"¿Qué es ese espantoso olor? —La piel entre las cejas de la princesa Cordelia estaba tensa, sus dedos tapando sus fosas nasales mientras miraba fijamente a la taza de líquido desconocido y burbujeante en las manos de Daphne—. ¿Estás intentando matar al rey con esta mezcla asquerosa?
—Perdona, me ofende esa afirmación —Daphne olfateó con aire desdeñoso, caminando adrede más cerca para colocarse entre su mentiroso esposo y esta intrusa—. Cordelia retrocedió, con arcadas por el olor, y Atticus se había pegado al cabecero de la cama como si eso le permitiera escapar.
Hombre absurdo. Daphne preferiría tomar todo el tónico ella misma antes que dejar a Atticus escapar. ¡Si tenía que aniquilar su propio sentido del olfato para desquitarse, que así fuera!
—Ese es el tónico de mi esposo —dijo Daphne, cuidando de enfatizar la palabra 'esposo—. Batió sus pestañas inocentemente a Atticus, antes de volverse a Cordelia—. ¿Gracias por venir a visitarlo. ¿Quieres una taza de su tónico?