Chereads / Cronos: Tale of the dark adventurer / Chapter 2 - Tras la primera batalla

Chapter 2 - Tras la primera batalla

La bestia se abalanzó a mi posición, por suerte, la flecha que lancé con anterioridad logró derribarla antes de que llegase a atacarme.

Gell golpeó a un lobo con su hacha y me habló.

—Hayato. ¿Estás bien?

Empecé a observar a mi alrededor.

—Si, mantente en guardia, nos están rodeando para atacarnos por la espalda.

Aoi parecía estar asustada, sin embargo, sostenía su maza con fuerza, lista para defenderse. Gell se abalanzó para protegerla de un ataque de las bestias, por desgracia uno de los lobos mordió su brazo izquierdo.

—Aoi, ¡Cálmate, te necesitamos para salir vivos de esta!

Aoi se sorprendió y luego de pensarlo empuño su maza para defenderse de otro intento de ataque. Gell aprovechó la oportunidad para conectar un hachazo en el estómago a la bestia atontada, fue la primera criatura que mató en toda su vida.

Por mi parte, estaba alejando a los enemigos usando mi arco y flechas, sin embargo, estás no eran infinitas, así que pronto tendría que luchar en combates cuerpo a cuerpo.

Aparte a un lobo dándole una patada en el hocico y me reposicioné a espalda de Gell.

—Oye Gell, eres nuestro guerrero, pero apenas has abatido un lobo, me estoy quedando sin flechas.

Gell golpeó el cuello de un lobo con fuerza propinándole una herida profunda.

—¡Callate!, empieza a usar tu daga, las flechas de pedernal no penetraran la piel de los lobos de Sakura.

Tomé mi daga y esperé a que uno de los lobos se abalanzase, en cuanto este lo hizo me preparé, me deslice debajo suya y apuñalé el cuello de la bestia.

«Yo, lo hice. Maté a un lobo».

—¡Hayato!, ¡Cuidado!

Me sorprendí por un momento, repentinamente un zarpazo desgarró mi hombro derecho, conforme perdía sangre, mi vista se oscurecía y mi cuerpo empezó a tambalearse, el lobo tenía sus patas manchadas con mi sangre.

Al darme cuenta de esto me estresé y retrocedí cayendo en el suelo, mientras intentaba tapar la herida con mi mano izquierda, para mi mala suerte, una de las bestias se aprovechó de esto y me atacó mientras estaba indefenso.

—¿¡Qué estás haciendo!? Levántate, no puedes morir aquí.

Aoi estaba reteniendo al lobo golpeándolo con su maza repetidas veces.

Gell ayudó a Aoi cortando el cuello del lobo de un hachazo.

—No podemos... Dejarte aquí.

Gell parecía cansado, era de esperarse, no había descansado para nada y se encargaba de mantener a las bestias lejos de nosotros.

Me apoyé en Aoi para ponerme de pie y adopté una postura de combate, preparándome para recibir cualquier ataque que las bestias preparasen.

Uno de ellos decidió abalanzarse en mi contra, tomé mi cuchillo y esperé su embestida, esquive a duras penas, aunque me lastimé un poco, tan rápido como pude di un giro y apuñalé la cabeza del lobo.

Subí a su lomo y continue apuñalándolo hasta que este dejo de moverse, el forcejeo hizo que mis heridas se abriesen aun más, por suerte no parecía haber más bestias alrededor.

«Así que... ¿Lo logramos?».

Sabiendo que habíamos sobrevivido a aquella situación mortal, mis fuerzas finalmente cedieron, desmayándome poco después.

...

Desperté viendo un techo de madera, reconocía el lugar, estaba en mi cuarto. ¿Cuándo me trajeron de regreso a mi hogar? Intente moverme, pero el dolor de mis heridas me hizo recapacitar.

«Estuve muy cerca de la muerte, es normal que mis heridas no hayan sanado, aunque me siento mejor que antes, ¿quizás me ha tratado un sacerdote? No puedo saberlo, sinceramente fui muy descuidado».

Volteé a ver el cuadro con el rostro de mi madre, el espejo que compré anteriormente estaba al lado de este, reflejando nuestro parecido, ojos negros, aunque los míos eran más pequeños, su rostro era redondo, a diferencia del mío, pues era ovalado.

«¿Lo habré heredado de mi padre? Me gustaría saber cómo se veía».

Miré al techo nuevamente, toda la batalla pasó por mi mente, cada momento crítico de la misma.

«No puedo rendirme, simplemente fue un descuido, para empezar, no se supone que un cazador luche en combate cercano, la próxima vez, definitivamente lo haremos bien, o eso espero...».

Mis pensamientos fueron interrumpidos, cuando la puerta principal fue estampada repentinamente de una manera bulliciosa.

—Así que este es tu hogar Yamato. ¿Está tu sobrino aquí?

Asustado volteé a ver a mi lado, era un hombre de aspecto joven, con cabello blanquecino y un bastón con un cristal en su punta, mi tío estaba detrás suya.

—Vaya, eras tan pequeño la última vez que te vi, mírate ahora, ya eres todo un aventurero, incluso estas cubierto de heridas, como debe ser.

Intenté hablar con él, pero en cuanto intenté hacerlo empecé a escupir sangre.

La mirada del hombre se tornó seria, este volteó a ver a mi tío, el cual estaba parado como un tonto mientras se rascaba la cabeza.

—Yamato. ¿Es que acaso lo ha tratado un amateur? ¿¡Cómo puedes permitir que le pase algo al hijo de Fumi!?

«¿Conoce el nombre de mi madre?».

Mi tío empezó a reír nerviosamente.

—Mira, prometí cuidar del muchacho, pero no esta de más que se eduque un poco en el combate, ¿no crees?

Miré a el tío Yamato con desdén.

«Pero si casi nunca estás en casa».

El hombre con cabello blanquecino colocó la punta de su bastón sobre mi cabeza y luego de que una luz empezó a brillar me sentí mejor.

—Está hecho, si bien el ether es incapaz de sanar heridas, al menos aliviara un poco tu dolor, buena suerte, chico.

El hechicero se marchó, no sin antes dejar una bolsa llena de artefactos mágicos en el suelo.

—¡Oye Merlín! ¿qué se supone que debo hacer con estas cosas?

Merlín miró atentamente la bolsa.

—Oh, lo siento, me había olvidado de que traje tanto, sabes qué, puedes quedártelo.

Mi tío parecía molesto.

—Mi casa no es tu almacén.

Merlín se marchó del lugar, cerrando la puerta de un manotazo.

Tras eso simplemente esperé en cama.

Aún no me había recuperado del todo, debía esperar un tiempo antes de que mis heridas se sanasen por completo.

Al menos la espera no era aburrida, me divertía viendo a Loki juguetear alrededor, a veces se subía al marco de la cama para hacerme compañía un rato.

Aun así, la situación era deprimente, probablemente Gell también ha sido herido durante el conflicto y por lo que se Aoi se esforzó demasiado, dudo mucho que se haya librado de recibir alguna herida.

Decidí simplemente esperar hasta curarme, no hice mucho más mientras estuve en cama.

«No dejaré que pase de nuevo».

...

Paso el tiempo... me recuperé tras una semana o dos, pero mi cuerpo no estaba listo para salir a cazar o entrenar. Por suerte existían más opciones, aunque no las conocía bien.

«Le preguntaré a Gell, siempre esta bien informado sobre las cosas de aventureros, aunque sea un idiota... bueno, lo cierto es que suele ser bastante fiable, supongo que el señor Agni le enseña bien».

Mi paciencia fue interrumpida por un estruendo.

«¿Qué pasa? ¿Ha sido la puerta?»

Volteé a ver solo para observar a Aoi posando como una reina con Gell a su lado.

—Bien ¿quién fue el de la gran idea de patear la puerta?

Gell empezó a ver hacia otro lado.

Aoi empezó a sonreír.

—¿Es cierto que ya estás mejor? Nos tenías preocupados.

Miré a Gell.

—Si, pero la puerta...

Aunque traté de quejarme, Aoi empezó a parlotear fuertemente, interrumpiendo cualquier intento de queja que tuviese.

—¡De todas formas! Jessica no pudo venir, pero nos regaló un poco de comida.

Parecía que ambos estaban saboreando el platillo con la mirada.

Tomé el recipiente y fui a buscar un par de platos.

—Bueno, entonces comamos, se nota tanto su hambre que la gente pensaría que son vagabundos.

Gell se emocionó.

—Gracias Hayato, papá me castigo por lo que paso y no he comido lo normal por un tiempo.

«Normalmente me preocuparía, pero conozco bien a Gell... "Lo normal" son cinco platos más de lo que yo comería».

Pese a que Aoi dijo que Jessica nos regaló "un poco de comida" había suficiente para darle de comer a Gell y poder comer nosotros.

«Parece que estaba preocupada... tengo que agradecerle en cuanto la vea».

Cuando terminamos de comer, los chicos se despidieron, Aoi tenía que asistir a una reunión de nobles y Gell fue castigado por su padre por ir a una batalla sin prepararse.

Aoi se despidió, pero no parecía estar emocionada.

«Como decirlo... sus ojos normalmente brillantes parecían estar vacíos».

Me preocupaba un poco, pero no podía hacer nada al respecto, pues era su deber como miembro del clan Momozono.

«Espero que el clan Endou nunca pose sus miradas sobre mí, el estrés... sería demasiado».

...

El día siguiente, decidí salir de casa para caminar un rato, intenté pasarme por el local donde trabaja Jessica, pero no pude encontrarla por ningún lado.

«Bueno, supongo que la veré otro día».

Continué recorriendo el pueblo, el regente de la aldea había construido caminos de piedra recientemente, al parecer se decidió expandir el pueblo tras una conferencia, algo sobre el futuro de las generaciones venideras o algo así, no suelo poner mucha atención a las mismas.

«Ahora que recuerdo... ¿No era ese hombre pariente de Aoi? Uhm, no recuerdo».

Mientras estaba perdido en mis pensamientos, terminé chocándome con una chica de cabello rojizo.

Me sorprendí por un momento, al ver hacia arriba miré a la chica con la que me había chocado.

—Oye tú ¿no puedes ver por dónde vas?

Quedé estupefacto al verla, era la aventurera que había visto en el bosque, ella empezó a ver a su compañero, parecía estar preocupada.

—Oye Ichi... ¿Crees que se golpeó la cabeza?

Regresé a mis cabales e hice una reverencia tan pronto como pude.

—Lo siento, estaba perdido en mis pensamientos.

Volteé a ver mis espaldas, el espejo que había comprado estaba tirado, había una grieta en él, pero seguía reflejándome con claridad.

La chica observó con curiosidad el espejo, el marco era plateado, quizá eso llamó su atención.

—¿Tienes un espejo de mano? ¿Creí que no los fabricaban de ese tamaño?

Al ver su interés decidí cedérselo como disculpa y continuar con mi camino.

La chica miró a su compañero.

—¿Eh? ¿Por qué me dio este espejo?

El simplemente ladeo la cabeza e hizo un gesto para que se marchasen, por mi parte decidí pasar por la herrería de Gell.

Era un edificio de aspecto decente, sin embargo, las puertas solían estar cerradas debido a los pedidos que solían hacerle, pues se decía que sus productos eran como obras de arte.

Me acerqué a la puerta, solo para ver como Gell salía corriendo de su casa, su padre y madre estaban tirándole herramientas.

—¿¡Como es que no puedes hacer una simple aleación de damasco, pero haces un mecanismo a la perfección!? Eres mi heredero Gell... arg, no debí haberte llevado a Izmir.

Gell salió corriendo, parecía estar enojado.

Decidí seguirlo, después de todo fui a encontrarme con él, se detuvo en una banqueta cerca de la plaza del pueblo, decidí sentarme a su lado.

—¿Y bien? ¿Qué fue lo que paso?

Gell tenía la cabeza agachada, se podía notar su preocupación.

—Yo no deseo ser un herrero, sin embargo ¿porqué quieren obligarme a serlo?

Me levanté y caminé con lentitud.

—Espera, a donde vas.

Volteé a ver a Gell.

—Nada de eso importa, incluso si tratan de obligarte, solo tienes que seguir viviendo a tu manera ¿no crees?

Gell empezó a reír frustrado.

—Sería más profundo si no lo dijese el señor libertad.

Al escuchar eso me detuve, un silencio incomodo inundo la zona.

«¿Así que piensas de mí de esa forma? No, supongo que tiene razón»

—Incluso si soy yo quien lo dice, debes tener agallas para tomar riendas de tu propio futuro, incluso en un mundo como este... ¿No es aquello por lo que decidimos ser aventureros?

Gell decidió ponerse de pie, aún parecía estar frustrado, pero su expresión me decía que trataba de sobrellevarlo.

Ambos continuamos caminando sin decir ni una sola palabra, lo cierto es que no sabía bien que decir, mi vida no estaba marcada por las expectativas de nadie, mi tío me daba libertad en todo y mi madre había muerto hace un tiempo.

Mientras, tanto Aoi como Gell tienen el peso de sus familias sobre su cuello, siempre se han esperado grandes cosas de ellos, a diferencia de mí.

«Ni siquiera estoy cerca de heredar un puesto en la familia Endou».

Luego de caminar por un rato Gell decidió que separásemos caminos.

—Lo siento, yo... solo quiero estar solo un rato.

Le di un golpe en el hombro y cambié de rumbo.

—No te preocupes, se que tu vida es difícil.

Gell empezó a sonreír. 

—Gracias Hayato.

...

Tras despedirme de Gell, marché hacia los campos de entrenamiento del pueblo, generalmente no solía pasar nada emocionante, pero ese día algo había cambiado.

—¡Ifrit, concédeme tu llama!

Aquel mago de cabello blanco dijo esas palabras y una columna de fuego se había formado, como si la misma naturaleza obedeciese su comando.

A su lado había una chica sosteniendo un gran bastón, parecían estar haciendo una demostración.

«¿Qué... ha sido eso?».

Caí de espaldas tras ver tal maravilla y cuando terminó, como si todos los novatos nos uniésemos al unísono, gritamos de emoción.

//Siguiente capítulo: La orden de magos "Avalon" //