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Chapter 8 - El valor del aventurero.

El valor del aventurero.

El magnificente lobo simplemente me observaba con cautela, parecía esperar el momento exacto para atacar. Me preparé para esquivarlo, en cuanto noté su intención de atacar con una embestida, esquivé usando una versión inferior de la técnica de Feng, aunque a duras penas, de lo contrario hubiese sido imposible.

«Es demasiado rápido, ¿Qué supone que haga?

Mientras me perdía en mis pensamientos tratando de idear una estrategia, noté que el ether de la zona se reunía alrededor del lobo, la concentración de energía formó un círculo lleno de símbolos incomprensibles, generando una plataforma estable. Maravillado, admiré la perfecta armonía que demostraba su técnica.

El lobo empezó a correr por los aires, un brillo radiante de luz acompañaba cada uno de sus pasos, su pelaje cenizo brillaba con un breve destello dorado. Pesé a mi admiración, pude notar las intenciones asesinas del majestuoso animal. Su mirada se agudizó, los desplazamientos aumentaban su velocidad y la luz brillaba consumiéndolo todo, desde la flora esmeralda y rosada del bosque, hasta la oscuridad de las sombras creadas por el sol.

Tomé mi daga y analicé minuciosamente su patrón de movimiento, su técnica, pese a su majestuosidad era también aquello que me daba la capacidad de leerlo., también podía usar el ether para crear una plataforma temporal, sin embargo, eso no me daría ventaja.

Al ver sus fauces acercándose a mí, reaccioné rápidamente, apuñalando su estómago, el lobo respondió con un zarpazo propinado por sus garras, salté hacia atrás para evitar el ataque y regresé al suelo. Tomé el arco que guardaba en mi espalda y un par de flechas que guardaba en mi carcaj.

«Es muy rápido como para usar mi arco, aunque puede servir como distracción».

No había usado mi arco en un tiempo, el enemigo era rápido, pero por suerte tenía bastantes flechas. Inteligentemente el lobo se acercó al verme usar un arma de rango, disparé precipitadamente la flecha, distrayéndolo. Tomé mi daga y usando la técnica que había copiado. aproveché la velocidad para apuñalar su frente.

Tras recibir daño me repelió con una explosión causada por la inestabilidad de su ether, habiendo recibido daño en su cabeza su control se desestabilizo, haciéndolo más débil y vulnerable. Mientras el lobo mantenía su distancia concentré el ether de la zona en la palma de mi mano, como la última vez.

En cuanto la bestia embistió parte de su rostro fue destrozada por la explosión que preparé. Su hocico sangraba, su ceniza pelaje se teñía de carmesí por la sangre de sus heridas. La sed de sangre del lobo aumentaba de poco a poco.

«De cierto modo, siento algo de pena».

Sentí como una gran presión cayó sobre mi cuerpo, haciéndome sentir pesado. De un aullido todo el ether de la zona se reunió poco a poco a su alrededor, haciendo brillar su pelaje. Símbolos extraños se formaron a su alrededor

«Quizá fue un error provocarlo, no sé bien que hará ahora».

Reuní el ether sigilosamente sin embargo el animal no caería en el mismo truco nuevamente, se preparó para una embestida, rápidamente preparé la técnica de Feng para esquivarlo, pero no tuve suerte.

«Es demasiado rápido».

El impacto de la embestida me hizo escupir sangre, luego salí volando por los aires, por suerte pude reposicionarme antes de chocar. Gasté el ether que había acumulado. Mi nariz sangraba, no podría reunir grandes cantidades de energía en un tiempo.

«No debo subestimarlo. Honestamente, es impresionante».

Pasé la manga de mi camisa sobre mi boca, limpiando la sangre que tenía encima, sostuve mi daga firmemente, analizando cada movimiento de la bestia. Era veloz, eso era cierto, pero era una velocidad que podría manejar al concentrarme, me recordaba a la velocidad que demostró Feng durante nuestro combate.

Bajé mi postura y mantuve mi vista centrada en sus movimientos, su velocidad y agilidad a la hora de moverse lograban despistarme, pero por pequeños momentos podía sentir el ether cuando el lobo se acercaba.

Entonces esperé a una oportunidad, al sentir el ether acercándose retrocedí y luego me impulsé para apuñalar uno de sus ojos. Mi daga había quedado clavada, la bestia empezó a correr de lado a lado, confundida y adolorida.

Acerqué mi mano al carcaj y tomé una de las flechas, cerré las distancias y apuñalé su estómago con la misma. Nuevamente el ether inestable me mandó a volar lejos, cuando logré volver a mis sentidos, el ether de la zona se había reunido alrededor de la bestia nuevamente.

En cuanto me di cuenta de sus intenciones traté de esquivarlo, sin embargo, tras una breve brisa de viento, repentinamente el lobo estaba justo enfrente mío, observándome con desprecio, mi torso fue atravesado por los colmillos del lobo, mientras me sostenía en sus fauces.

Mientras la bestia iba corriendo a través del denso bosque con arboles teñidos de rosa por sus pétalos, que caían lentamente en el suelo. Traté de zafarme de su agarré, pero este solo mordía con fuerza.

Arranqué la daga que había clavado en uno de sus ojos y apuñalé su cabeza hasta que dejó de moverse. Sin parar, incansablemente, incluso cuando no sabía si estaba muerto o no, mancille su cuerpo hasta estar satisfecho. Cansado, me caí al suelo, mientras posaba mi mano sobre la herida en mi torso.

Me mantenía consciente a duras penas, tomé una de sus patas y caminé ciegamente, por suerte me encontré a un aventurero caminando por el bosque, tenía los ojos rasgados y vestía ornamentos de jade.

Este me cargó sobre su espalda y tomó el cuerpo del lobo, parecía ser extremadamente fuerte, pues podía cargar dos cuerpos como si nada.

—Oye Hayato, ¿estás bien?

Volteé a verlo de reojo, era Feng, tenía un pendiente colgando de su oreja, viéndolo bien se trataba de su insignia.

—De maravilla.

Mi cuerpo dolía como el demonio, pero reír un poco no me haría daño.

—Oye. ¿Dónde esta tu grupo? No me digas que ellos.

Recordé los rostros de los chicos.

—No, simplemente vine solo.

Feng tornó su mirada al frente.

...

No tardamos mucho en llegar al gremio, había muchas miradas curiosas desde las lejanías, pude ver de reojo a un aventurero de cabello plateado, estaba hablando con una figura encapuchada.

Un sacerdote se apresuró y empezó a tratarme, Feng explicó la situación a la recepcionista y le entregó el cadáver. Ella se emocionó al verlo, tanto así que la máscara inexpresiva que usaban los de su clase se movió un poco. Aunque, no lo suficiente para mostrar su rostro. 

—¡Genial! Ha pasado un buen tiempo desde que vi una bestia espiritual en este gremio.

Feng se marchó, dejándole el cuerpo del lobo a un aventurero veterano que se lo llevó hasta el interior del gremio. Me entregaron treinta piezas de oro, el sacerdote tomó una y luego se marchó, todas mis heridas habían sanado, sin dejar cicatrices.

Me dispuse a irme del lugar, pero la recepcionista me detuvo.

—¡Espere joven Endou! todavía tiene que firmar el papeleo.

Caminé hasta la recepción y firmé unos documentos que oficializaban la compra de los materiales y su derecho a procesamiento, también añadieron puntos a mi registro de aventurero.

Cuando salí del gremio me encontré a Aoi y Gell esperando afuera, estaban llenos de sudor, como si hubiesen llegado con prisa al lugar. Observé a los alrededores y pasamos a sentarnos en una de las mesas del lugar.

En cuanto nos sentamos Gell se quedó callado. Aoi golpeó la mesa mientras lágrimas salían de sus ojos y me veía fijamente. Me preocupé y traté de acercarme a ella para preguntarle que había pasado, pero su mirada se tornó hostil y me empujó de regresó a mi asiento.

—¿Porqué? Dime, ¿por qué nos preocupas de esa manera? Nos contaron que llegaste al gremio a espaldas de un aventurero, con heridas profundas, que parecía que morirías pronto. Dime Hayato, ¿por qué?

Miré al cielo mientras trataba de pensar en una excusa, sin embargo, ninguna venía a mi mente. Fue peligroso, eso era cierto, alguna vez se me aconsejó ser cauteloso, pero no pude contener mis ansias de gloria, al fin y al cabo, ese era mi orgullo como aventurero.

Volteé a ver a Aoi y respondí seriamente.

—No lo sé.

Gell se enojó, se levantó de la mesa y trató de golpearme, Aoi lo detuvo y caminó hasta la puerta, antes de marcharse volteó a verme.

—Está bien, si eso es lo que deseas. Puedes morir como desees, no nos preocuparemos más.

«Entiendo a Aoi, pero, al final de todo, mi vida es mía para decidir lo que haga».

Regresé a mi casa, tenía mucho en que pensar, pero no me arrepentía de nada. La luz de luna se filtraba por mi ventana, iluminando el retrato de mi madre, guardé todo mi equipo y arreglé mi cama. Luego me acosté a dormir, no pude soñar esa noche.

...

El día siguiente caminé en dirección al bosque, había niños jugando a ser aventureros y una gran cantidad de mercaderes anunciando sus productos a cada transeúnte y turista que pasease por el distrito comercial.

Llegué hasta la fuente en el centro del pueblo, los niños solían jugar a sus alrededores y los aventureros descansaban tras sus encargos. No muy lejos estaba el gremio de aventureros.

En las puertas del gremio había un hombre discutiendo con una espada, la llamó tsundere o algo así.

«Me pregunto si será de la tierra del sol, por aquí casi nadie lo usa».

Entré al gremio, casi todos los aventureros estaban vagueando en el lugar, había muchos de mi generación tirados en las mesas sin hacer nada. Por otra parte, los aventureros veteranos estaban festejando como locos y bebiendo como si no hubiese un mañana.

Me encontré a los chicos en la mesa, me senté al lado de Gell, parecía como si no hubiésemos peleados.

—Oigan chicos, sobre lo de...—Mientras trataba de hablar con ellos fue interrumpido por Aoi.

—Creo que yo tomaré algo de sake, ¿qué hay de ti Hayato?

Observé las expresiones de ambos, al parecer no querían tocar el tema. Forcé mi sonrisa y les seguí el juego.

—¿Estás segura de que quieres tomar alcohol? ¿Acaso tu abuelo no te lo prohíbe?

Aoi sonrió maliciosamente.

—Tengo dieciséis años, soy legalmente una adulta.

Le di un golpe en la cabeza y ordené té para todos.

—No hagas que tu abuelo cambie más leyes, en serio que eres revoltosa.

Ella se apoyó en la mesa.

—Solo quiero ser libre por un momento.

Esperé pacientemente a que nos entregaran nuestras bebidas, Gell miró la mesa en cuanto las bebidas fueron entregadas.

—¿Qué? ¿Té sin dulces? No eres serio Hayato.

Me enojé un poco, mientras tanto Gell pidió dulce, luego sacó un cartel de su bolsillo, la misión tenía la imagen de un esqueleto, al parecer un herrero de poca monta estaba ordenando materiales de la mazmorra cercana. Sorprendido dejé mi taza de té en la mesa y analicé la situación. Tras pensar en los peligros miré a Gell a los ojos.

—¿Qué es esto Gell? Sabes que no estamos listos para ir a una mazmorra.

Gell empezó a reír.

—Mataste a una bestia espiritual solo, además Aoi ya aprendió a tratar heridas, y la mayor ventaja que tenemos hasta el momento, somos capaces de usar energía primaria.

Me detuve a pensarlo un rato, no parecía ser mala idea, pero debíamos ser extremadamente precavidos.

—Si, si, lo que tú digas, pero aún así no estoy convencido.

Emocionado Gell empezó a celebrar su victoria.

—No tienes de que preocuparte Hayato, los grupos suelen unirse a la hora de entrar a la mazmorra, solo tenemos que lograr que se nos una un aventurero de rango bronce.

Reposé mi cabeza en la mesa.

—Sabes mucho sobre el tema de los aventureros, pero eres un idiota en todo lo demás. ¿Cómo puede ser?

Gell golpeó la mesa.

—¡No soy un idiota!

Aoi estaba nerviosa, no pude evitar preocuparme.

—No, lo eres, definitivamente lo eres

Gell estaba furioso.

—Ustedes pueden ser muy desesperantes saben.

Ignoré sus quejas, mientras veía como la expresión de Aoi empeoraba. Nos separamos poco después, pese a sus nervios, Aoi no dijo nada. Cuando regresé a mi casa encontré a Feng jugando con mi mascota en la puerta.

«¿Qué hace Feng aquí?».