Me concentré para encontrar una apertura en sus ataques, cuando finalmente encontré el momento lancé una patada a su estómago y hui del lugar.
Las calles oscuras y la situación desesperada lograron desorientarme, debido a eso, me detuve un momento a ver mis alrededores, los pasos que lograba escuchar eran la señal de que mi perseguidor me alcanzaría pronto.
Pese a eso, me detuve a respirar brevemente, observé con cuidado cada camino hasta reconocer el que me llevaría a mi hogar, justo antes de ser apuñalado tomé algo de impulsos y me precipité hacia el mismo.
Mientras escapaba a toda velocidad volteé a ver a mi perseguidor.
«¿Acaso no se cansa de perseguirme? No tiene sentido».
Di un giro para tomar un atajo, salté sobre unas cajas mientras esprintaba y tras escalar una pared parecía haberlo perdido.
«No debería confiarme».
Controlé mi respiración y me dirigí a mi hogar, durante todo el camino estuve atento a cualquier sonido, no pude confiarme en absoluto.
«Bueno, si mi tío esta en casa no tengo de que preocuparme».
Las linternas de la cabaña estaban encendidas, no eran tan impresionantes como aquellas del distrito comercial, pero aun así daban un aire misterioso.
«Tengo que llenarlas de combustible cuando amanezca».
Abrí la puerta con cautela, mirando a mis alrededores.
«Con sus habilidades pudo haberme seguido fácilmente, aunque... tampoco parecía ser muy fuerte».
Bloqueé todas las ventanas y fui a dormir.
«¿Qué hace una cosa así caminando libremente por la aldea?».
Mi gato llegó a acurrucarse en mis piernas, cerré mis ojos y esperé hasta que finalmente me quedase dormido.
...
En cuanto desperté revisé toda la habitación, no había indicios de que nadie más hubiese estado en la misma, salí y encontré una ventana rota, escuché un ruido proveniente de la cocina, tomé mi daga y me acerqué cautelosamente al lugar.
Poco a poco asomé mi cabeza, hasta que logré ver la fuente del sonido.
«¿Es en serio?».
Mi tío estaba tirado en el suelo con una botella de vino rota en la mano, me le acerqué para despertarlo, esté aún estaba un poco ebrio.
—Oiga Tío ¿Fue usted el que rompió la ventana?
Él estaba tambaleándose de un lado para otro.
—Si bueno, perdí mis llaves y no quería romper la puerta, así que me acerqué a la venta y la demolí de un solo golpe. ¿Soy increíble verdad?
Reprimí mis ganas de regañarlo y tomé una escoba para barrer los trozos de vidrio dispersos por el suelo.
«Hay que ver, ya estaba asustado, pensé que alguien había entrado en la casa».
Quité el seguro de la puerta y regresé a mi habitación para colocarme la armadura y tomar mis armas.
Después de eso caminé a la cocina para despedirme de mi tío, para mi sorpresa Merlín estaba en el lugar, sosteniendo una botella de vino mientras se emborrachaba con mi tío.
—Disculpe, señor Merlín, ¿cuánto tiempo lleva ahí?
Merlín río maliciosamente.
—Quién sabe.
No quería ver más personas que admiró convertidas es payasos por el alcohol, así que salí de la casa y decidí no volver hasta que anocheciese.
El normalmente oscuro camino hacia la aldea ahora era adornado por la luz filtrándose a través de las hojas en los árboles.
Todo era tranquilo y silencioso, muy diferente al ajetreado sector comercial o al ruidoso campo de entrenamiento.
Decidí ir a entrenar, aún no sabía como activar el poder que se me fue otorgado, tal vez entrenando obtendría la noción de como usar la energía primaria.
«Me preguntó que se hace normalmente».
Pasé por el gremio, me detuve al ver a la asistente de Merlín, parecía estar buscando algo.
—¿Está buscando algo?
La chica se exaltó y luego tomó un breve respiro.
—No es nada, no he visto al señor Merlín desde que se separo de mí en la madrugada.
Empecé a rascarme el cuello algo nervioso.
—Me gustaría ayudarte, pero tampoco sé dónde está.
«Ugh, me siento un poco mal por engañarla».
Ella hizo una pequeña reverencia.
—Gracias por intentar y... no es necesario que seas tan formal, me haces sentir como una anciana.
Reí nerviosamente.
—Está bien, te avisaré si lo veo por ahí, adiós.
Salí corriendo tan pronto como me alejé un poco, la situación había sido demasiado incomoda, pero no quería que encontrase a esos dos estando ebrios.
Como si se tratase de una maldición me tropecé con alguien mientras escapaba.
«Ugh, ¿ahora qué?».
Logré ver dos siluetas delante de mí.
—Woah, ¡Es el chico que nos cruzamos siempre!
«¿Uh? ¿Esa voz?».
Nuevamente me había encontrado con la pareja de aventureros.
«¿Estoy maldito? ¿Debo estar maldito? ¿verdad?».
El chico habló.
—En serio, tienes que ver por donde caminas, sabes.
La chica empezó a reírse.
—Si, pero es un poco gracioso, ¿no lo crees Aki?
«¿Se llama Aki?»
Aki empezó a rascarse la cabeza algo molesto.
—Tienes que dejar de ponerme apodos molestos Nagisa.
«¿Nagisa eh?».
—Ok hermanito.
Aki se molestó.
—¡Soy tu hermano mayor! ¡y no me digas Aki, mi nombre es Akira! ¡A-ki-ra!
Nagisa me ayudó a levantarme.
—Si, si, Aki, lo entendió perfectamente.
Akira pateó el suelo con furia.
—¡No lo haces!
Me recompuse y empecé a sacudir mi ropa, Akira me vio y cambió su expresión.
—Lamento que hayas tenido que ver algo tan vergonzoso, mi hermana puede ser algo tosca a veces.
Retrocedí un poco, estaba ruborizado luego de que Nagisa se me acercase tanto.
—No hay nada de que preocuparse, es mi culpa por no ver por dónde estoy caminando.
Ichigo se rascó la cabeza.
—Bien entonces, nos vemos.
Continué con mi camino.
—Si, nos vemos.
«Esperó que la próxima vez no sea por chocarnos».
Ambos se alejaron poco a poco, cuando volteé a verlos Nagisa me saludó con una seña, no pude evitarme ruborizarme.
«Es preciosa».
De repente sentí una presencia detrás de mí, cuando volteé a ver encontré a Aoi viendo con curiosidad a Nagisa.
—Eh, ¿así que ese es el tipo de chica que te gusta Hayato?
Apenado intenté cambiar de tema.
—Bueno, ¿quieres ir a entrenar?
Aoi parecía disgustada.
—Eres pésimo en esto, bueno, Gell debe estar por ahí, así que iré.
Gracias a Aoi tuvimos que correr hasta el lugar, normalmente hubiésemos caminado, pero tuvo la maravillosa idea de tener una carrera hasta los campos de entrenamiento, el que perdiera tendría que hacerle un favor al otro.
Logré ganarle por poco, en cuanto llegamos me tiré al suelo cansado.
—Acabamos de cruzar, la mitad del pueblo corriendo a toda velocidad, ¿porqué no te ves cansada?
Aoi hizo una pose.
—Es que tú eres muy blando, digo, tu arma principal es una daga.
Al escuchar eso murmuré molesto.
—¿Qué tiene malo de una daga?
Tras un pequeño descanso me separé de Aoi para ir a entrenar, para mi sorpresa había muchos aventureros reunidos en una zona apartada.
Me acerqué a uno de ellos.
—¿Qué está pasando?
El aventurero volteó a verme.
—Oh, pero si es Hayato, no te he visto por la academia Avalon últimamente.
Mirándolo bien me di cuenta de que se trataba de Lai Feng, un viejo conocido.
—Pues ese profesor... se me quitaron las ganas de ir, por cierto... ¿Qué sucede? Generalmente no solemos juntarnos tanto, menos aún en los campos de entrenamiento.
Lai Feng me guio a un lugar donde pudiese ver más allá de la multitud, había dos aventureros luchando y un ejecutivo del gremio observando, uno de ellos tenía una espada y el otro un hacha.
«Espera... ¿un hacha? No me digas qué».
Observando con más claridad noté a Gell sosteniendo su hacha.
«¿En serio? ¿Por qué ese idiota está luchando?».
Lai Feng empezó a explicar.
—Desde que recibieron su entrenamiento sobre energía primaria han estado ansiosos por probar sus habilidades, así que el gremio organizo un torneo para que los aventureros se diviertan, incluso contrataron a un sacerdote de alto rango.
Miré el combate de Gell, todo parecía ser relativamente normal, pero tras observar por un tiempo me di cuenta de que ambos se movían con gran facilidad, sus golpes eran exageradamente fuertes y su velocidad también incrementaba.
—No recordaba que Gell fuese tan fuerte.
Lai Feng observó el combate.
—Escuché que fuiste bendecido con ether, pero... ¿sabes usarlo?
Tomé mi insignia y la apreté con fuerza.
—No.
Lai Feng empezó a reír.
—Bueno, era de esperarse, no tienes un maestro.
Miré a Lai Feng.
—Feng... dime, ¿me podrías dar una pista?
Feng miró el combate, sus ojos parecían estar vacíos.
—Debes intentar encontrarte con tu espíritu, eso es lo único que diré.
Tras eso Feng se marchó.
—Oh, cierto. ¿Cómo va el combate de Gell?
Gell y su rival estaban retirándose del combate.
—¡¿Quién ganó?!
Sentí las miradas del público sobre mí, supongo que no debí gritar.
—Ganó el chico de la espada, mira en silencio.
Agaché la cabeza.
—Si, lo siento.
Después de ser humillado tomé rumbo hacia el lugar donde estaba Gell, según lo que Feng había dicho, un sacerdote experimentado lo sanaría por completo.
«Aoi ya debe de estar allá, de cualquier manera... ¿A qué se refería con confiar en mi espíritu? Supongo que debo tratar de averiguarlo».
Mientras me dirigía hacia la tienda de campaña donde estaban atendiendo a los participantes algo capto mi atención.
Un par de aventureros estaban meditando a los alrededores de Feng, era una vista algo extraña, en especial al considerar la naturaleza de la energía primaria que utilizaba este.
«¿Será que... se refiere a eso? Pero nunca escuché de nada parecido, aunque bueno, tampoco es que sepa mucho sobre el ether o sus funciones. Aun así, es un poco extraño, si recuerdo bien, los usuarios de chi suelen meditar».
Entré a la tienda de campaña, Gell estaba como nuevo y Aoi estaba a su lado, no parecían estar hablando y el médico a cargo parecía estar algo molesto.
—Como dije señorita Momozono, su amigo se encuentra perfectamente bien y ya puede marcharse.
Aoi golpeó la mesa.
—¿Después de la paliza que recibió? Incluso como creyente no puedo aceptarlo, debe descansar.
El médico estaba tan molesto que parecía que se le iba a salir una vena, luego volteó a verme con enojo.
—Joven Endou, ¿me haría el favor de llevarse a esta amable señorita de aquí?
Estaba un poco apenado por su comportamiento, Gell también me preocupaba, pero no es que el trabajo de los clérigos fuese negligente.
Me les acerqué y tomé a Aoi del cuello de su camisa, Gell se levantó por su cuenta y me siguió.
—Hayato espera, Gell aún tiene que descansar.
Estaba alborotándose como una niña pequeña.
—Si, si, el médico ha hablado.
Nos sentamos en una mesa cercana, Aoi tenía la vista pegada a Gell, su preocupación era... un poco obsesiva.
—Vamos Aoi, Gell ya dijo que está bien.
El susodicho simplemente se quedaba callado asintiendo a Aoi.
—Diablos, se que te preocupa, pero no puedes causar tanto alboroto, nadie se metería con un descendiente de la familia Agni, solo piénsalo.
Aoi bajo la cabeza en un signo de sumisión.
—¡Aún así! A este idiota se le subió el poder a la cabeza y entró en un evento sin haber practicado bien, de no ser por eso nunca hubiese perdido.
Parecía estar en desacuerdo con el desenlace del combate, por su parte Gell simplemente trataba de calmarla.
Observé mi daga por un momento y centré mi vista en la improvisada arena de combate.
—Creo que... yo también quiero participar.
Un fuerte golpe en la mesa hizo que me asustará y mi daga se cayera al suelo.
—¿Qué? ¿Acaso estás loco? ¿Aunque Gell haya perdido?
Miré a Gell, su cuerpo estaba lleno de moretones.
—No te detendré, perdí por ser un idiota, como sueles llamarme, sé que tú no lo eres, pero... no sueles hacer este tipo de cosas, ¿qué sucede?
Recordé la vez que casi morí por un par de lobos, el sueño donde era devorado y el extraño encuentro con aquella amalgama con dos rostros.
—Creo que, por una vez en mi vida, quiero ser mucho más fuerte.
Gell empezó a reír.
—Suele pasar de vez en cuando, danos un buen espectáculo.
Aoi estaba molesta.
—No puedo detenerte, pero trata de no lastimarte demasiado, ¿de acuerdo?
Me levanté de la mesa.
—Deséenme suerte.