Edian se sentó en el sofá del departamento y tomó su móvil para comenzar a configurarlo. La IA le indicó los pasos que debía seguir para evitar que la rastreen. Configuró su ubicación, desactivó la función de reconocimiento facial y encriptó sus conversaciones y mensajes. A medida que avanzaba en la configuración, se sentía cada vez más segura y protegida.
Después de terminar la configuración, Edian decidió llamar a su amiga para explicarle su ausencia en el trabajo. Después de algunas explicaciones rápidas, su amiga comprendió la situación y se despidieron. Edian dejó el móvil a un lado y comenzó a pensar en qué hacer a continuación.
Fue entonces cuando la IA le sugirió un segundo viaje al futuro. Edian recordó lo difícil que fue su primera experiencia, pero también recordó lo peligroso que era. Sin embargo, la IA le aseguró que esta vez era seguro y que la energía estaba restaurada, por lo que podría ir y volver en el mismo instante si así lo desea.
Edian se levantó del sofá y comenzó a caminar por el departamento, sopesando los pros y los contras de su decisión. Sabía que estaba en peligro y que cualquier paso en falso podía significar su captura. Pero también sabía que necesitaba respuestas y que su única opción era regresar al futuro.
Finalmente, Edian tomó una decisión. Volvió a su móvil y comenzó a prepararse para el viaje. Se aseguró de que sus pertenencias estuvieran listas y de que su móvil estuviera completamente cargado. Luego, cerró los ojos y se preparó para su segundo viaje al futuro, con la esperanza de que todo sea seguro tal como la IA le había prometido.