Aiden, que se había sentido un poco aliviado de que los otros hombres se estuvieran enfocando en ella, pronto se asustó nuevamente.
¿Qué es esto?
¿Por qué esa mujer lo estaba buscando? Mientras se preguntaba al respecto, Aiden estaba en un dilema y no se le ocurría nada más que responder a la insondable entidad.
— Soy yo… soy Aiden.
Quizás revelar su nombre había sido un error. Podría ponerlo en una situación aún peor. Aun así, las caras de la gente de su ciudad resurgieron en su mente.
— Ayúda… me—… suplicó con voz ronca.
Cuando los orbes sin emociones de la mujer se detuvieron en él, que aún yacía en el suelo, ella inclinó amablemente la cabeza.
— Un placer conocerlo. Me apresuro hacia donde deseen mis clientes. Soy del servicio de Auto-Memories Dolls, Violet Evergarden.
Para cuando los soldados volvieron en sí y le apuntaron con sus armas, ella ya estaba sosteniendo su propia arma. El hacha era más grande que la altura humana promedio, pero ella la levantó con ambas manos como si no pesara nada, como si fuera una especie de bestia. Los hombres temblaron de angustia.
— ¿Qué demonios es esta mujer? De acuerdo, ¡solo mátala! ¡Mátala!
— Mu… ¡Muere, muere, muere, muere!
Los disparos hicieron eco junto con los gritos, pero la mujer permaneció ilesa mientras preparaba su hacha, no recibió ni un solo rasguño de las balas.
— Aquí voy… Mayor—. Después de susurrar en voz baja, la mujer saltó sobre Aiden, con el objetivo de rebanar a los hombres.
Aunque se veía menuda y frágil, cada uno de sus pasos reverberaba estridentemente.
Ya que Aiden estaba en un estado tan precario, le resultaba difícil girar el cuello y mirar hacia atrás, pero anhelaba ver la pelea hasta el punto de que de alguna manera logró verla por el rabillo del ojo.
Parecía que la mujer estaba bailando rondó, pero en realidad, simplemente estaba balanceando el hacha hacia los oponentes dando vueltas ampliamente. Era una técnica extremadamente extraña. Ella se protegía de los ataques usando la cuchilla casi como un reemplazo de un escudo, luego agarraba el mango enterrado en el suelo y levantaba el hacha en posición vertical, girando sobre sus talones.
Los hombres, que pronto no pudieron defenderse de los ataques hechos por un cuerpo tan delicado, se rindieron y comenzaron a gritar. Aunque sus movimientos parecían ligeros, el resultado al que habían llegado era el opuesto. Ella dominaba una variación de ciertas artes marciales asesinas clásicas que Aiden nunca había visto antes. Los cañones fueron destrozados por la punta del mango del hacha como si fuesen tan frágiles como los juguetes de niños. Simplemente al ser golpeados con el mango en sus hombros, los hombres estaban arrodillados.
— ¡Ella es… un monstruo!— Gritó uno de ellos, huyendo sin que lo persiguieran.
La mujer se concentró únicamente en atacar a los hombres que la confrontaban de una manera similar a una máquina. Era obvio que estaba acostumbrada a las batallas extremas; la palabra "acostumbrada" es subestimarla.
— ¡Esta… maldita mujer! ¡Muere! ¡Muere!
La mujer continuó intercambiando golpes con los hombres que disparaban ciegamente en la oscuridad, balanceando el hacha sin vacilar y poco a poco acercándose a ellos mientras esquivaba las balas. En el instante en que uno de ellos tomó un arma de su bolsillo y se precipitó contra su estómago, ella giró sus esbeltas piernas ampliamente y le dio una patada en la cara. Ninguno de sus movimientos fluidos se desperdiciaba mientras ella seguía aterrizando golpes consecutivos.
La diferencia de poder era abrumadora. Definitivamente, incluso si hubiera más soldados en su contra, la situación no habría cambiado. Era como si la fuerza de la mujer residiera inamovible dentro del hacha a la que se aferraba.
¿Por qué… no usa el filo? Aiden pensó desconcertado.
Con un hacha tan atroz, podría fácilmente poner fin a todo si usara su fuerza completa, pero no lo hizo. Decidida a empuñarla como un arma contundente, no dio ningún golpe mortal.
La batalla fue de corta duración. Después de golpear a todos menos a Aiden, la mujer regresó a su lado. Poniéndose en cuclillas, ella se asomó a su rostro.
— Me disculpo por la espera.
Fue entonces cuando Aiden se dio cuenta de que la que se llamaba Violet Evergarden tenía un rostro con reminiscencias infantiles. Su belleza bien desarrollada daba la impresión de ser una mujer adulta madura, pero su figura también era similar a la de una niña.
— Maestro—… Violet jadeó profundamente al mirar mejor el cuerpo de Aiden.
— Gra… Gracias… por salvarme. Hum… ¿cómo… me conoces?
Cuando Aiden habló con un rastro de sangre que salía de su boca, Violet sacó un conjunto de vendas de su bolso y comenzó a envolverlas alrededor de sus heridas.
— Maestro, me llamaste. Se contactó con el servicio Auto-Memories Dolls después de ver nuestro anuncio, ¿no es así? La tarifa sin duda ha sido pagada.
Al escuchar eso, Aiden buscó en su memoria a pesar de que su rastro de pensamientos se nublaba debido a la pérdida de sangre. Ahora que lo pensaba, un miembro de su escuadrón le mostró un viejo panfleto mientras bebía en el bar de una ciudad al lado de su antiguo campo de batalla. El tablero de anuncios del bar estaba lleno de variados servicios informativos, volantes de mensajes y memorandos y el hombre había encontrado ese folleto entre ellos.
— Así que era cierto… ¿que "el servicio de Auto-Memories Dolls se apresurará a cualquier lugar en cualquier momento"?
Sonrió al ver el eslogan promocional. Fue en ese momento que Aiden recordó que efectivamente había contactado al servicio como castigo por perder en un juego de cartas y le había costado una cantidad absurda de dinero.
— ¿Qué tipo de Doll desea? Aceptamos cualquier solicitud.
Después de que un joven le preguntara por el teléfono, Aiden respondió sin pensar demasiado:
— Me gustaría una belleza exquisita que pudiera llegar al frente. Ah, una mujer, por favor.
— Las Dolls requeridas para viajar a áreas peligrosas son especialmente caras.
— ¿No hay forma de hacerlo más barato?
— Una oferta relativamente barata es si alquila una por el tiempo mínimo de un día.
— Entonces iré con eso. Hum, mi cuenta es…
Había olvidado cancelar el pedido después, y probablemente no había hablado muy bien por teléfono ya que estaba borracho en ese momento. Entre las personas que habían festejado con él como idiotas, nadie había recordado lo que había hecho al día siguiente debido a su resaca.
Pensar que ella… realmente vendría… Además, una mujer así sola en el medio de una zona de combate… una exactamente como yo pedí, nada menos.
Como la figura de Violet se reflejaba en los ojos de Aiden, se veía nada menos que angelical.
— ¿C-Cómo… sabías dónde estaba?
— Secreto de la compañía. No puedo responder eso—. Se negó tan bruscamente que solo pudo callarse.
Si una simple corporación amanuense ha hecho tal logro, ¿cómo demonios podría ser un "secreto corporativo"?
— Por ahora, Maestro, simplemente escapemos de aquí. ¿Le duele su cuerpo? Por favor, aguántelo…
— No, no… solo se siente muy caliente. Esto es… probablemente… bastante malo, ¿verdad?
Ante la pregunta llena de lágrimas de Aiden, Violet se tragó lo que parecía estar a punto de decir. Después de un silencio momentáneo, se acomodó el hacha en una funda sujeta a su alrededor y abrazó a Aiden.
— Tendré que tratarlo como equipaje por un tiempo. Por favor, tenga paciencia.
Su cuerpo rebosaba fuerza, ella lo levantó. A pesar de su comentario anterior, estaba más cerca de llevarlo como una princesa.
La vergüenza parecía posible incluso en ese momento y Aiden sintió ganas de reírse entre lágrimas.
Desde ese momento, las acciones de Violet fueron rápidas. Mientras corría por la jungla a pesar de llevar a un hombre adulto, le preocupaba lo que haría si encontraban más enemigos, pero parecía que no sería el caso. Aparentemente, Violet estaba recibiendo instrucciones de alguien. Ocasionalmente se filtraba una voz de los grandes pendientes de perlas que llevaba, y ella se movía después de contestar en voz baja.
Poco después, los dos llegaron a una casa abandonada con la intención de usarla como escondite temporal.
¿Es este lugar realmente seguro? Aunque no es que podamos escondernos para siempre. Pensó Aiden.
Él entendió que debido a la condición de su cuerpo no duraría mucho más. Violet lo había tratado con primeros auxilios, pero su sangrado no había cesado. Si eso fuera posible, ya se habría detenido.
— Por favor, manténgase oculto aquí por un tiempo.
El interior de la cabaña estaba cubierto de telarañas y polvo. Dejando a Aiden en el suelo, Violet rebuscó en su bolso y sacó una manta.
— Hay… mucho… en esa cosa, ¿eh?
Las comisuras de los labios de Violet se levantaron levemente ante la pregunta de Aiden. Alisando la manta, colocó a Aiden en el centro y lo envolvió con ella.
— Siento… bochorno…
— Enfriará más tarde.
— ¿De Verdad?
— Lo más probable. Me lo han dicho—. Esas fueron las palabras de alguien que había visto morir a incontables personas.
Aiden se sintió aún más intrigado por Violet. ¿Qué tipo de antecedentes tenía ella? ¿Cómo era tan fuerte? Muchas preguntas flotaban en su mente, pero lo que salió de su boca era algo completamente diferente:
— ¿Podrías… escribir cartas en mi lugar?
La expresión de Violet se puso rígida ante las palabras de Aiden.
— O tal vez… ¿podría ese dispositivo de telecomunicaciones llegar a mi país?
— Lamentablemente, no.
— Entonces, por favor… escribe cartas para mí. Viniste aquí… porque te contraté, ¿verdad? Por favor escríbelas. Después de todo, se siente… como que moriré pronto… así que quiero… escribir cartas—. Su garganta comenzó a secarse y tosió después de hablar.
Mientras lo veía escupir sangre, Violet se frotó los hombros y asintió.
— Entendido, Maestro—. Su rostro ya no expresaba dudas.
Sacó de la bolsa lo que parecía ser papel de buena calidad y un bolígrafo, colocándolo en su regazo y diciéndole a Aiden que dictara las cartas.
— Supongo que primero son… mamá y papá…