.

— Asuka ya tiene un "ancla", como se habrá dando cuenta, pero esta muy mal enfocada. Hay que trabajar para corregir eso. Tal vez estas semanas que trabajaremos con ellos para que se conviertan en un equipo sirvan de algo en ese aspecto. Si eso no funciona, puede proceder con lo otro que conversamos. 

Sakharov asintió con la cabeza no muy convencido, pero no había opción, tendría que hacer uso de sus encantos para seducir a la chica y darle un nuevo enfoque al tema. Hace tiempo que no estaba con una chica tan joven. Esto podía resultar interesante.

— Camarada Kolshinsky.

— ¡Capitán! — respondió el aludido.

— Respecto a Rei Ayanami, seguiremos el entrenamiento tal como hasta ahora — sentenció Balalaika — Usted y yo sabemos lo especial que es esa chica, así que por ahora, mantendremos las cosas sin cambios. Ya veremos si es prudente o no explotar el incidente del Quinto Ángel.

— Como ordene, Capitán — respondió el hombre.

— Bien, ya está todo dicho. Tienen cuatro semanas para lograr que esos tres funcionen como equipo. Pueden retirarse — sentenció la rubia.

Los hombres se pusieron de pie, cuadrándose ante la mujer para luego retirarse de la oficina, salvo por Boris, que se quedó de pie ante el escritorio de la rubia.

— ¿Pasa algo, Sargento? — preguntó la mujer.

— ¿Qué hay sobre el "ancla" de Shinji, Capitán? No dijo nada al respecto — preguntó.

Balalaika sonrió traviesa ante la pregunta del hombre.

— Descuide, Sargento. Shinji ya tiene su "ancla" — respondió la mujer.

Fue en ese momento que Boris lo comprendió. Ese era el motivo porque Balalaika se estaba acostando con Shinji Ikari. Ella ya había previsto esta situación. Por eso insistió en que el chico iniciara su vida sexual cuando este decidió cambiar. Se iba a valer de sus hormonas para crearle un "ancla" y al no salir las cosas como había previsto, decidió hacerse cargo personalmente.

— Entiendo — dijo finalmente el hombre, cuadrándose y retirándose de la oficina, dejando atrás a su superior, que se sumergió en el fastidioso papeleo que debía revisar a diario.

Una vez fuera de la oficina, Boris emprendió camino por uno de los corredores de NERV, aún algo sorprendido por lo que acaba de descubrir, pero bien pensado, era propio de su Capitán. Si ella se había transformado en el "ancla" de Shinji Ikari, ahora, el chico saldría a luchar por ella y por ella regresaría del campo de batalla. Lo más importante de esto es que el chico estaría totalmente bajo las manos de Balalaika. Ella podría manipularlo a su antojo, lo que quería decir que llegado el momento, podía contar con el poder de un Evangelion a su entera disposición.

— Típico de la Capitán. Nunca da una puntada sin hilo — comentó Boris para sí.

 

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Era temprano en la mañana y Balalaika ingresó al Centro de Mando de NERV, seguida del Sargento Boris, dispuesta a pasar otro tedioso día de trabajo, pero se detuvo al ver que algo andaba mal ahí. El Sub-Comandante Fuyutsuki estaba con las manos tomadas tras la espalda, rostro serio y cabeza gacha, junto a él, Misato estaba con el rostro descompuesto y lágrimas en los ojos. Makoto Hyuga se veía igual de afectado, pero se las arreglaba para mantenerse firme. La que estaba realmente mal era Maya Ibuki. La joven mujer lloraba desconsoladamente en los brazos de la doctora Akagi, que también tenía el rostro descompuesto.

— ¿Qué está pasando aquí y por qué llora esa mujer? ¿Acaso murió alguien? — preguntó Balalaika.

Ante las palabras de la Directora de Operaciones, Maya detuvo su llanto y se volteó para observar a la rubia unos segundos, con el rostro anegado en lágrimas, momento en que estalló en llanto otra vez y salió corriendo del Centro de Mando. Hyuga salió detrás de ella, dándole una mirada reprobatoria a su jefa a la pasada.

— ¿Fue algo que dije? — preguntó Balalaika sin entender, levantando una ceja.

— Su sentido del tacto deja mucho que desear, Capitán Balalaika — se quejó Ritsuko, limpiando sus lágrimas, momento en que Fuyutsuki levantó la vista y enfrentó a la mujer. 

— Capitán Balalaika. Nos acabos de enterar de algo terrible. Shigeru Aoba… ha muerto.

Balalaika y Boris intercambiaron miradas. Estaba hecho. El chico de Dutch estaba un paso más cerca, lo que los ponía a ellos otro paso más cerca de los secretos de NERV.

— ¿Cómo ocurrió? — preguntó Balalaika, con seriedad.

— Un lamentable accidente — respondió Fuyutsuki — Shigeru Aoba era aficionado a la música y era guitarrista de una banda. Anoche tenia una presentación en un club con su grupo y una estructura que sostenía un juego de luces en el escenario se desprendió y cayó sobre ellos. Shigeru murió instantáneamente por el golpe. Al parecer otro integrante más del grupo murió y hay otro herido de gravedad... esto es algo terrible — dijo el hombre, afectado. 

— ¿Seguro que fue un accidente? — preguntó Balalaika, obteniendo miradas extrañadas por parte de los demás — Bien, NERV no es una institución precisamente popular. Hay muchos que tienen motivos para sacarnos del mapa, como las JSSDF — se explicó la rubia.

— Un grupo de la Sección 2 está revisando el lugar, pero todo indica que fue un accidente. Un desafortunado accidente — afirmó una triste Misato.

— Aun así, hay que estar seguros — dijo Balalaika, cortante — ¡Sargento! Tome a dos de nuestros camaradas y revisen ese local de arriba abajo. Si encuentran algo fuera de lugar, por pequeño que sea... ya sabe que hacer.

— ¡A su orden, Capitán! — respondió el hombre y salió del Centro de Mando con paso acelerado.

Balalaika vio a Boris salir del lugar a cumplir con una orden que se dio simplemente para seguir con el acto que estaban representando y de paso, para hacer control de daños. Ella sabía que sus hombres no habían dejado nada que pudiera indicar un acto premeditado; eran profesionales, pero nunca estaba de más tomar una precaución extra. En el improbable caso de que a sus hombres se les hubiera escapado algo, Boris lo haría desaparecer discretamente. 

— ¿Cree que esto no fue accidental? — cuestionó Ritsuko a la rusa, sacándola de sus pensamientos.

— No lo sé. Pero en mi experiencia, las cosas no son siempre lo que parecen. Es mejor estar seguros para evitar sorpresas — respondió la rubia, a lo que Fuyutsuki afirmó con la cabeza, concordando plenamente con su planteamiento — Bueno, dejando eso de lado, necesitaremos un reemplazo para Shigeru Aoba. ¿Hay alguna lista de candidatos?

— Hay personal que puede cubrir ese puesto por ahora, pero es efectivo que tendremos que buscar un reemplazo para él — afirmó Fuyutsuki — Manejamos carpetas con información detallada de posibles candidatos para eso.

— Sugiero que lo veamos cuanto antes. No quiero enfrentar mi primera batalla contra un Ángel, con un miembro menos en el equipo — sentenció Balalaika.

Fuyutsuki afirmó con la cabeza y salió del Centro de Mando en compañía de la rubia, dejando atrás a unas afligidas y molestas Ritsuko y Misato, por la poca sensibilidad de la Directora de Operaciones. 

 

Continuará…

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Notas del Autor: Como se pudo ver en este capítulo, se está revelando un poco más de lo que planea Balalaika. Ahora podemos ver cuales fueron las reales intenciones de la rubia para acostarse con Shinji, ¿o acaso creyeron que lo hizo solo porque Shinji parece estar bien dotado?

También tenemos la primera baja de esta historia. Shigeru Aoba ha pasado a mejor vida gracias a la gente de Balalaika, todo para dejarle el puesto a uno de los chicos de la Compañía Lagoon, que está pronto a llegar a revolucionar un poco las cosas.

Saludos y nos leemos.