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Chapter 8 - Bases

La noche pasada no fue del todo inútil; al menos, Heim logró refinar sus conocimientos sobre los salvadores. Aunque no encontró muchas diferencias con lo que ya sabía, repasar las bases resultó beneficioso. Los despertados, al igual que las abominaciones, se dividen en ocho rangos. Esta jerarquía se basa en la evolución esotérica y espiritual, además de refinar el cuerpo físico para soportar el poder. La peculiaridad de los salvadores radica en el uso de habilidades únicas, pero, al igual que los humanos, las llamadas abominaciones también poseen habilidades distintivas. La diferencia es que las abominaciones las utilizan para sembrar el caos, mientras que los humanos las emplean para sobrevivir frente a estas amenazas. Entonces le surgió una pregunta: ¿realmente hay una diferencia sustancial entre un humano y una abominación cuando los humanos atacan a su propia especie?

La cuestión ética y moral que se planteaba en aquella pregunta era algo que Heim prefería dejar en pausa hasta que se presentara el momento adecuado para abordarlo, no servía mucho pensar en ello ahora mismo, se dijo. Mientras reflexionaba sobre el tema de los salvadores, se recordaba algunos datos importantes. "Puff, esto debería de anotarlo mejor." Se dijo a sí mismo mientras entraba a las notas del teléfono, no las usaba mucho y ahora podría darles un uso interesante. 

Entonces dio clic en nueva nota y empezó a teclear con rapidez; "Se sabe que existen varias formas en las que las abominaciones pueden surgir. Desde forzar la fluctuación vital cuando uno ya no puede más, hasta la corrupción del núcleo o el corazón de alguien. Es curioso, pero supongo que debería planificar cuidadosamente mis acciones antes de enfrentarme a una, si es que eso llega a ser posible. Aunque la verdad, no me gustaría encontrarme con una en mi vida." Durante sus pensamientos, soltó un suspiro prolongado dejando el teléfono suavemente en la mesa y jugando con la cuchara de su tazón de cereal, mientras su mente se sumergía aún más en sus pensamientos. Tenía que saber la información de antemano para no estar del todo desprevenido.

Al seguir pensando, recordó aún más cosas que debía de anotar y memorizar, rápidamente tomó su teléfono y continuó escribiendo; "Los diversos rangos en los que se clasificaban las abominaciones eran: Frenéticos, Sombríos, Horrorizadas, Tenebrosas, Pesadilla, Devoradoras, Mutantes y, finalmente, Ápex. Estos rangos representaban el nivel de peligro que cada abominación podía representar. El sistema (Algo así como una ayuda dada por, no sé, ¿dios? ¿el universo? Es como una ventana de estado de los videojuegos RPG) proporcionaba información breve sobre los rangos, aunque ahora se sabe de que cada abominación es única y posee una habilidad distintiva. Aunque nunca se repetían, cada una tenía algo especial que las diferenciaba y clasificaba, además de su rango; ya sea una resistencia superior, una fuerza excepcional, agilidad sobresaliente o la rara capacidad de cambiar de forma. Esta última habilidad, no era considerada única ya que se repetía más de una vez en cada abominación, las probabilidades eran 1 entre 1000"

Los nombres de las categorías eran un verdadero rompecabezas, y Heim no pudo evitar expresar su frustración mientras los anotaba. "¿Quiénes fueron los bastardos que nombraron las categorías? En serio, ¿qué carajo es un Auricorde? Si no existiese el internet, no sabría que esos son los que tienen una conexión más profunda con la magia. Parece que decidieron ponerles nombres complicados solo para molestar", murmuró con irritación. Soltó un suspiro mientras continuaba con su tarea: "Ok, menos quejas, a ver, son: los de velocidad se llaman Velocicora, los de gran fuerza y que pueden potenciarse son Potenciaurea, los que resisten mucho se dicen Resistrix; los ágiles como la mierda se llaman Agiliferno, los que son mayormente tolerantes a la magia... eh, al diablo, dejaré de escribir esto. Tampoco es que lo vaya a recordar todo." Negó con la cabeza, consciente de la inmensidad de información que debía procesar. "De todas formas, no podría llevarme el teléfono. Pero podría recordarlos por sus características especiales. Entonces, encontrarse con una abominación que es muy veloz y de rango 5, por ejemplo, sería un Velocicora de Pesadilla. Es simple", reflexionó mientras intentaba simplificar la información en su mente. La tarea de memorizar todos esos detalles parecía abrumadora, y la idea de convertirse en un salvador no le resultaba nada alentadora.

"Al carajo, es demasiado. Quizás me pasé, tampoco es que haya dormido bien hoy. Me soltaron mucha información de golpe, y sigo sin procesarlo. No debo dejar que mi paranoia me consuma... No mucho al menos, no mucho. Además, ¿quién tiene el tiempo y la capacidad de memorizar esto? Raritos...", se dijo a sí mismo, consciente de que no podía permitirse dejarse llevar por el miedo. Se levantó de la silla y decidió estirarse un poco, reconociendo que necesitaba un breve descanso. Aunque los estudios lo esperaban, la idea de convertirse en salvador ocupaba sus pensamientos. "Ah, verdad... No me acabé mi cereal, me lo comeré después...", se dijo mientras se dirigía hacia la cocina. Era temprano, y Heim sabía que el día apenas comenzaba, apenas había logrado dormir por tres horas, pero se despertó a las ocho de la mañana. Su madre estaba profundamente dormida y Heim no quería molestarla, no en los pocos días en los cuales podría descansar correctamente.

Al menos Heim podía caminar, aunque su velocidad actual fuera terriblemente lenta. Para él, simplemente el hecho de poder moverse era más que suficiente. No quería sentirse como una molestia para los demás, así que se encaminó hacia el sofá de la sala de estar y encendió la TV. En ese momento, no tenía nada mejor que hacer que buscar entretenimiento. "Aunque... Quizás deba dormir un poco", murmuró mientras bostezaba, sintiendo el cansancio acumulado. "Este mueble está más cómodo de lo normal", pensó mientras se acomodaba para descansar. No pasó mucho tiempo antes de que cayera profundamente dormido, dejando que el sueño lo envolviera y les diera un respiro temporal a sus preocupaciones.

...

Heim se sumió en un sueño reparador en el sofá de la sala, ajeno al mundo que lo rodeaba. Mientras dormía, su mente divagaba entre los recuerdos de la conversación con Xavier y la nueva realidad que se le presentaba. En sus sueños, imaginaba visiones de mazmorras y abominaciones, todo ello se mezclaba con la sensación de ser vigilado constantemente. Aunque quería dejar atrás el estrés y la incertidumbre, su mente no parecía dispuesta a darle un respiro. Cuando finalmente despertó, se encontró con la luz del día filtrándose por las cortinas. Se estiró perezosamente y se levantó del sofá. "¿Me dejó dormir hasta tarde? ¿Pensé que me levantaría?" Le dolía un poco el cuello como resultado de dormir en un lugar que no era el indicado.

Mientras se dirigía a la cocina en busca de algo para comer, la conversación con Xavier volvió a su mente. "Este tipo realmente no suelta prenda. ¿Qué es lo que quieren de mí?", pensó para sí mismo mientras se servía un vaso de agua. No veía a su madre por ningún lado, y eran ... "Mierda, ¡Es la una de la tarde!" estaba algo conmocionado, en su teléfono decían las: 1 y 37 PM, nunca había dormido tanto. Quizás dormir hasta tarde estaba pasando factura.

Tenía que hacer algo en el día para sentir que lo aprovechó, no le gustaba la idea de no hacer nada. En medio de su desvío mental, su madre entró a la cocina con una expresión calmada, lo estaba buscando. "Heim, ¿cómo te sientes? Ayer fue un día agotador para ti", preguntó mientras le acercaba una taza de té. Heim le agradeció con una sonrisa y respondió: "Estoy bien, mamá. Me estoy acostumbrando un poco a estar así, es incómodo y molesto, pero, nada del otro mundo". Quería tranquilizar a su madre, además no estaba de más preocuparse por ella, así que decidió tener una breve charla. "¿Cómo ha sido tu día, mamá?", le preguntó, intentando alejar momentáneamente sus pensamientos de las abominaciones y los salvadores.

"Oh, estoy más aburrida de lo que creía, supongo que me acostumbré a trabajar en exceso. Limpié todo mientras dormías como un tronco, ningún ruido que hacía te despertaba. Si sigues así te curarás pronto." Heim realmente había dormido bastante, cinco horas aproximadamente, fue un buen descanso para su cuerpo. Al menos ya no se sentía cansado, pero sí un tanto adolorido.

"Hmm, es lo normal, no estás acostumbrada a relajarte por mucho tiempo, siempre estaba bajo mucha presión. Solo es de dejarlo fluir, supongo" No tenía ni idea de qué palabras decirle a su madre. Ella solo asintió como si comprendiera las palabras de su hijo, cosa que hizo, pero tampoco sabría cómo aplicarlas, pero pasaría bastante tiempo en casa.

"¡Oh!, invitaré a Samantha" El chico alzó una ceja en señal de curiosidad, que su madre pasara tiempo con más gente era de utilidad, no olvidaría como interactuar con las personas. "Aunque yo debería aplicar el mismo consejo, no bueno, tampoco me queda mucho tiempo con vida." El único motivo para superarlo era poder ver un amanecer junto con su madre o padre, cuando se pueda. "Entonces esperaré a que venga, tampoco es que pueda salir de casa por ahora"