Cuenta una leyenda que en un mundo muy lejano al nuestro, existe un vasto y abundante reino gobernado por un sabio Rey y su Príncipe Heredero.
El reino de Tinopai era popular entre los reinos del mundo por su historia, riquezas, bellos paisajes y su valioso Príncipe. Se lo consideraba el más grande e importante en la tierra.
Todas y cada una de ellas le daban merito y fama al reino, pero la joya principal era el heredero.
El sucesor al trono era amado y admirado por estar dotado de belleza; tan bello como los pétalos de una rosa roja, por sus múltiples talentos en artes como la danza y pintura, como en el arte de la guerra. Era un guerrero valeroso y honorable, inigualable a los príncipes de los otros países.
Innumerables eran las hazañas por las que era honorado, ningún príncipe había llegado a tanto.
Impecable y perfecto a la vista de todos, y eso lo volvía una admiración y el tesoro del país.
¡Cuánta magnificencia la de aquel Príncipe!
Sin embargo, aquel reino utópico digno de un cuento de hadas, en el que todos celebraban y ansiaban la perfección, tenía una mancha en su pulcro expediente.
Pues allí en su bosque, habitaba un monstruo espantoso. Todos, dentro y fuera del reino, hablaban de un ser deforme, fruto de un amorío entre una pueblerina y un demonio.
La pueblerina había caído en sus encantos, y como resultado dio a luz a un bebé antinatural; un niño mitad humano y mitad demonio, un cambión.
Se dice que la muchacha falleció en el momento que dio a luz, y del demonio lo único que se supo, fue que parecía haber desaparecido de la faz de la tierra.
Este ser que había sido engendrado y abandonado, emergía de vez en cuando de las profundidades del bosque para asomarse a la aldea. Esta actitud sospechosa asustaba a los lugareños y vivían atemorizados por su temible aspecto y feroz naturaleza.
Quién sabrá cuales eran sus intenciones.
Pues, todos sabemos de sobra que los demonios son criaturas malvadas que causan mucho dolor y sufrimiento a la gente. Seres despiadados que se alimentan de las almas de las personas inocentes.
Se sabía que las personas que se atrevían a adentrarse más allá del bosque, desaparecían y nunca más volvían a ser vistas. Por esta razón, comenzó a rumorearse que el demonio mitad humano los cazaba para devorarlos.
¡Puede que un día de estos salga del bosque a cazar humanos!
Fue así que una recompensa con una gran suma de dinero se ofreció a cambio de traer el cadáver del demonio. Sin embargo, nadie pudo conseguirla.
Los más valientes estaban dispuestos a acabar con él y conseguir el dinero; regresaron heridos y aterrorizados, y otros ni siquiera lograron volver. El demonio era fuerte, despiadado y audaz, solo lograron escapar los que tenían algún ángel que les habrá dado la oportunidad.
Los habitantes estaban desesperados, temían por sus vidas y la de sus hijos.
—¡No hay quien pueda con él! —Vociferó un carnicero.
—¡¿Qué haremos?! ¡Ese engendro vendrá por nosotros! —Lloró la panadera.
—¡¡El Príncipe, nuestro Príncipe podrá con él!! —El herrero tuvo la idea.
De esta forma, se dirigieron a las puertas del castillo a implorar por su seguridad.
—¡Haga algo, Su Majestad! —Suplicaron.
Sus miedos y desesperaciones llegaron al Rey, que mandó a llamar al Príncipe; decidido a poner sus manos sobre el asunto.
O más bien, pondría este asunto sobre las manos del Príncipe Heredero.
ADVERTENCIA:
Existe la posibilidad de que contenga dudosa moralidad, sin embargo puede que sea subjetivo.
-Canibalismo
-Mutilación
-Abuso de poder
-Manipulación
Besitosss