Leidenschaftlich, al escuchar el nombre, la gente decía que era una nación militar. Ese era el tipo de impresión que emitía su país.
Dicho país estaba ubicado al sur del continente. Era una nación marítima con sus principales ciudades a lo largo de la costa. Las temperaturas eran en su mayoría cálidas durante todo el año y las nevadas no eran comunes en invierno. El principal interés nacional eran los productos marinos y los recursos naturales que rodean el océano, así como su utilización en el comercio exterior. Leiden, la capital que servía como puerta de entrada a tierra desde otros continentes, era conocida como un puerto comercial.
También había muchos países cuya economía no sobreviviría si el comercio se detenía en Leidenschaftlich. Esa era la razón por la cual había tantas amenazas de enemigos extranjeros apuntando a su patria. Si uno estudiara la historia del país, encontraría en su mayoría registros de batallas contra los invasores. Incontables soldados de naciones enemigas que venían del mar o de las fronteras entre otros continentes habían muerto frente a sus fuertes. También ha estado bajo el control de otros países en numerosas ocasiones.
En esas ocasiones, todos los ciudadanos eran animados a expulsar a los intrusos y recuperar su país. Eso podría considerarse la principal cualidad y el espíritu de las personas que viven en la nación llamada Leidenschaftlich. Debido a muchos conflictos continuos, mejorar sus defensas se convirtió en una necesidad. Incorporaban de manera flexible las culturas y armas de otros países obtenidas a través del comercio y las usaban sin dejar de mejorarlas. Esas experiencias convirtieron a Leidenschaftlich en una nación militar reconocida en todo el continente.
Dentro de Leidenschaftlich había un linaje que había existido desde su fundación, la Casa Bougainvillea. Era una familia cuyos antepasados eran adorados como héroes nacionales. Su comienzo estuvo marcado por el momento en que el jefe de familia de la primera generación, Ratchet, se convirtió en un patriota dedicado a la salvación de su país al expulsar a una miríada de invasores con sus habilidades con la espada y sus estrategias militares, salvando a muchas personas.
Siguiendo la grandeza de sus predecesores, era tradición en la familia Bougainvillea que sus hijos se unieran al ejército como algo natural, no había cambiado incluso en los tiempos actuales, cuando la 26ª generación gobernaba la familia. Esta historia comenzó en un punto de inflexión en la vida de Gilbert Bougainvillea, el jefe de familia de la generación 26.