Vittorio analizaba algunos papeles en su escritorio cuando la puerta de la oficina se abrió, permitiendo que Ellis apareciera frente a él, muy diferente de la mujer vestida de rojo, pero lo que no la hizo ser vista por él como menos bella. De hecho, a Vittorio le impresionó que su belleza natural pudiera equipararse a la de anoche.
- Don Vittorio. - Habló Ellis trayendo Vittorio de vuelta de sus pensamientos.
- Sí, señorita Barker, ¿qué buenos vientos la traen aquí? ah , ya sé, no aguantaba más estar un minuto lejos de mí.
- En tus sueños. Estoy aquí para el almuerzo con tu madre. - Respondió Ellis haciendo una mueca.
- Ah, claro. - Exclamó Vittorio mientras torcía los labios. Él volvió a sus papeles y entonces dijo: - Ella debe estar ya en la cocina esperándole.
— También me gustaría hablar con usted. Quiero que retire esos 20.000 dólares de mi cuenta. No lo merecía, no cumplí con mi parte del trato y no merezco que me favorezcas. Además, - Soltó Ellis haciendo Vittorio girar la cabeza en su dirección. Ella respiró hondo y entonces retiró el contrato de su beca, diciendo: - Me gustaría revisar algunas cláusulas de nuestro contrato.
- No creo posible. Usted firmó ayer concordando con todas ellas. - Explicó Vittorio.
- Firmé con gran emoción.
- ¿Fuerte emoción? - Cuestionó a Vittorio levantándose. - Le pedí que leyera el contrato para saber si había algo que no estaba de acuerdo con él...
— Como si pudiera rechazar algo con un arma apuntando a la cabeza de mi hermano. - Argumentó Ellis, observando seriamente a Vittorio acercarse a ella. Ella trató de ignorar su colonia haciéndose más fuerte a medida que se acercaba, lo que la obligó a concentrar sus ojos en el contrato. - En fin, hay algunas cláusulas que son totalmente desproporcionadas, hice algunos cambios, pero el contrato no está bien elaborado ...
—No estoy de acuerdo. El contrato me pareció bien elaborado. Por cierto, Alessio siempre hizo los contratos de mi familia. - Explicó Vittorio lo que hizo Ellis enfrentarlo, seria. Ah, aquellos ojos que brillaban de odio hacían al mafioso preguntarse cómo serían cuando lo deseara.
- Seguro, apuesto que así es como llegaste al patrimonio de 32 mil millones. - Provocó a Ellis - Alguien necesita perder... Entonces que sea el más débil.
— ¿Crees que me estoy aprovechando de ti? - preguntó Vittorio, en serio. La provocación de Ellis lo había golpeado. Nadie lo había llamado así.
— Sí, creo. - Afirmó Ellis. Ella sonrió y entonces continuó diciendo: - Lo que me dejó un poco decepcionada con usted, Señor Amorielle... Usted siempre quiso parecer justo en sus actitudes. Pero debo decir que no me sorprende. Un hombre que puede robar un lugar de estacionamiento es capaz de cualquier cosa.
Vittorio se enfrentó a Ellis por unos segundos y luego tomó su mano y se la llevó. Sus cuerpos se pegaron y Ellis intentaba no mirar la boca de Vittorio tan cerca de su cara. Podía sentir que en cualquier momento él iba a besarla, a punto de cerrar sus ojos y esperar el contacto. Pero todo lo que sintió fue que le quitaron el contrato. Al abrir los ojos notó que Vittorio ya se distanciaba y caminaba en dirección a su silla, donde el mafioso se sentó.
- Déjeme ver... - Soltó a Vittorio observando las notas de Ellis. - Usted agregó ceros a la mayoría de ellos...
- Sí, un beso mío no vale menos que 1000 dólares. - Explicó Ellis siendo observada por Vittorio.
- Sin duda es el beso más caro de la historia.
- Es el precio que vale. - Dijo Ellis levantando los brazos.
- Pruébalo. - Desafío Vittorio encarando a Ellis.
- ¿Cómo? - preguntó Ellis.
- Demuestra que tu beso vale todo eso. - respondió Vittorio.
- ¿Cómo voy a probarlo?
- Vaya, señorita Barker, bésame y vamos a decidir el precio. - Habló Vittorio.
- ¿En serio? - preguntó Ellis.
- Fue usted quien pidió el cambio. Yo acepto, pero necesito garantía de que ese es el precio correcto. - Explicó Vittorio.
- Ok... como quieras. - Dijo Ellis aún parada en el mismo lugar , nerviosa sin saber qué hacer.
- Estoy esperando, Señorita Barker. - ¿Habló Vittorio sentado. - Quiere besarme aquí o quiere que vaya hasta ahí?
- No, iré para allá. - dijo Ellis arreglándose el cabello. - Sólo necesito un minuto.
- Está bien.
Ella se puso de espaldas a él y luego colocó la mano sobre la boca, respirando fuerte. Enseguida la colocó sobre la nariz para chequear su aliento. Ellis se sacudió toda y entonces se volvió en dirección a Vittorio que continuaba sentado observando la escena. La morena se acercó lentamente, mientras el mafioso giraba su silla hacia ella.
Ellis se detuvo frente a Vittorio y luego arrojó su tronco lentamente hacia él, mientras apoyaba sus manos en los hombros del mafioso, controlándose para no morder sus labios. Era un gesto simple, pero un torbellino de cosas pasaba por la cabeza de la joven. ¿Beso de lengua? ¿Y si el beso de él no es tan bueno? ¿Y si no le gusta su beso? ¿Cuándo fue la última vez que besó a alguien? ¿Todavía sabe besar? ¿Y si sus dientes se golpean?
- Estoy esperando, Srta. Barker.
Ella cerró los ojos y entonces se acercó su rostro aún más a Vittorio que ya ansiaba el toque. Ella ya podía sentir el aliento de él en sus labios... ahora sólo faltaba que lo tocaran.
Entonces Vittorio la llevó a su regazo, tomando sus labios en un beso apasionado. Los labios de Barker demostraron ser más dulces, suaves y cálidos de lo que Vittorio había sido capaz de imaginar. Sin embargo, lo que le sorprendió fue el hecho de que ella no se alejó ni por un milímetro. No se resistió y entonces abrió los ojos encontrando los de ella cerrados, como si estuviera envuelta por el momento. Sobre todo cuando ataba el cuello del mafioso con sus brazos.
- Ahí están ustedes! - exclamó Antonietta entrando en la oficina. - ¿Estorbo?
- Muy... - Susurró Vittorio, enojado.
- No, de ninguna manera. - Dijo Ellis saltando del regazo de Vittorio. - Sólo estábamos conversando... Haciendo algunos ajustes para la boda.
— Ajustes... Lo sé. - Comentó Antonietta observando al hijo desconcertado. Ella sonrió a Ellis y entonces se acercó: - Espero que ya hayan terminado, pues tenemos un almuerzo que preparar.
- ¿No es muy temprano? - preguntó Ellis, sorprendida, pues ella aún sentía el café en su estómago.
— Ahora, cariño, una Zuppa all'omertà horas para estar listo. - Explicó Antonietta mientras sostenía el brazo de la nuera para sacarla de la oficina del hijo: - Venga, yo ya dejé todo listo en la cocina...
- Oka, sólo necesito saber si lo que te pedí... - Comenzó Ellis volviéndose hacia Vittorio.
- No te preocupes, analizaré tu pedido. - Le dijo Vittorio a Ellis.
Las dos mujeres salieron de la habitación dejando al mafioso entretenido en sus pensamientos, o mejor, en el recuerdo del beso que había intercambiado con Ellis. Cerró los ojos automáticamente al recordar los labios de la joven en los suyos, en cómo se encajó perfectamente... Podría pasar horas besando a Ellis Barker.
- ¿Señor? - llamó a Rocco desde la puerta.
- ¿Qué les pasa hoy? ¿Por qué diablos nadie toca a la puerta? - ¿Le preguntó a Vittorio, en serio. - ¿Qué quieres, Rocco?
- Disculpe la intromisión, pero me han informado que hay una reunión en el Banco Wild Holdings entre los accionistas.
- ¿Cómo es eso?
— Aparentemente uno de los accionistas está insatisfecho con la compra del banco por el señor y decidió proponer esa reunión. - Informó Rocco. - Según Franco, la pauta de la reunión es la impugnación de la compra. Si él consigue la cantidad necesaria, usted tendrá que deshacer la adquisición y con eso dejar de ser dueño del Wild.
- ¿Quién es el accionista? - preguntó Vittorio, enojado, levantándose.
- Tommaso Grecco.