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Chapter 21 - Capítulo 21: Incendio

Los parásitos que rodeaban al Gorger inmediatamente se dieron cuenta e intentaron atacarlos, pero Marlen los cortó por la mitad con su hacha. El Gorger también se dio cuenta y detuvo su forcejeo un momento para escupir ácido. Adam esquivó por poco el ataque y se acercó a él con el lanzallamas. El zombie abandonó el intento de levantarse y movió el tentáculo. Su pesado cuerpo cayó sobre el suelo e hizo temblar todo el apartamento, pero la gruesa lengua estaba ahora disponible para atacar.

Adam maldijo y se echó al suelo para evitar un golpe de la lengua. En ese momento, Jane y Noah dispararon y dañaron el otro ojo del Gorger, dejándole un hueco en la frente. Adam aprovechó esa oportunidad para lanzar una pequeña llama sobre la lengua. El fuego evaporó la húmeda piel y achicharró parte de esta.

El Gorger se volvió loco de dolor y comenzó a escupir otra nube de ácido. La enorme lengua comenzó a golpear en todas direcciones, lo que evitó que Adam se acercara más.

En ese momento, Marlen se adelantó y cortó la lengua a la mitad con un poderoso golpe de su hacha. Lo que quedaba de la lengua intentó alcanzarla sin éxito, lo que Adam aprovechó para acercarse.

La nube de ácido comenzó a expandirse y estaba a punto de cubrir a Adam. Antes de que sucediera, apuntó y disparó al interior de la boca del Gorger. El fuego avanzó, achicharrando todo a su paso. Adam retrocedió, huyendo de la nube de ácido, pero fue golpeado en el hombro por la gruesa lengua y enviado a volar contra la pared. Cuando Adam se levantó, fue alcanzado por la nube de ácido y su brazo izquierdo fue afectado. Resistiendo el dolor, Adam se alejó de la nube hasta caer en el pasillo, agotado. Para entonces, el Gorger ya se encontraba muerto y había arrojado un cristal azul y lo que parecían unos planos.

La nube de ácido no tardó en disiparse, Marlen, Jane y Noah se encargaron de matar a los parásitos restantes mientras que Miriam curó a Adam.

—¿Podrías evitar terminar mal herido en cada combate? —Le preguntó.

—Intento lo mejor que puedo.

Los planos que arrojó el Gorger resultaron ser la receta para la creación de un explosivo químico y las instrucciones para la creación de granadas caseras.

Adam examinó con curiosidad el plano. Al parecer, necesitaba a alguien con una Clase dedicada a la química. Por otro lado, para la fabricación del mecanismo de activación de las granadas, se necesitaba de un ingeniero. La parte del químico Adam no podía entenderla, pero la parte del ingeniero era bastante clara para él. Aunque podía sentir que tendría dificultades en crearlo, pues le faltaban las habilidades necesarias.

[Has matado al dueño de 3 apartamentos pequeños, por lo que…].

Adam ignoró el mensaje, pero un cambio en el mismo llamó su atención.

[… durante la batalla, dos apartamentos han sido dañados gravemente durante la pelea y para repararlos se necesitarán los recursos adecuados y alguien con la Clase adecuada. Hasta que no sean reparados no generarán nuevos recursos. La interfaz para la reparación de construcciones estará disponible luego del séptimo día].

El mensaje se refirió de nuevo a los cambios que vendrían en el séptimo día. Adam no podía evitar pensar qué podría traer dicho cambio. Al parecer, obtendría más funciones para manejar el refugio. Además, recordó lo que Marlen había dicho: en algún momento los zombies evolucionados comenzarían a salir de los apartamentos. Por último, y quizá lo más importante, el mensaje mencionaba los supuestos recursos que generarían los apartamentos. Adam sabía sobre esto de algunas preguntas que le había hecho al sistema. Él suponía que esto sería otra cosa que entraría en juego luego del séptimo día.

El grupo entero se dirigió a las escaleras y allí encontraron malas noticias. Desde donde estaban, podían ver que el piso superior había sido consumido por el fuego.

—Mierda, algo ocurrió en el último piso.

Adam se volteó a mirar y frunció el ceño. Recordó el humo que salía de uno de los apartamentos del piso 12.

—Creo que hemos encontrado algo parecido al Glaciar Zombie, pero con fuego.

—Mierda, y yo creí que la ventisca era horrible. No creo que aguantemos ni unos segundos dentro de un infierno —dijo Noah.

—Creo que hicimos demasiado ruido al matar al Gorger. Al menos el del último piso no parece haber cambiado de piso. Bajemos al segundo piso y juntémonos con el grupo de Carlos por si acaso.

Todos siguieron a Adam al segundo piso. Allí encontraron a un grupo de personas asustadas que les esperaban.

—¿Qué fue todo ese ruido? ¡Creí que todo el edificio se vendría abajo!

—Un zombie destruyó el suelo y cayó al piso de abajo. Ya lo matamos, pero me temo que el ruido perturbó al zombie que se encuentra en el último piso. No salgan de sus apartamentos hasta que la pelea termine.

Sin dar más explicaciones, Adam y su grupo descansaron durante unas tensas horas mientras esperaban que el zombie, en el último piso, descendiera en cualquier momento. Mientras descansaban, Miriam se acercó a Adam y, luego de dudar un poco, preguntó algo.

—¿No crees que sería buena idea hablar con Tarin para que nos ayude?

Adam miró a Miriam un poco sorprendido.

—¿Tu hermana no está en desacuerdo en trabajar con él?

Miriam apartó la vista y suspiró.

—Sí, ella se enojaría bastante si se entera de lo que te estoy proponiendo —dijo Miriam, luego miró a Adam y habló con seguridad—. Pero me parece que no es momento para estar con peleas. Tarin es un mago especializado en hielo y si aprende el hechizo de ventisca, estoy segura de que será de gran ayuda contra el zombie del último piso.

Adam recordó el hechizo y lo sacó de su mochila. Miriam tenía razón, la ventisca probablemente sería muy útil para enfrentar a ese zombie.

—Llama a los demás, tenemos que hablarlo, sobre todo con Marlen.

Tal y como Adam esperaba, a Marlen no le agradó la idea.

—No, ya le vendió información a su hermano sobre nosotros, por lo que no confío en él.

—Pues no voy a ir directo a mi muerte solo porque una niña como tú no puede trabajar con alguien que le desagrada —dijo Noah.

—No me importa lo que opines. Además, estás equivocado, puedo trabajar muy bien contigo a pesar de que seas una basura.

—Ya detente hermana, la verdad es que fui yo quien le propuso la idea a Adam. Tenemos que aprovechar al máximo todas las ventajas que tenemos.

—¿Qué tú qué?

Las hermanas comenzaron a pelearse mientras los demás observaban algo incómodos. Por fin, Marlen terminó cediendo.

—¿En el grupo de Carlos hay magos, verdad? ¿Por qué no le damos el hechizo a ellos y nos olvidamos de lo demás?

—Es cierto que hay un par de magos en el grupo de Carlos, pero todos son nivel 1 y durante la pelea contra el Ambusher todos entraron en tal estado de pánico que ninguno lanzó sus hechizos. Además, Tarin se especializa en hielo, por lo que estoy segura de que, a futuro, el hechizo de ventisca será mucho más útil en sus manos.

—Está bien, está bien, pero luego de que nos ayude más vale que vuelva a su apartamento como la tortuga cobarde que es.

Con el asunto concluido, Adam salió del superbloque hacia el estacionamiento. Desde allí observó el último piso del edificio. Medio pasillo estaba prendido en fuego. Adam intentó detectar al enemigo, pero el zombie estaba bien escondido entre las llamas.

Entró a su edificio y pronto se encontró tocando la puerta de los Marriz.

—¿Qué quieres Adam? No estoy de buen humor.

Tracel abrió la puerta y miró a Adam mientras intentaba reprimir su enojo.

—Quiero hablar con tu hermano.

—Me temo que no está disponible. No está muy bien después de sus aventuras.

—¿Aventuras? Pues si yo no hubiera salido de mi apartamento en busca de dichas aventuras, probablemente todos hubiéramos muerto ayer.

Adam, que rara vez perdía la calma, se volvió a enojar mucho al escuchar a Tracel.

—Si tú lo dices —Tracel mostró indiferencia, pero había comenzado a tener dudas sobre sus convicciones.

—¿Puedes llamar a Tarin?

Tracel miró a Adam unos segundos y luego cedió.

—Lo llamaré, pero si él no quiere hablar contigo no hay nada que pueda hacer. Si quieres pasa y espera en la sala.

La sala de los Marriz parecía un museo de antigüedades. Enormes cuadros de arte colgaban de la pared y los muebles estaban decorados con fundas azul oscuro de aspecto extravagante y caro, con docenas y docenas de decoraciones doradas. En una de las paredes colgaba una colección de lo que parecían casitas de porcelana de variado diseño y en otra colgaban decenas de atrapasueños de diferentes formas.

Adam había oído que la madre de Tarin era originaria Malasia, en donde tales decoraciones eran bastante comunes. Adam esperó unos segundos hasta que Tracel entró a la habitación seguido por Tarin, que no tenía un buen aspecto. Tenía los ojos rojos y su aspecto denotaba profundo cansancio.

Adam frunció el ceño. Tarín tenía muy mal aspecto.

—¿De qué quieres hablar, Adam?

La voz de Tarin era algo diferente. Adam intentó averiguar cuál era la diferencia que percibía, pero no tuvo éxito.

—Necesitamos tu ayuda para matar a un zombie en el superbloque.