"Arte de Fusión Divina del dios Jano: Pentagrama de la Esperanza" – Cante la primera parte de mi Arte Divina.
El pentagrama se enmarcó en un tono blanco intenso, sustituyendo las líneas rojas de sangre.
Todos tenían una expresión de incredulidad en su rostro.
El silencio reinaba sobre la plataforma. Quería responder sus preguntas, pero el tiempo no estaba de nuestro lado.
"Sé que si les hubiera explicado antes el propósito de este pentagrama no lo hubieran aceptado" – dije finalmente. Rompiendo el silencio.
Todos estaban estupefactos. Sus miradas estaban puestas en mí esperando recibir más información.
"¿Qué es esta arte divina? ¿De qué se trata? ¿Por qué no nos podemos mover? ¿Y cómo estás tan seguro que no lo hubiéramos aceptado? Siempre te hemos obedecido" – dijo Freya. Tratando de comprender la situación.
Sus preguntas estaban justificadas. Simplemente, negué con la cabeza un par de veces.
"No es solo una Arte Divina. Es un Arte que contiene cuatro Artes Divinas. Por eso se llama Arte de Fusión Divina" – dije tratando de aclarar su duda.
Camine hacia la escalera que había creado para subir la plataforma.
"Estuve pensando en la forma de vencer a los monarcas" – dije mientras continuaba caminando. No quería que siguieran viendo mi rostro.
Al llegar a la escalera me detuve y fijé mi mirada en los cinco monarcas que seguían sufriendo bajo mi Arte Divina.
"Finalmente, encontré la solución" – dije con certeza. Tratando de convencerme a mí mismo de que el plan que estaba ejecutando eventualmente traería a solución a este conflicto.
"La solución son ustedes cinco".
Mis palabras dejaron a todos en la plataforma en estado de shock.
Había una parte de mí que se sentía culpable al poner sobre sus espaldas una carga tan pesada. Yo era su dios y era mi responsabilidad resolver este conflicto, pero había agotado todos mis recursos y al final no había logrado detener esta rebelión.
Mi única esperanza era que ellos se volvieran lo suficientemente fuertes para rivalizar contra ellos. Sabía que sí lograban adquirir ese poder. Podrían ayudarme a someterlos.
"Esta Arte Divina que cree. Tiene como propósito congelar sus almas durante 120 años. Sus almas serán enviadas a una dimensión de bolsillo separada, donde estarán a salvo. Al cumplir los 120 años, sus almas volverán al ciclo de reencarnación. Permitiéndoles reencarnarse una vez más" – dije finalmente mientras me volteaba para darles una última mirada.
Las lágrimas fluían sobre sus mejillas. Las cuatro personas presentes no querían aceptar esta realidad. El alma de Jason fluctuaba inestable debido a las emociones de tristeza que estaba experimentando.
Quisieron hablar, pero les hice callar.
"Escuchen atentamente mis palabras. He viajado en el tiempo y he visto la época perfecta para que ustedes reencarnen. Ustedes son los cinco talentos más grandes que han existido en el mundo. Sus cuerpos y su raza no les permitieron explotar su máximo potencial, pero esta vez no será así. He buscado los mejores cuerpos para ustedes" – dije finalmente. Dándoles un momento para que procesaran mis palabras.
Cuando me disponía a bajar de la plataforma. Escuche la voz de Harold.
"¡¡DETENTEEE!! ¡¡DETÉN ESTA ESTUPIDEZ EN ESTE MISMO INSTANTE!! ¡¡COMO PODEMOS IR NOSOTROS A UNA DIMENSIÓN SEPARADA DONDE NUESTRAS ALMAS ESTARÁN A SALVO, MIENTRAS TÚ LUCHAS Y PONES EN RIESGO TU VIDA!!" — grito. Mis pasos se congelaron en ese momento.
Decidí ignorar este sentimiento y bajar de la plataforma, pero fui nuevamente interrumpido.
"¡¡NO NECESITAMOS UN MEJOR CUERPO PARA LUCHAR¡¡ ¡¡LO HEMOS PERDIDO TODO!! ¡¡PADRES, HERMANOS INCLUSO NUESTRO REINO!! ¡¡YO, CANNON HUMAN LARIC!! ¡¡ME NIEGO A ACEPTAR ESTO!! ¡¡ME NIEGO A PERDERTE A TI TAMBIÉN!!" – dijo Cannon mientras su voz resonaba en la plataforma.
Mis pasos se congelaron una vez más. Este sentimiento volvió a surgir. Podía sentir que sus palabras reflejaban sus sentimientos.
Como si un hijo se negara a perder a su padre. Los cinco presentes se negaban aceptar esta realidad.
Quería decirles que todo estaba bien, pero era mentira. Conocía mejor que nadie el destino que me esperaba.
"Como he explicado. Viaje en el tiempo y sé lo que pasara durante estos 120 años. Les aseguro que no mor…" —
"Pero ellos te harán daño ¿Verdad?, ¡¡NO MIENTAS!! El hecho que no mueras no quiere decir que estarás bien" – dijo Elizabeth. Interrumpiendo mis palabras.
No podía negar sus palabras. Como Dios teníamos prohibido mentir. Así solo que guarde silencio.
"¿Por qué no vienes con nosotros a esta dimensión de bolsillo de la que hablas? ¿Por qué es necesario que te quedes a pelear?"— pregunto Freya mientras más lágrimas se derramaban de sus hermosos ojos.
"La decisión ya está tomada" – dije finalmente. Caminando por la escalera.
Mientras bajaba escuche un grito desde la plataforma, era una voz inconfundible. Era la voz de Jason.
"¡¡TE PROMETO QUE NO TE DEFRAUDARE!!, ¡¡TRABAJARÉ MUY DURO PARA CUMPLIR CON TUS EXPECTATIVAS!! ¡¡NO ME IMPORTA LO QUE ME VENGA!! ¡¡NADA ME DETENDRÁ!! ¡¡PERO POR FAVOR!! ¡¡NO MUERAAAAAAAAAAS!!" – Jason grito a todo pulmón. Sus palabras llegaron a formar incluso un eco por todo el lugar.
Este sentimiento se hacía cada vez más fuerte dentro de mí.
Podía sentir la convicción en sus palabras. Había una fuerte determinación en su corazón. Sabía que trabajaría duro. Sabía que era un narcisista mujeriego, pero que también poseía un espíritu inquebrantable cuando se fijaba una meta.
Cuando mis pasos volvieron a tocar el suelo. Volví a cantar las partes restantes de mi Arte de Fusión Divina.
"Tiempo del alma congelado" – Cante la segunda Arte. El espacio se distorsionaba alrededor de la plataforma.
"Dimensión de bolsillo" – Cante mi tercer Arte y un portal se abrió sobre la plataforma. Comenzando a atraerla hacia la dimensión de bolsillo.
"Ciclo de reencarn… ¿He…?" – No pude acabar mi Arte final. Una fluctuación desconocida se generó en el espacio, al lado de los monarcas. Las fisuras se hicieron visibles formando finalmente un portal.
Una mano salió del portal. En su dedo índice había un anillo con una inscripción en él. La inscripción del anillo era de un número. Para ser exactos era el número dos.
"Creo que debo interceder un poco" – dijo una voz misteriosa.
Como es esto posible. Conocía muy bien este anillo. Solo había cuatro seres que poseían estos anillos y uno de ellos estaba ayudando a mis monarcas.
Las piezas empezaron a encajar perfectamente. Muchas de mis dudas fueron aclaradas en este momento.
"Arte Divina del Juicio: Libertad promulgada" - La voz misteriosa canto su Arte divina mientras su mano se retiraba hasta desaparecer junto con el portal.
El espacio volvió a la normalidad como si nunca se hubiera distorsionado.
Intenté resistir el Arte Divina del Juicio. La sangre se derramaba de la herida de mi pecho. Sentí un sabor a hierro en mi boca y escupí una bocarada de sangre. Traté de mantener activa mi Arte Divina: Castigo Divino, pero fue en vano.
Los cinco monarcas suspiraron aliviados. Esta Arte Divina del Juicio los había liberado de la tortura en la que se encontraban.
Me giré hacia la plataforma donde estaban las cuatro personas y el alma translúcida de Jason. Sus miradas se encontraron con la mía. Este sentimiento volvió a surgir dentro de mí, pero esta vez sabía que era.
La sangre comenzó a brotar de todas las partes de mi cuerpo mientras trataba de cantar mi Arte Divina Final.
Este sentimiento que había estado surgiendo en mí. Era un sentimiento de satisfacción y alivio. Al igual que cuando un padre se sacrifica sabiendo que al menos sus hijos están a salvo.
'Ahora todo está en sus manos'— Con este pensamiento en mente reforcé mi determinación.
"Ciclo de reencarnación"— Cante mi última Arte Divina.
La plataforma fue encerrada en una cúpula blanca brillante y finalmente fue tragada por la dimensión de bolsillo.
Suspire aliviado. Mi plan finalmente estaba completo. Ahora solo podía confiar en ellos.
"Es hora del segundo round viejo. Esas pequeñas ratas lograron escapar, pero tú no iras a ninguna parte" – grito Ignacio. Molesto por la huida de mis aliados.
"Déjame hacerte una última pregunta antes de comenzar nuestra batalla"— dije mientras convocaba mi lanza divina.
"Adelante. Sí, es esta tu última voluntad. Pregunta lo que quieras" - dijo Adalina. Su expresión juguetona había desaparecido y solo había rabia en su mirada.
"¿Disfrutaron mi Castigo Divino?" - dije mientras una sonrisa se formaba en mi rostro.
"El hecho que les haya permitido castigar a las razas en mi nombre no significaba que yo no pudiera hacerlo. Simplemente, quería que adquieran experiencia y maduraran un poco con el tiempo, pero me equivoque. Ustedes no eran ni dignos de recibir el título de Monarca" - dije mostrando arrepentimiento en mis palabras.
Los cinco me daban miradas penetrantes, como queriendo hacerme mil pedazos con sus miradas.
"Basta de tanta palabrería. No intentes ganar tiempo. No lograrás escapar de nosotros" - dijo Anh tomando la iniciativa.
Los convocaron sus armas y se abalanzaron hacia mí. Dispuestos a derrotarme.
'No pienso ir a ningún lado' – pensé en mi mente mientras tomaba una postura de batalla.
Me lancé hacia ellos y la batalla se reanudó.