Ellis se alejó de Vittorio, frustrada. El discurso del mafioso solo confirmaba lo que Antonietta ya había dicho: Un Don siempre pondrá los negocios en primer lugar y eso era lo que representaba para Vittorio, solo negocios. Aunque hubiera jurado las dos veces que se besaron, Amorielle habría demostrado ser más humano. Sin embargo, allí estaba él citando valores para ella , lo que demostró que fue solo ilusión de su parte.
- ¿Está todo bien, Ellis? - preguntó Vittorio sin entender la actitud de su novia.
- Sí. Todo perfecto. - Dijo Ellis antes de enfrentarse al mafioso con su cara seria. - Gracias por aclarar cómo ve nuestra situación.
— De nada. - Respondió Vittorio mientras intentaba acercarse a su novia que dio un paso atrás manteniendo la distancia. - ¿Seguro que estás bien?
— Sí. - Confirmó Ellis moviendo la cabeza, nerviosa. Ella respiró profundamente y luego miró a Vittorio, diciendo: -Bueno, yo hice mi parte hoy y espero que resuelva la situación del contrato lo antes posible.
— Claro, Rocco incluso fue a lidiar con algunas cosas y se las llevará a mis abogados y si ellos creen que los cambios no me perjudicarán, el notario hará los cambios debidos. - Le informó a Vittorio mientras le tocaba el dedo meñique.
- Claro, pues sin duda medio millón de dólares hará una enorme falta en el patrimonio de Don Vittorio Amorielle. - Comentó Ellis, irritada.
- Creo que te expliqué la importancia para ti, Ellis.
- Como sea. - Soltó a Ellis levantando los brazos. - Es usted quien manda, jefe.
- ¿Qué te pasa? - Preguntaste a Vittorio, en serio.
- Nada, ya se lo dije. si puedo ofrecer mi opinión sobre la organización de la boda...
- Tú eres la novia.
- Quiero que dejes que tu madre organice todo, me centraré sólo en la parte estipulada en el contrato. en el caso, el vestido, el discurso, el baile...
-No olvides la lencería, querida. - Completó Vittorio.
- No se preocupe, seguiré al pie de la letra lo que está en el contrato. - Afirmó Ellis mientras miraba al mafioso.
- No puedo esperar a nuestro beso en el altar. - Provocó a Vittorio.
- Y yo no puedo esperar a los 2 mil dólares de hoy, en caso de que el nuevo contrato sea aprobado. - Informó Ellis.
- Bien, entonces estamos hablando de negocios... - Dijo Vittorio con ligera decepción.
- Es el único asunto que tenemos que tratar, Don Vittorio.
Durante unos instantes, Vittorio pensó que había logrado romper la cáscara de Ellis, pero por lo visto se equivocó. Para ella, todo era sólo la deuda de su hermano.
- No te preocupes, el contrato será justo para ambas partes.
— Eso es lo que espero. Y hazme un favor: pídele a tu madre que no programe más eventos hasta nuestra boda, porque quiero seguir las obligaciones del contrato y hasta donde yo sé nuestro próximo encuentro debería ser en el altar.
- No te preocupes, me aseguraré de que no nos volvamos a encontrar hasta el altar. - ¿Está de acuerdo Vittorio, en serio. - Algo más, o podemos volver a la mesa?
- No volveré. - Negó Ellis, altiva.
- ¿Cómo es? - preguntó Vittorio, sorprendido.
— Por lo visto mi beso alteró su audición. - Habló Ellis antes de acercarse al mafioso. Ella cruzó sus brazos y repitió de forma más atrevida aún: - Yo no volveré. A partir de hoy seguiré solo lo que está establecido en contrato.
Luego, Barker pasó por el mafioso y caminó hasta la salida.
- Ellis, vuelve aquí. - Ordenó a Vittorio voltearse hacia la novia que ahora estaba abriendo la puerta. - ¡No te atrevas a salir por esa puerta!
- Pásalo bien, Don Vittorio Amorielle. - Respondió Ellis antes de golpear la puerta con toda fuerza.
Su deseo era seguir a Ellis, ¿quién se creía que era para tratarlo así? Llegó a dar dos pasos hacia la salida, pero entonces escuchó la puerta del comedor abrirse.
- ¿Está todo bien? - preguntó Eleonora apareciendo en el hall.
- Sí. - Respondió Vittorio arreglando su postura.
- ¿Dónde está tu novia? - preguntó la rubia, curiosa.
- Ella tuvo un imprevisto y necesitó irse. - Mintió Vittorio antes de darse la vuelta. - Pero creo que eso no es de su incumbencia.
- ¿Quieres saber lo que pienso? - preguntó Eleonora apuntando hacia ti.
- No.
— Yo creo... - Continuó Eleonora ignorando la respuesta de Vittorio. - Que ella vio lo perfectos que somos juntos y eso la dejó insegura. Vittorio, créeme, ninguna relación será tan perfecta como la nuestra.
— ¿Perfecto? ¿Nuestra relación? - Cuestionó a Vittorio antes de reírse. - Ah Eleonora, nuestra relación podría ser todo menos perfecta. Y no, Ellis no se ha vuelto insegura con su presencia. Conoce bien al hombre que tiene a su lado. A diferencia de ti.
— Yo sé bien el hombre que ella tiene a su lado, pues él ya fue mío... - Dijo Eleonora acercándose a Vittorio. Ella tocó el rostro de su ex haciéndole cerrar los ojos, mientras decía: - Y prometo que será a ser mío. Cueste lo que cueste.
— ¿Estás dispuesta a todo, Eleonora? - preguntó Vittorio sosteniendo la mano de la rubia. Entonces él la soltó y dijo: - Debería haber pensado así antes de lo que hizo.
- Y he perdido mil veces el perdón por lo que hice!
- Pedir perdón no es suficiente. - Aseguró Vittorio.
-Entonces dime qué es, y lo haré. - Dijo Eleonora tocando su cara en la de Vittorio. - Soy capaz de cualquier cosa por ti, Vittorio.
- Trae a Tommaso Grecco a mi boda y te daré algo a cambio.
- Sólo te quiero a ti, Vittorio.
Ella le besó el cuello, subiendo por su mejilla hasta encontrar sus labios que se mantuvieron cerrados.
- Sí. - Pigarreo Ellis detrás de ellos.
Vittorio se volvió rápidamente encontrando a la morena de brazos cruzados y la ceja erguida. Así que volvió a Eleonora y la alejó de su cuerpo.
- Ellis, no es nada de eso... - Empezó Vittorio queriendo explicarse.
- Ah, no, por favor, no paren por mí. - Pidió Ellis con una enorme sonrisa. - Yo sólo volví para coger mi bolso.
-Ellis, por favor. - Pidió Vittorio, pero Ellis ya prácticamente corrió hacia la cocina.
- Vaya, modernita ella, ¿verdad? - Comentó Eleonora.
***
Ellis llegó a la cocina con el corazón en la boca. Ella quería decir que estaba feliz y aliviada con la escena que presenció entre Vittorio y Eleonora, al final era exactamente de eso que intentaba hablar con el mafioso. Los dos aún sentían algo el uno por el otro, pero no querían admitirlo. Sin embargo, ella no se sintió ni aliviada y mucho menos feliz. Al contrario, cuando los vio, se sintió ofendida. Ofendida, pues sólo tenía unos minutos que Vittorio la estaba besando y ahora hizo lo mismo con la ex-novia.
- ¿Qué se puede esperar de un hombre? - Ellis te lo dijo a ti sola mientras recogía tu bolso. - Más de un mafioso, apuesto a que son los peores.
Ella se volvió y entonces encontró a Vittorio entrando en la cocina. Él se acercó a ella, nervioso.
- Ellis, no fue nada de lo que estás pensando... fue ella quien me besó.
- Vittorio, yo no estoy pensando en nada. - Mintió Ellis mientras apuntaba a su bolsa. - Como dije, sólo volví para coger mi bolsa.
- Ellis... - Llamaste a Vittorio sosteniendo el brazo de la morena. - Por favor, no actúes así. Lamento si te lastimé.
- ¿Resentimiento? - repitió Ellis mirando Vittorio. - Vittorio no me importa a quién estés besando, agarrando, follando, o lo que sea.
- ¿En serio? - preguntó Vittorio con la voz triste.
- Sí. Usted puede llevar a quien quiera a su cama. - Afirmó para Ellis encarando al mafioso. - Vuelva allá y continúe lo que está haciendo.
- Si eso es lo que deseas... - Empezó Vittorio soltando a Ellis.
- Sí, por favor. - Pidió Ellis una vez más. - Nos vemos en la boda.
- Está bien, Ellis. - Aceptó Vittorio antes de alejarse. - Hasta la boda.
Se dio la vuelta dejando a Ellis sola en la cocina. Ella se quedó parada durante mucho tiempo, no quería presenciar otra escena de aquella. Entonces ella tocó su rostro, encontrando una lágrima.