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Chapter 20 - Capítulo 20: Corrosión

Entonces, Adam decidió hablar con Carlos.

El hombre abrió la puerta y le miró con el ceño fruncido.

—Necesito que tú y tus hombres reúnan los cadáveres de todos los zombies que hemos matado.

—Por supuesto —dijo Carlos, que se detuvo para pensar un poco—. Pero no creas que haremos el trabajo gratis.

—¿Es en serio? Les estoy pidiendo que limpien el desastre de su propio edificio. Así no tendrán que dormir entre un ejército de moscas y un olor asqueroso.

Adam se detuvo. Hasta ese momento no se había dado cuenta, pero no había visto ninguna mosca o insecto en ningún lugar. Sintió que este hecho era importante, pero no sabía explicar las razones del mismo. Luego de pensarlo un poco, se dio cuenta de que el único animal que había visto era Darry, de resto ni siquiera había divisado algún ave volar por el cielo. Además, Darry había caído en un extraño sueño.

—Si lo pones así, es cierto que nos conviene, pero estoy seguro de que sabes muy bien que solo los idiotas trabajan gratis.

Adam volvió a prestarle atención a Carlos.

—Está bien. Estoy dispuesto a darles algunos de los paquetes especiales.

Carlos aceptó de inmediato.

—Los zombies arrojan un cristal rojo. Quiero que me pagues con ellos. Al menos una parte de lo que consiguieron ustedes en este edificio.

Adam suprimió su irritación, pero luego de pensarlo un momento, decidió aceptar. No sabía exactamente su uso, así que prefirió aceptar el trato con Carlos.

Carlos asintió y cerró la puerta. Él no sabía qué utilidad tendrían los cristales, pero si el propio sistema los consideraba una moneda, estaba seguro de que en un futuro los billetes y monedas pasarían al olvido y los cristales dominarían todo el mercado.

Carlos despertó a todos los que estaban en su casa y apartamentos cercanos y comenzó a guiarlos, con cierta dificultad, en las operaciones de limpieza. Al final, muchos se negaron a escucharle, por lo que tuvo que realizar el trabajo con menos personas de las que esperaba.

Adam pensó en volver con su grupo, pero recordó algo importante. De su mochila sacó el trozo de hielo viviente. Como esperaba, no parecía haberse derretido, pero estaba seguro de que no tardaría mucho tiempo. Volvió a su casa y guardó el hielo en su refrigerador. Esperaba que fuera suficiente. En el camino de regreso, pasó frente al apartamento de los Marriz y pensó por un momento en hablar con Tracel, pero cambió de idea y decidió primero acabar con los zombies en el superbloque.

Adam volvió al segundo piso del superbloque y se preparó para descansar por unos minutos. Pero el descanso se extendió por varias horas mientras todos almorzaban y recuperaban sus fuerzas. Adam había notado que, si bien sus cuerpos podían recuperarse de las violentas batallas en media hora, todos tardaron un tiempo significativamente mayor en recuperarse de la pelea contra el Glaciar zombie. Parecía que, aún cuando sus cuerpos eran mucho más fuertes que antes, tenían que recuperarse adecuadamente. Cuando estuvieron listos, se dirigieron al piso superior y se detuvieron frente al apartamento del Gorger.

—Cuando maté al Gorger en nuestro edificio, este no escupió a esos gusanos.

—Aún no puedo creer que hayas matado a un zombie al nivel del Berserker solo —dijo Marlen.

—Yo tampoco, pero en cierto sentido tuve mucha suerte. Logré disparar una llamarada dentro de la boca en su estómago, por lo que lo cociné desde adentro.

—Aún así, no parece tener mucho sentido que hayas ganado —Intervino Noah.

—Yo creo que también puede ser por otra cosa —dijo Miriam. Noah la miró y levantó una ceja—. Nosotros podemos avanzar de nivel. ¿Cómo sabemos que un zombie no puede? Es decir, sabemos que evolucionan en cierto sentido, pero si siguen matando humanos y ganando poder, eso explicaría por qué los zombies más poderosos del superbloque son tan fuertes. Han tenido la oportunidad de matar a muchas más personas que en nuestro edificio.

Adam pensó que Miriam estaba en lo cierto. Probablemente los zombies podrían continuar ganando poderes a medida que progresaban hacia su próxima evolución.

—En ese caso debemos tener mucho cuidado —Los apartamentos alrededor del Gorger estaban repletos de parásitos. Adam sospechaba que el zombie había usado los parásitos que habían visto para reunir más alimento a su alrededor.

Adam abrió la puerta del apartamento y todos lo siguieron adentro. El Gorger estaba encerrado en un cuarto espacioso localizado al final del pasillo. Desde la sala, donde estaban, no podían verlo.

Recordando el truco que había usado anteriormente, Adam arrancó las puertas de la nevera, una para él y otra para Jane, luego se acercaron al monstruo.

Adam y Marlen se colocaron delante, mientras que Jane y Noah atacaron desde atrás. Las flechas de Jane y los disparos de Noah se sumergieron en lo que parecía una capa interminable de grasa. El zombie rugió enojado y, sin parar, comenzó a escupir ácido.

Adam notó de inmediato la diferencia. El ácido de este Gorger consumió más rápido las puertas de la nevera de lo que había hecho el anterior. Además, se encontró con otro problema.

Jane se tomó unos segundo para preparar su [Disparo certero] y cuando tuvo en el blanco uno de los ojos del Gorger, disparó. La flecha se clavó en el ojo derecho del monstruo, pero por desgracia no continuó su camino. El gorger se enojó tanto que decidió atacarlos con todo.

Desde su boca surgió una nube espesa de ácido que se propagó lentamente hacia el grupo.

—¡Retrocedan! —gritó Noah.

Adam y los demás retrocedieron, mientras intentaban no tocar la niebla. El Gorger, mientras tanto, continuó disparando ácido a sus víctimas sin parar. Además, desde la boca en su estómago, escupió más parásitos que, protegidos por la niebla, se unieron al ataque. Cuando sus enemigos desaparecieron de su vista, continuó escupiendo una nube de grueso ácido que avanzó en dirección a la sala.

Todos retrocedieron hasta la salida del apartamento. Adam notó que sus improvisados escudos ya no servían para nada. Además, la nube ácida avanzó por el apartamento, corroyendo todo a su paso. Adam podía escuchar el sonido burbujeante cuando cualquier cosa entraba en contacto con la nube.

—¿Cómo diablos se supone que le mataremos? —gritó Marlen.

—No tengo ni idea —respondió Noah.

Luego de salir del apartamento, el Gorger continuó enviando la nube de ácido. El cuarto en donde se encontraba estaba cubierto de una espesa nube ácida, que destruyó todo a su paso y comenzó a corroer las paredes, el techo y el suelo. No tardó mucho tiempo para que el apartamento entero sufriera el mismo destino.

Afuera, Adam intentaba pensar en algo, pero sin éxito. Mientras tanto, un grupo de parásitos abandonó el apartamento y les atacó con una lluvia de ácido.

El grupo se encargó de los parásitos sin muchos problemas y fue entonces que Adam cayó en cuenta de algo curioso.

—Los parásitos no son afectados por el ácido.

—No creo que eso sea de mucha ayuda si no podemos acercarnos al Gorger —respondió Miriam.

—No, pero creo que podríamos usar su piel para fabricar alguna armadura que nos permita entrar en la nube de ácido.

—Bueno, si consigues crear una armadura de cuerpo completo, sin agujeros y que te deje respirar, me avisas. De otro modo no creo que sirva de mucho.

Marlen tenía razón, Adam se estaba quedando sin ideas. La nube de ácido comenzaba a escapar del apartamento. Pero en ese momento, ocurrió algo inesperado.

Un horrible crujido se escuchó desde el apartamento, seguido de un profundo grito de dolor. Los parásitos inmediatamente retrocedieron y la nube de ácido comenzó a disiparse. Adam se asomó al interior y observó un espectáculo horripilante. El ácido había consumido todo a su paso, dejando por todos lados un líquido verde viscoso.

El grupo volvió a escuchar al Gorger, pero esta vez desde el piso inferior.

—Mierda, el Gorger cayó al piso inferior. La nube de ácido debió de haber consumido el suelo —dijo Noah.

—Es nuestra oportunidad, si podemos atacarle desde el agujero, y antes de que comience a lanzarnos de nuevo la nube ácida, creo que podremos matarle —Adam entró al apartamento caminando con cuidado. El ácido también había afectado el suelo de la sala. Él podía escuchar un crujido aterrador con cada paso que daba.

—Movámonos rápido, no creo que el suelo pueda aguantar mucho —dijo Jane, algo nerviosa.

Pronto llegaron al cuarto en donde había estado el Gorger y encontraron un enorme agujero hacia el apartamento de abajo. Allí, el Gorger estaba tumbado de lado y cubierto de escombros. Un montón de parásitos le rodeaban y un grueso tentáculo salía de la boca en su estómago, con el cual intentaba levantarse.

El monstruo no se había dado cuenta de que el grupo le observaba desde arriba. Adam miró a los demás y asintió.

Jane cargó un [disparo certero] y esperó el momento adecuado, mientras que Noah apuntó con la pistola a la cabeza del monstruo.

Adam y Marlen se adelantaron y buscaron, con la vista, un sitio adecuado para aterrizar.

—Cuando bajemos, mata a los parásitos y busca una salida, estoy seguro de que el Gorger intentará llenar la habitación con otra nube ácida. Yo intentaré atacar la boca con el lanzallamas, es la forma más sencilla de matarle.

Marlen asintió y luego ambos saltaron hacia abajo, a un espacio que estaba relativamente libre de escombros.