Llevó bastante tiempo bajar toda la escalera. Una vez que finalmente llegaron al final, las dos se encontraron en otro corredor. Tenía espacio suficiente para que dos carros de caballos pasaran fácilmente a la vez. Las paredes estaban llenas de puertas que tenían pequeñas ventanas desde donde echar un vistazo. Cada habitación tenía el mismo mobiliario, la única diferencia entre ellos era la gente que estaba dentro. Había viejos, niñas e incluso niños más pequeños. Todos vestían el mismo overol blanco y negro, el uniforme de un prisionero. Era imposible creer a simple vista que todos ellos tenían cargos por delitos graves, ya que llevaban un estilo de vida tranquilo, sin causar ningún alboroto en particular.
— Asombroso, ¿no? ¿No te recuerda mucho más a un hospital psiquiátrico?— Cuando Violet asintió en silencio, Chaser continuó—: Hay algunos tipos aquí sin ningún remordimiento. En cualquier otra circunstancia, realmente pensarías que son personas normales. Incluso yo lo pensé cuando vine aquí por primera vez. Bueno, cuando hablan, empiezas a darte cuenta que están locos, pero por fuera, no son diferentes de los humanos ordinarios. Aterrador, ¿eh?— Chaser se rió.
— Sí, es cierto.
Chaser no supo con qué comentario exactamente estaba de acuerdo Violet, porque las dos acababan de detenerse frente a la última habitación.
— Aquí estamos. Es la celda en la que se encuentra tu cliente. La suite en la que este rey del crimen se está quedando en nuestro "hotel".
Dos guardias estaban de pie a cada lado de la puerta sin ocultar sus armas. Los hombres robustos parecían atónitos al ver la belleza de Violet, pero no tardaron en regresar a sus posiciones severas sin perder la compostura.
— A partir de este momento, solo podrás mantener los artículos autorizados contigo. Existe la posibilidad de que él pueda robar algo e intentar usarlo como arma. Por supuesto, lo contendríamos, pero no podemos darle una sola oportunidad. O bien, podrías ser influenciada por su persuasión. Normalmente no permitimos que las personas traigan incluso plumas, pero… eso haría tu trabajo imposible. Por favor, deja con nosotros todo lo que sea afilado o pueda ser un arma potencial… aparte de tus herramientas de trabajo.
— ¿Todo?
— Sí, todo.
Cuando los guardias se lo dijeron, Violet estuvo pensativa por un momento, antes de responder con un "bien" y entregar su equipaje. Su paraguas era su compañero de viaje junto con su maltratada maleta con ruedas. El guardia que los recibió se tambaleó un poco ante el peso de la maleta. Luego, se quitó las botas marrón cacao y le quitó las plantillas, sacando cuchillos de dentro.
— Oye, ¿qué estaban haciendo los inspectores durante su turno?— Gruñó uno de los guardias.
Cuando también se quitó la chaqueta azul Prusia y la puso al revés, sacó una pistola de su amplia manga. Luego, se subió la falda solo un poco. Sujetada al alrededor de sus medias estaba un cinturón con balas de repuesto, y al llegar más arriba con la mano, también sacó una funda con un cuchillo balístico. Por último, levantó las manos hacia su complejo y diligentemente trenzado cabello dorado. Dicha trenza rodó en un moño y terminó en la cinta de color rojo oscuro que la decoraba, y desde ese lugar fue de donde Violet rápidamente sacó un delgado objeto dorado con forma de aguja. Luego dos, luego tres.
— ¿Para qué… usas esos?— Inquirió Chaser, aterrorizada por las armas ocultas de Violet.
— Son dispositivos ocultos utilizados para perforar la arteria carótida.
Todos los presentes, con excepción de Violet, respiraron profundamente.
— ¿Qué eres?
— No los uso frecuentemente, son para protección. Escuché que no es seguro que las mujeres viajen solas. Aun así, no soy más que la amanuense Violet Evergarden—. Dijo como proclamándolo, simplemente tomó una pluma fuente y un juego de hojas que brillaban plateadas de su maleta.
— ¿Realmente no llevas… más armas?
Pidiéndole su confirmación, Violet pareció pensativa una vez más antes de asentir.
— Ninguna. Lo único que me queda es el hecho de que yo misma soy un arma viviente, pero no puedo hacer mi trabajo si no puedo pasar, así que, ¿está bien?
Eso podría haber sido una broma. Sin embargo, después de haber visto las armas ocultas nadie se rió.
Removieron la cerradura y la robusta puerta se abrió con un sonido sordo.
El interior era considerablemente más espacioso de lo que se podía imaginar desde el exterior. Era dos veces más grande que lo que había observado de las de los otros reclusos cuando pasaba junto sus celdas. Con la habitación siendo tan grande, los escasos muebles destacaban: una cama con solo un colchón y patas blancas, un lavabo sin espejo, y aunque había un inodoro y una bañera, ambos estaban separados del resto por delgadas y semitransparentes cortinas y nada más. Aparte de eso, numerosos libros yacían esparcidos por el piso y una mesa con dos sillas se encontraba en el centro de la habitación. Los muebles y el papel tapiz eran completamente blancos. Era casi como el interior de una casa de muñecas. Similar a un templo o un santuario, era vacío y solitario.
— Hola, Violet Evergarden.
Un hombre estaba sentado en una de las sillas. Cadenas de hierro sujetaban su cuello, muñecas y tobillos. Su voz distintiva se desbordaba con la gallardía de un caballero. Su cabello gris escarchado estaba cuidadosamente peinado, la piel parecida a la cera, quizás por la carencia de contacto con la luz del sol. La palidez era aún más notable dado que llevaba un overol blanco y negro y el lunar debajo de uno de sus ojos color avellana como de zorro era su rasgo más notable. No se percibían indicios de maldad en su amable sonrisa, hasta el punto de no creer que era el prisionero mejor resguardado de Altair.
— Un placer conocerlo. Me apresuro a cualquier lugar que mis clientes deseen. Soy del servicio de Auto-Memories Dolls, Violet Evergarden.
Cuando Violet se inclinó elegantemente, el hombre señaló hacia la silla vacía. Las esposas emitieron un sonido inquietante mientras gesticulaba.
— Bueno, siéntate.
La prótesis de Violet crujió cuando puso una mano en la silla. Parecía que el objeto había sido pegado al piso como para no ser un arma potencial.
— ¿Sabes acerca de mí?
— Sé lo que leí en los documentos de la compañía que me envió.
— ¿Sí? Entonces intenta recitar mi registro criminal.
Como si Violet lo hubiese memorizado a la perfección, inmediatamente respondió:
— En primer lugar, fue buscado como criminal de guerra de primer grado en la Gran Guerra anterior. Después de su deserción, cometió repetidamente asalto, violación y asesinato a través de un incendio intencional, después de un tiempo de estar en las noticias, se estableció como el líder de un culto religioso. También está detrás de la muerte de los devotos de este culto. Aproximadamente cuatrocientos creyentes se envenenaron en un suicidio masivo bajo su mando, Maestro. También destrozó los cuerpos de estas personas e hizo una torre con sus extremidades. Eso, entre otras cosas.
El hombre le dio una ovación a Violet.
— Me has estudiado bien. Estoy feliz, Violet. No tienes que referirte a mí como "Maestro", simplemente llámeme por mi nombre—. Dijo, tan alegremente que uno podría pensar que la lista de cargos en su contra no era real.
Sin embargo, extraños indicios de locura se mostraban constantemente cuando hablaba. Después de todo, disfrutó escuchando a otra persona hablar sobre sus innumerables pecados.
Violet lo obedeció sin dudarlo.
— Sir Edward Jones—. El nombre susurrado salió desapasionadamente de sus labios—. Entonces, Sir Edward, esto es un poco grosero de mí ya que apenas nos conocemos, pero me gustaría empezar a trabajar lo antes posible. ¿Para quién deseas escribir?
— ¿Ya? Hablemos más.
— El tiempo que me permitieron es limitado.
— Yo… quiero que escribas una carta, pero es solo una oración, así que terminaremos pronto. Y entonces Violet se irá, ¿verdad? Así que hablemos hasta el último minuto.
— El tiempo otorgado por los superiores es de trece minutos.
— Fueron bastante tacaños. Es porque eres costosa, eres como una cortesana de clase alta, ¿verdad? Harás todo lo que te digan después de pagar la tarifa.
— No ofrezco servicios sexuales. Soy una Auto-Memories Doll.
— Jajaja, quise decir que te vendes. Tú… realmente… no cambias. En el pasado, cuando te vi en el campo de batalla, parecías una fría muñeca de porcelana. Esa fue mi primera impresión de ti.
Violet frunció las cejas ante las palabras de Edward. Un pequeño cambio ocurrió en la cara de la "fría muñeca de porcelana".
— Ah, esta expresión. Realmente no me recuerdas. También soy un ex soldado. Aunque nunca hablamos, éramos parte de la misma operación… verás, en la batalla de Gate Ghost cuando tenías un acuerdo temporal con el otro país. A menudo eras seleccionada para estar en las Fuerzas Especiales, ¿verdad? Siempre te estabas aferrando a uno de los superiores, por lo que nunca sentí que hubiera alguna oportunidad de contactarte. Esa vez, incluso los muchachos de mi división comentaban sin parar lo linda que eras. En realidad, hubo uno que se puso en marcha para hacer su movimiento contigo, pero no regresó antes de que comenzara la operación… hey, ¿le hiciste algo?
Violet no le contestó a Edward, que decía tonterías como agua en una cascada. Como si quisiera decir algo, se quedó rígida con la boca abierta.
— ¿O tal vez ese oficial superior se hizo cargo de él? ¿Eso significa que estaban en una relación? Ustedes dos no se sentían así en aquel entonces… de cualquier forma, ustedes eran como un perro rabioso y su dueño. ¿O podría ser que se divertían por la noche? Tengo mucha curiosidad sobre eso… aah, no hagas esa cara, da miedo. Las mujeres se hacen más fuertes cuando están enojadas y me pone nervioso. Pero, Violet, soy tu Maestro ahora, así que no puedes morderme.
— Sabe… sobre mi pasado.
Cuando finalmente obtuvo una reacción de Violet, Edward movió su cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, como un niño.
— Sí, lo sé… que eras una chica soldado reclutada por tu fuerza. Además, abandonaste tu pasado y ahora trabajas como amanuense. Investigué mucho. Sin embargo, es información que adquirí antes de ser traído aquí. Violet, ¿alguna vez te han arrestado? ¿No? Después de todo, eres tratada como un héroe… ser un ex soldado del país victorioso seguro es agradable… los prisioneros solo pueden bañarse una vez cada tres días. Horrible, ¿cierto? La comida también sabe mal. Esto es lo peor. Como no me dan ningún trabajo forzoso, no tengo más remedio que disfrutar el soñar despierto. Y termino pensando mucho en ti, así que me pregunto si esto no es amor.
La mirada de Edward se movió de la cara de Violet a su pecho. Observó a la mujer que estaba obligada a mantener una posición sumisa como si quisiera lamerla.
— Sir Edward, ¿no me contrató para escribir una carta?— Preguntó Violet, sin perder la compostura ante esa mirada intensamente sexual.
Ante la actitud de Violet, que podría considerarse rebelde, Edward sonrió mientras agitaba sus brazos esposados contra la mesa. Hicieron tintineos escalofriantes.
— Haré que escribas una carta. Te lo dije, ¿no?
Después de eso, dejó de sonreír. Como una vez no parecía satisfacerlo, siguió golpeando la mesa una y otra vez, sin importarle si se lastimaba las manos.
— Sir Edward.
Estruendo, estruendo, estruendo. El desagradable sonido lastimaba los oídos.
— Sir Edward.
Estruendo, estruendo, estruendo. Su piel se desprendió, la sangre salpicando de sus heridas. Era un comportamiento autodestructivo y petrificante.
— Sir Edwar-
— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!
Edward aulló de repente, fuerte como un lobo. El horrible sonido reverberó por toda la habitación.
Pronto la puerta fue golpeada desde afuera. Cuando Violet giró hacia atrás, pudo ver a los guardias asomándose por la ventana de la puerta para sopesar la situación con ojos cautelosos. Sin embargo, se abstuvieron de entrar cuando Violet levantó una mano con un "está bien".
— Me pregunto… por qué nadie escucha adecuadamente lo que digo—. Edward movió su cuello en círculos. Luego fulminó con la mirada como si hubiera alguien más que Violet cerca de él—. Es tan problemático… Oye, Violet… la pasas bien, ¿no? A pesar de que hicimos las mismas cosas, eres tratada con honor. La gente también escucha lo que dices, ¿verdad? No es mi caso. Una vez que te marcan como inapropiado, se termina—. Tembló un poco cuando apretó con fuerza los puños—. ¿No es así? Quiero decir, ¿cuál es la diferencia entre nosotros? Si se trata de la cantidad de personas que matamos, eres la que tiene un número mayor, ¿verdad? No sé por qué… pero soy un criminal de guerra. Criminal de guerra. ¿Sabes qué es eso? Alguien que comete crímenes durante la guerra. Mi país perdió la última Gran Guerra, y el que ganó, en otras palabras, las naciones aliadas lideradas por tu país, decretó que yo era un asesino en masa que mató a demasiada gente. Cuando llegó el momento de regresar a las majestuosas manos de mi madre patria, que solía alabarme por mi fuerza… nuestra orden fue dejada de lado y me convertí en un sacrificio viviente. Es raro. Es realmente extraño. Eso me enoja. Maté a mucha gente porque mi país me dijo que así lo hiciera… así que piensas que podría perdonarles por decir de repente: "esas acciones fueron depravadas". No puedo perdonar… Simplemente mordí el anzuelo como me dijeron. Si lo que me dieron para comer estaba podrido, el que tiene la culpa no debería ser yo, sino los superiores, ¿verdad? Aun así, esos tipos… intentaron juzgarme antes de escapar. Solo estaba tratando de hacerme un lugar en mi país y llevar una vida alegre… pero no importaba a dónde fuera, sería castigado. No me gusta el castigo, da miedo… Oye, ¿no hay un país donde puedas hacer lo que quieras sin que se lo califique de crimen?
— Yo… he viajado a varios lugares, y por lo que sé, no lo creo—. El tono de Violet no cambió.
La sonrisa de Edward creció cuando golpeó la parte inferior de la mesa con las rodillas, como para mostrarle su indignación. Las esposas unidas a sus tobillos chirriaron.
— ¡AAAAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!— Otra vez, gritó exorbitantemente— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!, ¡AAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
La gente a veces intenta controlar a otros con gritos y violencia.
— Haah, haah… haah…
Es un método efectivo y fácil.
— No puedo… ya no puedo soportar esto más…
Sin embargo, hay momentos en los que funciona y momentos en que no funciona.
— Aah, no puedo soportarlo más… un montón de cosas… son bastante asquerosas, ¿eh?
Violet no hizo un solo movimiento perceptible.
— ¿Por qué la gente… no escucha lo que digo, como si fueran cadáveres?
Apáticamente, Violet simplemente lo miraba con sus orbes azules, con la expresión de una muñeca sin vida.
— Oye, oye, Violet… no es como si hubiera matado sin pensar. Tengo muchas razones… ¿tienes tiempo para escuchar a cada una de ellas? Es sobre mi hogar… ah, sobre ese culto religioso. Los seguidores murieron diciendo que utilizaban sus vidas para darme fuerzas. Querían formar parte de mí en lugar de perecer, algo como eso. Me conmovió su pasión y terminé diciendo, "entonces pruébenlo". ¿Qué hay de malo en eso? Además, es mi derecho jugar con los cadáveres de los que se convirtieron en parte de mí, ¿no es así? ¿Qué problema causaría a alguien si jugaba con cortarme las muñecas? Solo el hecho de que ensuciaría el piso. Pero podría limpiarlo yo solo. Es mi problema. Sí, era asunto nuestro. Cualquiera que fuera mi relación con ellos, la realidad de que morir era para ellos su máximo acto de altruismo y que yo estaba muy feliz por eso… es asunto nuestro. Esta forma de amor también existe. Aun así, cada vez que estaba en juicio, siempre me decían que era culpable… quería que la gente me escuchara adecuadamente. Aah, tengo tanta envidia de ti, Violet. Eres bonita independientemente del paso del tiempo. Bonita, bonita… y no eres tratada como inmundicia o estigmatizada como una deshonra como yo, ¿verdad? Pero es exactamente porque… eres bonita… Violet… que quiero arruinarte. Quiero tirarte al suelo, arrancarte la ropa, tomar tu cara cubierta de lágrimas en mis manos, hacer agujeros en tu cuerpo y jugar con ellos. Oye, Violet Evergarden…
Después de haber hablado tanto, Edward había recuperado su alegría, ojos avellana se estrecharon suavemente. Era una mirada amable. Aunque su estado actual podía hacer que uno se olvidara de lo que acababa de pasar, la sangre salpicada permaneció alrededor de la mesa que tenían delante de ellos como prueba de su exabrupto.
— Ella y yo… ¿cuál es la diferencia… entre nosotros?— Murmuró una pregunta, aparentemente a un tercero, mientras giraba en dirección opuesta a Violet.