Vittorio llegó justo a tiempo para el almuerzo preparado por Eleonora y Ellis, en realidad por la morena, pues la hija de los Gattone se quedó observando a Barker hacer, como si fuera su empleada, algo que no pasó desapercibido por Antonietta. ¿Cometí un error? Pensó la matriarca mientras analizaba la postura de las dos mujeres. Ellis no había sido creada dentro de la mafia, pero demostró una fuerza de voluntad que la señora Amorielle esperaba de Eleonora que demostró poco interés en aprender el plato. Claro que el desinterés de la rubia desapareció cuando el mafioso llegó al comedor.
- Vittorio. - Habló Eleonora, animada. - Mira, aprendí a hacer tu plato favorito!
— Hum. - Soltó a Vittorio que pasó por la ex y fue hasta Ellis que se mantuvo sentada en su lugar. Él entonces se agachó y besó el rostro de la morena que casi saltó de su silla, sorpresa. - Hola, amor.
— Hola... cariño. - Le dije a Ellis que no se moviera hacia Vittorio. Ella le dio palmaditas de leve en la cara al mafioso mientras decía: - ¿Todo salió bien?
— Sí. - Respondió el mafioso sentándose al lado de su novia. Él agarró la mano de Ellis y besó mientras preguntaba: - ¿Entonces, aprendió a hacer mi plato favorito?
— Sí, podemos decir que sí. - Habló Ellis, de mala gana. Ella apuntó para la rubia que se sentó delante de ellos y dijo: - En realidad, Eleonora hizo gran parte del plato.... Entonces, debe agradecerle a ella. De hecho, es una gran cocinera.
— Sé... - Habló Vittorio levantando la ceja para Ellis, sorprendido. No imaginaba que Ellis podría simpatizar con Eleonora. Se volvió hacia la rubia y soltó: - Mira, de todas sus cualidades, Eleonora, cocinar definitivamente no estaba entre ellas.
- La gente cambia, V. - Dijo Eleonora antes de tomar su copa de vino.
- Lo sé bien. - Dijo Vittorio mirando a su ex, en serio.
El clima de tensión entre la ex pareja era palpable en la mesa, lo que no era muy favorable para Ellis que deseaba lo contrario. Por lo visto, sería mucho más difícil de lo que predijo, pues había mucha tristeza de parte de Vittorio por la rubia. Ella entonces sonrió y dijo:
— Vittorio, Eleonora me dijo que ustedes se comprometieron. Sabes, creo que es genial que tengan esa madurez de ser amigos. Espero que esta amistad dure muchos años. Después de todo, no es porque terminemos una relación con otra persona que tenemos que convertirnos en enemigos, ¿verdad? - Preguntó Ellis recibiendo solo el silencio de los regalos.
— Cierto. - Acordó Antonietta tomando la ganancia de la nuera, la cual no entendía el motivo de estar incentivando el contacto entre Eleonora y Vittorio. - Es importante mantener la amistad, sin importar lo que haya ocurrido en el pasado.
— Sí, además, Eleonora es una mujer tan refinada, educada, bellísima. - Comenzó Ellis a elogiar. Ella apuntó a la rubia que tampoco estaba entendiendo nada, a diferencia de Vittorio que ya miraba para Ellis, en serio. - Sabes, ella es una mujer impresionante. no puedo entender cómo la dejaste pasar...
- Ellis, ven conmigo. - Ordenó Vittorio mientras se levantaba y levantaba su mano en dirección a ella. - Ahora.
Ellis se levantó y sostuvo la mano de su novio que caminó con ella fuera del comedor, hasta el pasillo. Cerró la puerta y luego se volvió hacia la novia diciendo:
- Para.
- ¿Qué? - ¿Preguntó Ellis sin entender mientras cruzaba los brazos. - ¿Qué hice?
- Sé lo que intentas hacer y te digo que pares. - Reforzó a Vittorio gesticulando, nervioso con Ellis.
- No estoy haciendo nada. - Dijo Ellis, haciéndose la desentendida.
— ¡Me estás lanzando a los brazos de Eleonora Gattone! - Acusó a Vittorio señalando con el dedo a Ellis. - ¿Qué novia lanzaría a su hombre en brazos de otra?
—No te estoy lanzando a sus brazos. Aunque no soy una novia de verdad, me has comprado, ¿recuerdas? - Golpeaste a Ellis, enojada por haber sido descubierta. - ¡Y no me apuntes con tu dedo!
- Aaahhh, ¿por qué eres tan difícil, mujer? - ¿Cuestionaste a Vittorio alejándose de Ellis.
— ¡Discúlpame si no soy el tipo de mujer para ti! - Dijo Ellis caminando detrás de Vittorio. Ella entonces paró y dijo, animada: - ¡Por cierto, justamente por ser una mujer difícil de tratar que tú deberías reconsiderar casarte conmigo! Mira a Eleonora, ella sí es una mujer para ti. ¡Se viste bien, incluso para aprender una receta! Estoy usando una blusa blanca y jeans, por el amor de Dios!
— Basta con comprar ropa nueva, Ellis. - Argumentó Vittorio volviéndose hacia la morena. - Toma los 20.000 dólares de tu cuenta y gástalos en ropa nueva. Míralo como una inversión.
— Ese es el problema, Don Vittorio. Me gusta cómo me visto. - Argumentó Ellis. - Yo no soy ese tipo de mujer que usa tacones altos dentro de casa y tiene un perrito la tira vuelta que la gente tiene serias dudas si es de peluche o si realmente es un ser vivo. Yo prefiero tener un Doberman!
- Tampoco me importa cómo te vistes. - Afirmó Vittorio. - Podrías estar desnuda aquí en casa que no haría diferencia para mí.
- ¿Hola? - Soltaste a Ellis. - ¿Estás diciendo que no soy deseable, ¿no? Lo que refuerza el punto que estoy queriendo llegar.
— De hecho, lo haría. Probablemente me quedaría mirándote. - Arregló Vittorio que dio la espalda a la morena. - Ellis, mi relación con Eleonora no funcionó.
— Don Vittorio... Veo que todavía hay algo ahí. Usted está herido con ella, se nota. - Dijo Ellis acercándose a Vittorio. Ella tocó el brazo del mafioso haciéndole girar en su dirección: - La pena indica sentimiento... y no casándose conmigo van a desaparecer. Sea lo que sea, el tiempo hará que revisen la separación. Sepan que no me opongo si quieren intentarlo con ella... Si quieres involucrarte con Eleonora...
- Ellis. - Llamó a Vittorio sosteniendo las manos de la morena.
- Sí... - susurró Ellis, nerviosa.
- Deja de llamarme Don Vittorio. - Ordenó el mafioso. - Somos novios, lo correcto sería que me llamaras por mi nombre o un apodo.
- Está bien, Vittorio. - ¿Dijo Ellis revolviendo los ojos. - Podrías al menos considerar lo que dije?
— No. - Rechazaste a Vittorio, lo que hizo que Ellis intentara soltarle las manos. - Ellis, ya te dije que sé lo que intentas hacer. No voy a renunciar a ti.
ardientemente. Vittorio profundizó el beso envolviendo la lengua de la morena con la suya, causando todas las sensaciones que ambos sintieron en la oficina en su primer beso. El beso de ella le traía el sentimiento de calma, haciéndole olvidar hasta la frustración con relación a Grecco. La voluntad del mafioso era de cargarla hasta su cuarto y tomarla para sí, pero entonces sintió a la morena alejarse, jadeando. Ellis deseaba seguir besando a Vittorio, pero cuando notó ese deseo, vio que estaba entrando en un camino peligroso, su plan tomó un rumbo totalmente diferente de lo que había imaginado y lo que sentía no formaba parte, lo que la dejó asustada. Él sonrió y entonces dijo:
- Ella jamás será capaz de darme un beso de mil dólares como el tuyo, Ellis.