El paso de Christopher era rápido, sus alrededores cambiaban constantemente. Desde frondosos árboles a arbustos, piedras de grandes magnitudes, terrenos fangosos, árboles frutales, etc.
Ciertamente, era un ecosistema variado.
Hasta que que finalmente llegó al terreno extenso y abierto, dónde anteriormente había abandonado a Federick. Dicho sujeto yacía en una posición extraña pero en seguridad sobre un árbol.
Probablemente ese fue su pensamiento, más desde la perspectiva de Christopher, una tragedia era inminente. En el interior del antiguo árbol existía algo que proporcionaba energía fría que carcomia con lentitud su corteza superficial; caracterizada por su antigüedad y poca vitalidad.
'Eso por no pertenecer al equipo de exploración... Tch... Tch'. Pensó Christopher.
En su hogar mantenía una gran colección en exposición de insignias personales. Había sido bastante calificado desde su niñez.
Mientras Christopher pensaba en su renumeración, Federick observaba sus alrededores desde las alturas.
Aunque Christopher exteriormente e interiormente se mostraba bastante desinteresado en cuanto a la tarea, notó este detalle; su opinión respecto al joven seguía ascendiendo positivamente.
'Su forma corporal y fuerza empiezan a desarrollarse'. Anotó, mientras observaba la forma atlética de Federick, mientras bajaba sin penurias del gran árbol.
Christopher persiguió la figura del joven a través del terreno irregular. La forma en la que operaba no había sufrido cambios respecto a su anterior; aún mantenía la precaución y cautelosidad, precisa para enfrentar a este tipo de situación 'desconocida'.
'Esto es extraño... Su desempeño, a comparación del anterior, es tan distinto'. Pensó Christopher.
Reconoció como, imperceptiblemente, Federick demostraba signos de poder identificar rastros. Anteriormente ignoraría tales como si no existieran, ni hubieran razón de ser.
'Bleh, mientras no destruya al mundo'.
Christopher prosiguió con su tarea, protegiendo a Federick de peligros desconocidos en la oscuridad.
El joven quién era ignorante de estos sucesos, estaba de cuclillas observando atentamente el rastro de una huella animal.
Ante esto las manos de Christopher se humedecieron de la ansiedad. ¡La dichosa tarea estaba llegando a su fin! Especialmente, debido a que identificó al ejemplar correspondiente: un pequeño e inofensivo animal.
A causa de ello, extendió su vista más allá de lo posible para la capacidad de un mortal; Desvirgando cientos de metros vírgenes a la distancia.
En su mente aparecieron diferentes imágenes: variados animales, naturaleza y un arroyo que iba cuesta abajo.
Diferentes rastros, de diferentes índoles; e incluso, huellas correspondientes al mismo ejemplar, quién también hizo acto de presencia en su mente, siendo un ciervo de cola roja juvenil.
Lo más probable es que se hubiera perdido de su manada en algún evento: Una ola de animales, inmigración de los mismos o producto de la amenaza de depredadores.
Era un animal común y corriente, quién no era reconocido por fiereza o fuerza. Un objetivo perfecto para un primerizo en la caza.
Como si se tratara de la estampida de un fantasma, se dirigió veloz e imperceptible a una distancia considerable en segundos. Clavando un cuchillo sobre la corteza de un árbol.
Según la dirección del ciervo de cola roja, dedujo que se dirigiría a las cercanías. Esto obra de sus interminables años en el rubro.
Un cuchillo simple pero bien forjado; era suficiente para tratar con un animal común. En cambio, si fuera el especimen más común de una bestia mutada, no sería suficiente para penetrar únicamente a través de su protección corporal exterior.
Lo siguiente, salió según lo premeditado. El ciervo se guió según el arroyo, Frederick identificó y persiguió sus huellas, finalmente encontrando al cuchillo clavado.
Pero sucedió algo inesperado... Para Federick. Un lobo se entretejió, escondió y finalmente saltó desde las hierbas. Esto supuso el primer fallo del Príncipe...
Este hecho ya había sido previsto por Christopher, quién a pesar de su inconformidad e impaciencia, no era de su interés interferir de una forma desmedida.
Pero lo siguiente, desconcertó de forma efectiva al experimentado anciano. Un joven inexperimentado e ingenuo, permaneció en completo silencio durante horas.
Visitó y volvió tres veces del punto de encuentro con Carlos II y 'Emperador antiguo'.
'Muevete ya, muevete ya, muevete ya'. Christopher repetía mentalmente retorciendose.
'Sí, los lobos eran peligrosos... ¡Pero yo también!'.
Cuando finalmente el juego de la escondidas terminó, fue cuando Christopher agradeció a sus antepasados de forma sincera.
En posteridad, repitió de nuevo su anterior movimiento, pero en esta ocasión entregándole "discretamente" un arco con flechas.
El "entretenimiento trágico", según Christopher, prosiguió según la forma premeditada. Federick identificó otra presa posible y ejecutó sus acciones con frialdad, finalmente obteniendo su objetivo.
Christopher quiso llorar de emoción, pero tuvo que finalizar su actuación. Alejándose de él, su figura anteriormente imperceptible, empezó a tomar forma.
Obstruia objetos y su túnica perceptible.
Ondeando su túnica con viento imaginario, se acercó de forma ilustre.
"Juraría haber visto unas bragas". Dijo un grillo con un eructo.
Pero como nadie entendía idioma grillo, nadie entendió su sabiduría inherente.
...
Federick finalmente regresaba luego de un arduo día. No tenía un cansancio desmedido, pero aún existía uno que se alojaba bajo sus prendas.
En esta ocasión no había sido inducido a un estado confuso; Christopher le había permitido mantener un estado lucido mientras se transportaban.
El estado espacial de las cosas que los rodeaba era confuso y cambiaba constantemente. Se desdibujaban y cambiaban de color con normalidad.
Pero para su consternación, su destino no fue directamente su hogar, la ciudad de Athenas. en cambio fueron dirigidos a mayores profundidades de los terrenos circundantes.
Cuando su ritmo terminó, llegaron a un lugar donde un olor extraño estaba presente. Fuerte y ascendente.
Federick lo reconoció al instante: Sangre. El olor crudo a sangre.
En una área considerable, se encontraba esparcida sangre por doquier; un espectáculo grotesco.
'Mierda, ¿aquí también existen los aquelarres de brujas?'. Pensó Federick.
Su pensamiento fue producto, al identificar elementos como hierbas, minerales y amuletos entre la sangre. Sus posiciones no parecían al azar...
Christopher se acercó con total naturalidad, imbuyendo su energía en la matriz.
Federick observó como una imagen se reflejaba; Fue muy similar a la demostración del erudito So-lar.
Dos figuras se reflejaban. Respectivamente, se sentaban en diferentes tronos.
Un anciano era fuerte, el otro decrépito.
Reconocía una: Su abuelo.
La otra, totalmente desconocida.
La caracterización en esta escena, era su compartir de estatus; los dos yacían en tronos verdaderos a la misma posición y altitud.
Su intención inmediata, fue realizar una evaluación sobre la figura desconocida, pero una voz lo interrumpió.
"Joven Federick, presta atención". Christopher se dirigió con extrema seriedad.
"Los dos individuos presentes, son personajes ilustres e históricos. Ten en cuenta la etiqueta y el respeto". Christopher dijo de forma sistemática.
"A tu derecha, Carlos II... A tu izquierda, Emperador antiguo". Presentó.
"Mis presentes saludos, mayores". Federick dijo con naturalidad.
Hizo una leve reverencia, saludando con etiqueta noble.
Se levantó con una sonrisa, pero no recibió respuesta.
"Di hola, pendejo". Dijo... Federick.