Chereads / violet evargaden / Chapter 15 - Capítulo 3: El Soldado y la Auto Memories Doll Parte 4

Chapter 15 - Capítulo 3: El Soldado y la Auto Memories Doll Parte 4

Habló de cómo lo habían criado con tanto amor, de cómo le habían enseñado a jugar béisbol, de cómo estaban seguramente muy preocupados, ya que no se podían enviar muchas cartas desde el campo de batalla, y cómo sus últimas cartas se habían convertido en su voluntad. Luego transmitió su gratitud y disculpas.

Escribiendo rápidamente, Violet captó sus sentimientos con precisión. Cada vez que las palabras se acumulaban, ella preguntaba si los términos utilizados eran lo suficientemente buenos, mejorando los contenidos de la carta. Aiden no había podido escribir a sus padres con frecuencia, en parte debido a que no era bueno organizando sus pensamientos, pero era diferente con ella a su alrededor. Las palabras nacieron una tras otra, todo lo que había querido decir se desbordó.

— Mamá… a pesar de que te había dicho… que me convertiría en un jugador de béisbol… para obtener dinero para que pudieras restaurar nuestra casa… lo siento. Papá… papá, quería que miraras más de mis partidos. Estaba muy feliz… cuando me dijiste que te gustaba verme batear la pelota. Yo… en realidad comencé a jugar béisbol porque quería que me elogiaras. Siento que si hubiera… cualquier otra cosa por la que me hubieras elogiado… también hubiera sido una opción. No hay nada más afortunado… que haber nacido como el hijo de ambos. Me pregunto por qué. Siempre he sido tan feliz… y, bueno… he pasado por muchas dificultades… pero… nunca pensé que moriría así.

A pesar de que sus padres no le habían enseñado cómo matar…

— No pensé que esto sucedería. Digo, normalmente… normalmente… las personas se imaginan a sí mismas convirtiéndose en adultos, encontrando una pareja, casándose, teniendo hijos… Yo-yo… yo… pensé que podría encargarme de ustedes. No pensé… que me dispararían sin saber realmente por qué… y moriría en un país tan lejos de ustedes. Lo siento. También estoy triste… pero ustedes dos… claramente… estarán más tristes. Se suponía que… debía volver con ustedes de forma segura… ya que soy su único hijo. Yo… debía regresar. Pero… no seré capaz de hacerlo. Lo siento. Lo siento—. Le molestaba tanto no poder volver a ver a sus padres y se sintió tan culpable que sus lágrimas interrumpían sus palabras de forma recurrente—. Si… ustedes dos terminan renaciendo… y convirtiéndose en una pareja casada… iré a donde están. Y luego… quiero que me vuelvan a dar a luz. Por favor. No quise que las cosas terminaran así. Yo quería… ser feliz… se suponía que… debía mostrarles… mi felicidad. Esa es la verdad. Así que por favor. Papá y mamá, oren también. Háganme su hijo otra vez… por favor.

Violet anotó cada palabra que farfulló.

— Podría hacerlo más preciso, pero a este ritmo, creo que será mejor si la carta contiene la manera de hablar del Maestro.

— ¿De… verdad? ¿Estará bien… incluso sin palabras más bonitas?

— Sí… creo que de esta manera… es mejor.

— Cuando lo dices así, como que siento… que puedo hacerlo—. rió compulsivamente, tosiendo más sangre.

Violet le limpió los labios con un pañuelo empapado de sangre.

— ¿Hay alguien más a quien le gustaría escribir?

Como le preguntó, con un toque de urgencia, Aiden guardó silencio por un momento. Su vista estaba borrosa, a pesar de que las lágrimas ya no salían. La voz de Violet también era algo distante. Si ella tenía prisa, debe haber estado terrible. Él estaba a punto de morir.

La sonrisa de una chica modesta con cabello trenzado vino a su mente.

— Para… María—. Mientras susurraba su nombre, su amor lo envolvió hasta el punto de hacer que quisiera morder algo.

— Lady María… ¿verdad? ¿Ella es de tu ciudad?

— Sí. Si entregas esto junto con la de mis padres, deberías ser capaz de descubrir quién es ella. Ella es una amiga de la infancia de mi barrio. Hemos estado juntos desde que éramos pequeños… y ella era como una hermanita… pero después de que se me confesó, me di cuenta de que probablemente… también me gustaba. Pero… Vine aquí… sin haber hecho con ella nada de lo que las parejas suelen hacer. Es un poco incómodo salir con una amiga de la infancia… Jaja, deberíamos… al menos habernos besado… Hubiera sido feliz, sinceramente. Nunca lo hice… antes.

— Transferiré estos sentimientos suyos a la carta. Maestro, solo un poco más… Por favor, haga su mejor esfuerzo—. Como si pidiera un deseo, Violet tomó firmemente la mano de Aiden.

Incapaz de sentir su calor o incluso su toque, comenzó a llorar de nuevo.

— Sí—. Después de organizar sus pensamientos nublados, Aiden comenzó a hablar—. María, ¿Te está… yendo bien?

La razón por la que estoy comenzando esta carta con un saludo tan informal… es porque no quiero que sienta que estoy muriendo.

— Me pregunto… si te sientes… sola… ya que no estoy allí. Sería un problema… si resulta que has estado llorando todos los días… pero yo… he visto tu cara cuando lloras… desde que éramos niños… y es linda, así que no deberías… llorar delante de los hombres.

Los recuerdos del tiempo que pasó con ella se reproducían uno tras otro.

— Me pregunto si recuerdas… cuando… me confesaste tu amor. Me dijiste… que no recordara… ese momento, pero… ya sabes, yo… yo… estaba realmente… realmente… realmente… feliz en ese momento.

La forma en que sonreíste en mis brazos con tus mejillas teñidas de rosa.

— Estaba realmente… tan feliz…

Su figura cuando aún era un bebé. La vez que había empezado a dejar crecer su cabello. La mujer que Aiden amaba insondablemente solo por los momentos que habían pasado juntos estaba profundamente esculpida dentro de él.

— Ese fue probablemente… el momento más feliz… de mi vida… de verdad. Quiero decir, no puedo recordar nada más. Mucho más… que cuando… gané un torneo de béisbol… o fui… elogiado por papá… lo que me hizo… más feliz…

Mi María. Mi Maria. Mi Maria.

— Fue cuando me dijiste… que tú… estabas enamorada de mí.

Cuando le dijeron por primera vez que alguien que no fueran sus padres lo amaba sin ninguna duda.

— Para decir la verdad… solía… verte como a una hermanita… pero eres… demasiado adorable, así que… pronto… me enamoré de ti… Te volverás aún más hermosa a partir de ahora, ¿verdad? Aah, estoy celoso… de los chicos que podrán verlo. Si pudiera… hubiera… querido… hacerte… mi prometida… construir una pequeña cabaña… y vivir… en ese campo contigo. Yo te amaba. Te amo María. María… María…

Ah, mi encantadora novia. Si solo estuvieras aquí ahora mismo.

— María, no quiero morir…

La respiración de Violet sonó fuertemente en sus oídos.

— María, quiero… volver contigo…

Ah… mi cabeza… se está derritiendo… poco a poco.

— Quiero… volver… a… tí—. No podía mantener los ojos abiertos. Pero si se cerraran, sintió que las palabras también se detendrían—. María… espérame… incluso si… es solo… mi alma… volveré… pero está… bien si no… soy tu "elegido". Solo espera. Solo… no lo olvides. No… olvides… al primer hombre… al que te… confesaste. Yo tampoco… lo olvidaré. Incluso por… las puertas… del cielo… no lo haré… no lo olvidaré. Maria… no… me olvides.

Violet, ¿está… todo escrito?

— Ah… no es bueno… mis… ojos no… se abren. Violet… te confío… mis car… tas. Gra… cias… por salvarme… y por… venir. No estoy solo. No estoy solo…

— Estoy aquí. Estoy aquí. Estoy a su lado.

— Por favor… Por favor… tócame…

— Estoy sosteniendo su mano ahora.

— Ah… de alguna… manera… es… cierto. Se… se puso… frío. Es verdad. Tengo frio. Tengo frio…

— Voy a acariciar su mano un poco. Está bien. Solo estará frío por un tiempo. Pronto, se encontrará en un lugar cálido.

— Estoy solo…

— Está bien. Maestro, todo está bien—. La voz de Violet sonó un poco dolorida.

Aidan perdió progresivamente la pista de dónde estaba. ¿Dónde estaba ese lugar? ¿Por qué su cabeza no estaba tan clara en este momento?

— Papá…

Oye… tengo miedo… mamá, por alguna razón… no puedo ver nada… es aterrador…

— Mamá…

Estoy asustado. Da miedo, da miedo, da miedo.

— Está bien—. Así como alguien aseguró amablemente, Aiden se calmó y sonrió levemente.

Al final, las palabras que había querido decir sin importar qué salieron de su boca.

— Mari… un… beso… yo…

Yo… quería besarte. Pero… siempre estaba demasiado avergonzado… así que me preguntaba si podrías ser la que lo hiciera.

Antes de lo que pensaba, podía oír el sonido de los labios tiernos.

Ah, al final logré mi primer beso con la chica que me gusta… María, gracias. Gracias. Encontrémonos de nuevo.

— Buenas noches, Maestro—. La voz de alguien resonó desde muy lejos.

No estaba seguro de quién era ese "alguien", pero una vez más, Aiden emitió un susurro tan ligero como un suspiro,

— Gra… cias…

Violet abrazó las cartas del joven que había muerto llorando en frente de ella, antes de guardarlas cuidadosamente en su bolso. Poniéndose de pie firmemente, se dirigió al dispositivo de comunicación.

— A partir de este momento, regresaré. Informe dónde se encuentra el lugar de alojamiento de la unidad de transporte. Además, esto es mi propio egoísmo, pero… pagaré los gastos de transporte, así que por favor… permítanme llevar… un cadáver conmigo.

No había una sola lágrima en su rostro.

— Bueno, incluso si dices que es una deficiencia, no se puede evitar. Entiendo. Yo no… hago siempre este tipo de cosas, así que… Sí, por favor. Muchas gracias.

Hablaba desapasionadamente, como si estuviera en una oficina. Sin embargo, mientras llevaba el cuerpo de Aiden Field una vez más, lo sostuvo mucho más gentilmente que la primera vez, para nada molesta por las manchas de sangre que dejó en su vestido blanco.

— Maestro, lo llevaré a casa—. Le dijo al chico que sonrió un poco con los ojos cerrados—. Definitivamente… lo llevaré a casa—. En sus rasgos inexpresivos, solo sus labios rojos temblaban levemente—. Por lo tanto… ya no estará solo.

Abrazando al joven, silenciosamente dejó la cabaña. Desde más allá de la jungla, todavía se podían escuchar disparos y gritos, pero Violet no retrocedió.