Edian caminaba por el bosque con cautela, observando los restos de lo que parecían ser edificios antiguos. Se preguntaba qué habría sucedido allí para que todo quedara destruido y enterrado bajo la tierra. Pero mientras caminaba, comenzó a sentir una extraña presencia a su alrededor. Una sensación de que algo o alguien la estaba observando desde las sombras.
A pesar del miedo que sentía, Edian decidió seguir adelante. La presencia la estaba guiando hacia algún lugar, y ella no podía resistirse. A medida que avanzaba, todo a su alrededor se tornaba más irreal. Los árboles parecían tener una extraña energía, y el aire era difícil de respirar.
De repente, Edian llegó a un claro en el bosque. Allí, en el centro, había una extraña estructura que parecía ser una especie de portal. Edian se acercó con cautela y lo observó detenidamente. No tenía idea de qué era, pero tenía la sensación de que debía hacer algo con él.
De repente, la presencia que había estado sintiendo se hizo más fuerte. Edian sintió una extraña sensación de que alguien o algo estaba tratando de comunicarse con ella. Cerró los ojos y se concentró en la sensación, tratando de entender lo que estaba sucediendo.
De repente, una voz resonó en su cabeza. Era una voz suave y femenina que le hablaba en un idioma que Edian no podía entender. Pero la sensación que transmitía era clara: la voz estaba tratando de ayudarla.
Edian abrió los ojos y miró a su alrededor, pero no vio nada. Sin embargo, la presencia seguía allí, guiándola. Decidió seguir su instinto y entró en el portal.
Lo que encontró al otro lado fue más allá de sus sueños. Una ciudad enorme se extendía ante ella, con edificios que parecían tocar el cielo y tecnología que nunca había visto antes. Edian se quedó sin palabras, sin saber cómo reaccionar.
Pero a medida que observa la ciudad, comenzó a notar algo extraño. A pesar de todo lo que está ciudad tenía , había algo que no encajaba. La ciudad parecía vacía y abandonada, como si hubiera sido abandonada hace mucho tiempo.