—¿Perdón? —Lith estaba desconcertado.
—¡Papá! ¿Cuántas veces te he dicho que empieces a explicar las cosas desde el principio, no desde el final! —Keyla revoleó los ojos.
—Sí, sí, querida. Mira, cuando tenía la edad de Jadon me casé.
—Fue un matrimonio arreglado, con el propósito de unir los recursos de las casas Lark y Ghishal. En ese momento, ambos estábamos en situaciones muy difíciles y necesitábamos una forma de salir de las descomunales deudas que nuestros derrochadores padres nos habían dejado.
—El lado financiero del negocio fue un éxito. Entre nuestras anualidades combinadas y al vender algunos de los activos residuales, pude tener suficiente capital para invertir en los negocios adecuados.
—Resumiendo la historia, nuestras familias pasaron de estar casi en bancarrota a ser dos de las más ricas en el Marquesado. Y fue entonces cuando todo se vino abajo entre nosotros. Mi esposa, Koya, nunca fue amable ni encantadora conmigo, solo éramos socios comerciales.