Todo su alrededor estaba cubierto por maleza y madera. Los árboles frondosos, altos como pilares; había zonas en completa oscuridad, a pesar que era pleno día.
El silencio reinaba hegemónicamente, los silencios ocasionales de diferentes animales, su umbral entre serenidad y tenebrosidad.
No había caminos ni rastros de civilización, únicamente impercedera naturaleza.
Federick se agachó, tomando un poco de tierra entre sus manos.
'Sistema, dime la ubicación actual'. Preguntó Federick sin muchas esperanzas.
En el manual, se habían remarcado varias zonas de caza; donde se explicaba su ecosistema en general.
[Mi Señor, no es recomendable acceder a está información. Es un lugar recondito, alejado de cualquier civilización; intentar averiguarlo, supondría un gasto enorme de su energía, lo que sería extremadamente negativo para su situación actual]
'Lugar recondito... Alejado de civilización'. Memorizó Federick.
Decidió ponerse en marcha, con cautela. No tenía idea de dónde se encontraba, ni su grado de peligro.
'Hoy no era un día libre, sino abundante en tareas; innumerables instructores a quiénes visitar. ¿Christopher se habrá encargado personalmente de ello?'. Pensó Federick con dudas.
Su paso era constante y firme, observando atentamente dónde ponía su pie. Había hojas por doquier y arbustos numerosos, pero no había observado rastros de vida salvaje.
'Hoy tenía estudio de historia... Supongo que el primer viaje del príncipe a las afueras, guiado por su estimado maestro, Christopher el gran general, es hacer historia en sí'.
A pesar de su precaución, su ritmo era ascendente, adentrándose a las profundidades de los terrenos interminables.
'Sus objetivos desconocidos, ¿estarán de acuerdo con los pensamientos de la familia?'. La mente de Federick era multifuncional, explorando las posibilidades y manteniendo el ritmo de su caminata.
'Mierda, hiperactividad de mierda. La caza, sí, la caza debería ser mí objeto de concentración... Mí primer paso debería ser identificar rastros o un trayecto común de la vida salvaje'.
Con ese pensamiento, Federick empezó a moverse con mayor vehemencia. Su objetivo era encontrar una altura que le permitiese observar los alrededores atentamente, pero en su ubicación actual no era posible; el terreno era cerrado, en su mayor parte cubierto por árboles altos y frondosos.
De hecho, era inexperto; en su prolongada caminata a su alrededor habían aparecido variados rastros, de los cuales no había podido notar. imperceptibles rasguños en árboles, plumas en los interiores de los arbustos y excremento animal en las esquinas.
Aunque no había notado nada, no estaba inconforme. Su objetivo original permanecía, buscando una zona medianamente abierta donde pudiera observar desde alguna altura.
...
Federick estaba sobre un árbol, el cual había escalado. Probablemente había pasado una hora desde que fue abandonado a la soledad.
Hace poco tiempo había escalado sobre el árbol, y afortunadamente había sido testigo de un posible trayecto utilizado por la vida silvestre. Luego de una ardua caminata, aunque para nada en su límite, se encontraba descansando unos pocos minutos antes de retornar a su travesía.
Empleando tiempo a organizar sus pensamientos y planes. Esclareciendo la mente a una serena; debido a que esta corta tarea ya le había supuesto una leve presión. Especialmente debido a que fue hurtado de todos sus artículos, quedando con las manos desnudas.
Estaba en el medio de la nada, sin conocimientos, ni artilugios. La única esperanza: su capacidad.
De hecho debía dar razón a las observaciones públicas sobre la personalidad de su Tío-abuelo. Esta tarea "simple" lo había supuesto a una presión inimaginable, estrés y miedo irrevocable, a cualquier otro; sin importar su estado o edad.
Pero bajo este enfoque, intentaba mejorar sus diferentes aspectos. Reconocía que su mayor potencial actual yacía en su mente y no en su cuerpo físico.
En este momento estaba realizando dos tareas: Otorgando reposo a su cuerpo y explorando las profundidades subyacentes en su interior.
Aunque no sabía cómo explicarlo, intuitivamente reconocía la posibilidad de muerte. En teoría se trataba de una "prueba" supervisada por Christopher, pero en realidad, cada cierto tiempo aparecía este sentimiento profundo y atemorizante.
Desde su nacimiento hasta su edad actual, no había sentido un sentimiento de tal magnitud. Un hecho que reconocía, era que su intuición era prodigiosa; pero nunca la había abordado en profundidad.
'Este sentimiento es enfermizo, su origen en mí pecho, ramificandose al resto de mí cuerpo... Ni siquiera la cicatrización de su ausencia, es suficiente para suprimirlo'. Federick analizó su situación en sus pensamientos.
La zona de su entrecejo palpitaba, por escasos momentos, existía una leve pero constante presión sobre ello.
'En mí anterior mundo, era considerada divina por diferentes civilizaciones antiguas... En este mundo, es mágica; tiene una gran importancia en la teoría mágica'. Pensó Federick.
Su intención era descubrir los enclaves de su situación actual, intentando no calumniarla y desprestigiarla a un suceso común.
Lento pero constante, en un momento dado, había abandonado los sentidos exteriores. Se había sumergido por completo en sus sentidos interiores.
Si Christopher no se llamará 'Christopher', probablemente vomitaría sangre si observará está escena.
'El Principio es Uno, Uno es el Principio. El acto divino, es la observación del Divino. Todo lo existente enumerado en una intención divina'.
La anteriormente vacía mente de Federick, con constancia ya había sido ocupada por numerosos colores. Su conocer, expansivo.
Repentinamente, con un 'click' de rotura; fue cuando alcanzó el epítome.
En su rostro se remarcaba una expresión relajada, con los ojos y labios sellados.
Con el silbido del aire, su visión se expandió místicamente. Como si encarnara el cuerpo de un ave, su visión se encontraba en los límites superiores del cielo.
Pero esto no se limitaba a una vista estratosférica. Su visión alternaba, lejana u cercana; Era un estado extraño, al cual no estaba acostumbrado.
Los segundos pasaron, convirtiéndose en minutos. La comprensión de Federick sobre está habilidad aumentó con cada momento que pasó.
Rápidamente reconoció el terreno que lograba observar: En realidad se trataba de dónde él se encontraba.
E incluso, podía observar su cuerpo que yacía en silencio sobre un prominente árbol. Su postura era extraña, después de todo, había sido de dificultad encontrar una posición factible en el árbol
'Malditos locos de hoy en día'.
Pero ante este descubrimiento, dirigió su atención al trayecto anteriormente visualizado. Se sorprendió al poder notar rastros, anteriormente imperceptibles.
Luego de seguir un tramo corto de este supuesto trayecto, descubrió que, de hecho, existían rastros de vida salvaje. Excrementos, marcas e incluso, diminutos pelos.
Al observar esto, decidió volver a la realidad, así proseguir con su tarea.
Dicho y hecho, volvió a tener control sobre su cuerpo. Su primera acción fue revitalizar sus sentidos; luego observó cuidadosamente a su alrededor, quién al no ver ningún tipo de peligro, finalmente bajó para perseguir el camino.
'Sistema, eres bueno ocultando'. Pensó Federick sin ningún segundo pensamiento.
[¡Felicidades! ¡Felicidades!]
Intuitivamente, desde su conocimiento interior, reconoció que esta habilidad tenía origen en su habilidad innata: 'Tres vistas omniscientes'.
Aunque usualmente lo reconocía como un 'sistema operativo', no debía olvidar su origen verdadero y excepcional; una habilidad innata, de la cual desconocía su profundidad.
Así, prosiguió su camino. Usualmente observaba excremento o marcas de animales.
Hasta que finalmente reconoció la marca de una huella. Su forma era de corazón, remarcando pezuñas, con dos dedos delanteros. Se hundía en leves pliegues y su anchura era promedio.
Federick dió una sonrisa lastimosa; aunque podía reconocer estás características, no estaba equipado con el conocimiento suficiente para reconocer al animal específico.
'Sistema, analiza está huella'. Pensó Federick con pesar.
Aunque no era su intención, tuvo que recurrir a su sistema; no era estupido, no quería ponerse en una situación de riesgo debido a malinterpretar unas huellas.
[Ciervo de cola roja: Animal inofensivo y vegetariano, comúnmente ronda en manada. Su alimento más común son los frutos silvestres. Extremadamente asustadizos.
A partir de la huella, probablemente se trate de un ejemplar en su etapa infante]
Ante la información proporcionada, Federick inmediatamente decidió proseguir con este objetivo.
Se movió con cautela, lentamente. Su intención era obtener un desempeño perfecto, por lo cual hizo lo necesario.
Pronto, luego de una decenas de minutos, fue protagonista de dos hechos afortunados. Observó más huellas similares y escuchó el ruido de un probable arroyo.
Esperanzado, prosiguió en la dirección que marcaban estas dos pruebas. Su cautela anterior, había disminuido en un pequeño número.
Cuándo a través de su prodigiosa mirada observó el arroyo, fue cuando recuperó su anterior cautela. Reconociendo los peligros potenciales.
Incluso en su conocimiento anterior, se almacenaba el sentido común que los arroyos eran sitio de concentración de diferentes animales; sin mencionar en el libro proporcionado por su Tío-abuelo.
Utilizando los prospectos que se enumeraban en el manual, su ritmo era lento. Siguió el camino del río, escondiéndose entre las malezas a su alrededor; prestando especial atención.
Esto continuó hasta que observó al aclamado ciervo, sorbiendo agua en las orillas del arroyo. Ante esto, sus puños se apretaron, pero su mente no fue cubierta en excitación.
El ciervo luego de sorber agua, cambió su dirección al interior de la maleza. Tenía la intención de seguir su camino, intentando volver a encontrar su hogar.
Detrás de él, una bestia acechaba, sus fauces liberando mal aliento y sus ojos rojos.
Federick lo siguió desde una distancia considerable. No quería revelar su posición, y esperaba asestar un golpe en el momento correcto.
Sus manos estaban libres, sin ningún objeto punzante; ante esto, sucedió un hecho completamente surrealista. Unos metros delante, clavado en un árbol cercano, se encontraba un cuchillo largo.
'Cómo es esto posible'. Pensó Federick con incredulidad.
[Mí señor, en el mango aún se presentan huellas dactilares]
"..."
Luego de obtenerlo, lo escondió en sus prendas. Aún perseguía a su presa, esperando el momento correcto.
Pero ocurrió un suceso inesperado.
El ciervo ignorante, no supo de dónde ni cuándo vino el golpe.
De las oscuridades, una bestia había salido disparada. Con decisión, sus fauces alcanzaron el cuello virgen del ciervo. Hundiéndose en el, la sangre escurrió.
'Supongo que fallé'. Pensó Federick sin decepción.
Durante la próxima hora, Federick pacientemente permaneció quieto y en silencio. Temía alertar a la manada que se habia reunido alrededor del ciervo.
Cuando finalmente se retiraron, fue cuando Federick se movió rápidamente de su lugar. El olor a sangre atraería a otros animales peligrosos.
Se alejo bastante de la zona, pero no del arroyo. Aún permanecía en las cercanías.
En este momento, además de esconderse, estaba en busca de otro objetivo. Como era cercano al río, decidió utilizar únicamente su capacidad de observación.
Esperó durante un total de dos horas, en busca del objetivo perfecto. Su respiración estaba sellada y sus movimientos eran nulos.
'No puedo perseguir a una presa modesta, ni tampoco pecar de autosuficiencia'.
Hasta que finalmente observó a una presa potencial. Similar a un jabalí, no era muy grande, por lo que pensó que no suponía un peligro mortal.
La única diferencia cualitativa, fueron sus dos colmillos enormes en forma curva, de un blanco desgastado.
Lo siguió decenas de metros, hasta que para su ridículo, observó como un arco y un carcaj, descansaban en una rama aleatoria.
"..."
Ahora equipado con un arco, flechas y un cuchillo largo, se dispuso a asesinar a su presa.
Posicionando sus finos dedos sobre la cuerda, apuntó en dirección al desprevenido jabalí. Tensando la cuerda, la soltó en un sonoro 'click'.
El jabalí, alertado, levantó la cabeza de los pastizales... Muy tarde.
En un segundo, una escurridiza flecha se hallaba penetrando su frente, la cual empezó a escurrir sangre a borbotones. No tuvo tiempo de reacción, descansando sobre los pastizales que anteriormente estaba consumiendo.
'Sistema, ¿cuál es su estado actual?'. Preguntó Federick con cautela.
Aunque el impacto era evidente, no quería correr el riesgo. De lo que habia aprendido del manual, era extremadamente importante tener respeto y ser humilde.
[Señor, aún yace con vida]
Con este conocimiento, Federick se acercó unos metros. Tensando su arco de nuevo, impactó una nueva flecha al pobre jabalí agonizando.
Ante este estímulo, reaccionó airadamente; pataleando, peleó inconsciente contra nadie. Federick aún se encontraba a más de una docena de metros de distancia.
'Sistema, ¿ya ha muerto?'.
[Aún no]
"..."
Federick se acercó con cautela, degollando al animal en su lecho de muerte.
Con este nuevo estímulo, dio su último respiro de vida en una débil pelea, para finalmente perecer.
Inmediatamente después, como si siempre hubiera estado, Christopher apareció a unos metros de distancia. Se acercó con una sonrisa salvaje.
"Chiiico, me has impresionado... Si no fuera así, te hubiera roto una pierna". Dijo Christopher con una sonora carcajada.
"¿Has aprendido habilidades de conservación?". Preguntó Christopher.
"No, aún no". Respondió Federick cortante.
"Eres un maldito inútil".
"..."
"Bien, como tú lo has cazado, este animal te pertenece. Lo enviaré a tu casa". Dijo Christopher.
"Yo no comó carne". Respondió Federick impasible.
"..."
"¿Eres un puto marica de un monasterio?". Preguntó honestamente Christopher.
"No sabía que eras un sacerdote religioso". Respondió Federick.
"Sí, un jodido marica". Finalizó Christopher.