Capitulo 13.
Con las pocas fuerzas que tenia lo separe de mi cuerpo y me pare de la cama, Ala ¿Qué había hecho? Esto no podía ser posible, mierda y mas mierda, el parece sorprendió de mi actitud y también se para, parece preocupado.
--¿Qué te pasa Falak?
-No ha usado protección Amir- dije nerviosa y el soltó una pequeña risa, como si le pareciera tonta mi preocupación, no lo entendía.
-Falak yo me hice una vasectomía hace algún tiempo, no estarás embarazada te lo prometo- mordí mi labio inferior y luego vi las sabanas las cuales tenían una mancha de sangre muy notoria, el siguió mi mirada y luego me tomo en sus brazos y me volvió a llevar para acostarme- eres una diosa y me has entregado tu pureza, no sé cómo podría pagarte eso- murmuró mienstras me acomodaba a su lado
-Yo…
No te preocupes por nada, yo cuidare de ti- aseguro y me negué, no podía decir eso, porque el no estaba cuidando de mi en ningún sentido.
-No es solo un embarazo Amir, existen las enfermedades de transmisión sexual- él se empezó a reír y se monto encima de mi cuerpo, me gustaba este Amir, cariñoso y juguetón.
-Yo estoy limpio Falak te lo prometo, me gusta que seas tan inteligente, ¿pero ahora porque mejor no descansas yo cuidare de ti?
Pero no era tan fácil, aunque quise quedarme dormida no lo logre, fingí que dormía y sentí como él se levanto y luego de vestirse se fue del cuarto, me quede sola y me permití abrir los ojos, estaba a un paso de conseguir lo que deseaba, si tenía algo claro era que a los hombres los comprabas con sexo y yo le daría a Amir Garnet todo lo que el deseara. Me volvería su perra si de esa manera llegaría a su corazón, tenía que asegurarme de que el se enamorars tan locamente de mi que dejara todo lo que tuviera solo por estar conmigo.
Cuando me pare el sábado me escocía mi entrepierna, Dios anoche no me sentía así, hice como niña grande y me tome una pastilla y me bañe tratando de clamarme, sin duda alguna quizás muchas me verían como una zorra, me lo merecía, me había acostado con un hombre casado y con una gran familia, pero no podían mirarme mal, yo cada día me sentía más atraída, aunque tenía que seducirlo para poner feliz a mi padre, yo poco a poco me sentía más atraída por el, porque Amir era todo lo que una mujer deseaba.
Mi padre me había criado para que fuera una esposa perfecta, aunque a muchos no les parezca esto bien mi cultura así lo pide, no digo que no haya incumplido muchas cosas pero todo sea por conseguir lo que mi padre deseaba, no sabía porque mi padre quería que destruyera el matrimonio de Amir pero mi deber como hija era cumplir y no preguntar, cuando mi padre creyera que yo debía de saber así lo haría y me diría lo que estaba pasando, mienstras tanto yo solo debía de obedecer la orden que me había dado.
Me vestí de manera rápida con ropa de hacer ejercicio ya que no podía perder la rutina, cuando estuve lista y con mi cabello atado baje las escaleras de dos en dos, fui a la cocina en donde se encontraba Taylor Gordon en una pequeña pijama y con una cara de frustración, le sonrío mientras tomaba una banana, mienstras ella se ponía vieja grosa y fea yo me convertía en todo lo contrario.
-Buenos días señora- ella alzo una ceja y tomo un vaso de agua,
-Buenos días Katherine ¿A dónde vas tan temprano?- parece que le da curiosidad saber que iba hacer.
-Iré a correr un rato, no puedo perder la rutina- ella hizo una mueca de desagrado, como si le pareciera una terrible idea.
-Amir y Amid también salen a correr, a mi no me hacen falta esas cosas- evite rodar los ojos, claro que hacía falta si no querías perder la figura.
-Es que usted tiene un cuerpo maravilloso señora Taylor, si me disculpa ya me voy- estaba siendo una hipócrita pero ella parecer no lo noto
Salí de la mansión, y a lo lejos vi a padre e hijo charlando con una sonrisa me acerque a ellos, aunque no podía demostrar en público que Amir Garnet y yo habíamos estado juntos sí que podía demostrarle a él que era todo para mí, y que no era capaz de ver a otro hombre.
Ambos estaban en ropas deportivas y al parecer estaban calentando, aunque suene como una perra, Amir Garnet estaba mejor que su hijo en todos los sentidos, era muy guapo, alto musculoso, aparte era inteligente y maduro, todo lo que una mujer deseaba, todo lo que yo necesitaba.
-Buenos días, señor Garnet, Amid.
-Buen día Katherine- me responde el mayor mientras que mi primo sólo me sonríe- ¿te nos unes?
-Claro, suelo entrenar con papa los sábados.
Luego de que todos calentáramos, salimos a trotar, habían varias personas haciendo la misma rutina, cuando llevábamos como 20 minutos, Amid vio a un grupo de chicas que estaban riendo, se paro e hizo que nosotros también, veía a una rubia embelesado y luego nos sonrió con picardía ocasionando que rodara los ojos, ¿Cuándo no? Aunque mi primo había estado con mujeres de todos los colores y etnias, cuando veía una rubia algo parecida a Noelia el atacaba sin medirse ni un segundo alimentando así su obsesión, está loco.
-Papa, debo de ir con esas chicas- dice y Amir lo ve mal, de seguro el también nota lo loco que está su hijo.
-Amid hijo por Ala no debes de ir tras todas las señoritas que ves- evitó reírme.
-Tienes razón padre, pero por favor- Amir rueda los ojos pero asiente y mi primo se va de manera rápida hacia las chicas.
Amir y yo sin decir ninguna palabra seguimos trotando, cuando nos habíamos alejado lo suficiente de donde habíamos dejado a mi primo y había un callejón poco concurrido, me jalo de la mano y me metió en ese lugar, sin que lo viera venir pego nuestras bocas, mientras me empujaba a la pared, su beso estaba lleno de pasión, no había amor, pero en este momento eso no me podía importar menos, lo enamoraría, pero sabia que no era algo que pasara de un día para otro necesitaba tiempo.
Sus labios devoraban los míos, mientras sus manos acariciaban cada parte de mi anatomía que se permitía, mordió mi labio inferior y se alejo con la respiración agitada y no por el tiempo que teníamos corriendo, si no porque su cuerpo le pedí hacer más que solo besarnos.
-Tenía muchas ganas de hacer esto- sonreí y acaricie su mejilla.
-Alguien nos pudo haber visto Amir- el sonríe y acaricia mi labio con delicadeza.
-Eres tan hermosa- deja otro beso n mis labios y luego se separa y toma mi mano para que salgamos- ahora eres mi responsabilidad, yo cuidare de ti Falak, mi Falak.
Me encontraba ya en mi casa, acostada en el frio césped mientras veía las estrellas brillar, había en momentos en donde me sentía usada por todos, sentía que mi padre solo me usaba y que Amir Garnet solo me quería para vaciar sus deseos carnales en un cuerpo, sentía que era solo un objetos, un peón en todo esto, que la verdad era que nadie me quería que yo solo estaba para complacer a los demás, y nadie se tomaba el tiempo de complacerme a mi.
Pero luego estaba la otra cara de la moneda, mi padre me amaba, ¿Qué padre no ama a su hija? El me ama y sabe que es lo mejor para mi, quizás todo este asunto se deba a que no quiere que su hija se case con un bueno para nada que solo piense en mi herencia, no el necesita que me case con alguien que pueda manejar los negocios familiares, que me apoye, que sea mi pilar, no una persona que haga que quedemos en la ruina.
Papa me ama, de eso no debería de dudar, pero hay algo muy dentro de mí que me dice lo contrario, un pensamiento que quería callar a como diera lugar.