Eleonora estaba deslumbrante con un vestido blanco escotado de satén que realzaba su figura curvilínea, y su peinado rubio completaba su aire seductor. Tommaso Grecco, su acompañante, por su parte, vestía un traje negro bien ajustado, sostenía su brazo con una sonrisa confiada en el rostro.
Vittorio y Tommaso estaban frente a frente, mirándose intensamente. Vittorio se acercó a Eleonora con una sonrisa falsa en el rostro y comenzó a hablar con un tono de desdén:
— Eleonora, qué sorpresa verte aquí. Y acompañada por Tommaso Grecco, por supuesto.
— Gracias - agradeció Eleonora que sonrió de vuelta, pero su mirada revelaba un resentimiento profundo: — Fue la manera de verte de nuevo, ya que no vienes a visitar a tu exnovia.
Ellis se mantuvo en silencio al lado de Vittorio, observando el clima de tensión entre el trío. Entonces, ella se volvió hacia Eleonora y dijo:
— Oh, Eleonora, quiero que sepas que estoy muy feliz de verte aquí...
— Siempre es un placer estar en una fiesta tan hermosa como esta - respondió Eleonora que sonrió de forma forzada.
— No tan hermosa como tu vestido - elogió Ellis con ironía. — Por cierto, ¡ese vestido blanco es un éxito!
— Sí, alguien tenía que venir de blanco, ¿no es así? - habló Eleonora mientras miraba a Ellis de arriba abajo.
— Espero que estés disfrutando, Eleonora - Vittorio intervino, con un tono de superioridad. - Yo sé que yo estoy - finalizó él, mirando a Ellis con una sonrisa maliciosa.
— En realidad, estoy muy bien acompañada, Vittorio - respondió ella, mirando a Tommaso con una sonrisa provocadora.
— Ah, nuestro viejo amigo Tommaso. Es bueno verlo por aquí - dijo Vittorio con cierto desprecio.
— No perdería la oportunidad de conocer a tu novia. - Respondió Tommaso mientras miraba a Ellis, sintiéndose como un pollo asado observado por un perro hambriento. Luego tomó la mano de Ellis y la llevó a sus labios: — Encantado de conocerla, el diamante precioso de Don Vittorio.
— Encantada... - Respondió Ellis incómoda frente al rival de Vittorio que no podía apartar los ojos de ella, lo que la dejaba aún más avergonzada con su actitud burlona y seductora.
— Entonces, Tommaso, ¿cómo van los negocios? - Preguntó Vittorio atrayendo la atención del otro mafioso, al mismo tiempo que agarraba a Ellis por la cintura. — Por cierto, lo siento mucho por su retirada del Wild Bank...
— Ahaha, Vittorio. - Rió Tommaso mientras daba un paso atrás. — Debo admitir que estaba tan ocupado resolviendo otro asunto que este me resultó irrelevante. Sin embargo, gracias por enviar a William, fue de gran ayuda para recordarme mis acciones en ese banco.
— De nada.
— Devolviendo el favor, necesito avisarte que escuché que perdiste el negocio con los rusos. Es una pena, ¿no es así? - Habló Grecco recibiendo una mirada indiferente de Vittorio, sin dar importancia al comentario. El mafioso luego miró a Vittorio, sorprendido: — Oh, ¿no tienes idea de lo que estoy hablando, verdad? Tu padre estaba cerrando un acuerdo secreto y multimillonario con los Kurganskaya Bratva, pero terminó muriendo...
— Muerto por ti. - Corrigió Vittorio, serio.
— Sea como sea, lo importante es que ahora no tienes que preocuparte más, porque yo asumí el negocio y hice un acuerdo mucho mejor de lo que podrías haber hecho tú. - Tommaso continuó con una sonrisa de satisfacción en el rostro y luego agarró la mano de Eleonora, la acercó mientras provocaba a Vittorio: — Por cierto, hasta tu exnovia encontró en mí algo que tú nunca fuiste capaz de ofrecer.
Vittorio perdió la paciencia y se acercó a Tommaso, mirándolo a los ojos:
—No olvides que solo eres un fracasado que nunca pudo superar mi sombra. – Él miró a Eleonora: — Y mis sombras. Siéntete libre de estar con los Kurganskaya Bratva, porque yo me aliaré con los Hermanos Solntsevo.
—¿Hermanos Solntsevo? Ellos nunca harán negocios contigo. - respondió Tommaso con una sonrisa burlona. — Solo estás diciendo eso porque yo soy mejor para Eleonora de lo que tú podrías ser y eso te molesta, Vittorio.
—Sinceramente, estoy muy contento de que Eleonora haya encontrado a alguien que comparta sus mismos intereses. – Respondió Vittorio con desdén. Sonrió y luego se volteó hacia Ellis: — Por cierto, nada de eso importa hoy. Hoy estamos aquí para celebrar la boda de Ellis y yo.
—Es verdad, hoy es un día especial. Vamos a disfrutar de la fiesta juntos. – Coincidió Ellis, quien sonrió a Vittorio y tomó su mano tratando de disipar cualquier tensión.
—Encontraste una mujer sabia, Vittorio. – Comentó Tommaso con una sonrisa burlona. — Es mejor que la vigiles, Vittorio. Podría terminar enamorándose de otro hombre. O mejor aún, enamorarse de verdad de un hombre de verdad... Eleonora tiene uno para recomendarte...
Vittorio comenzó a avanzar hacia Tommaso, pero fue contenido por Ellis, quien puso su mano en el pecho de su esposo mientras negaba con la cabeza:
—Creo que es hora de bailar, cariño. - dijo ella, tirando del brazo de Vittorio.
Respiró profundamente y se calmó, mirando a Tommaso con desprecio.
— Disfruten de la fiesta. - Finalizó Vittorio antes de alejarse de Eleonora y Tommaso.
Eleonora y Tommaso intercambiaron una mirada despectiva mientras observaban a Vittorio alejarse con Ellis. Parecía que el novio estaba más interesado en su nueva esposa que en su ex prometida.
— Él no ha cambiado nada. - dijo Eleonora a Tommaso. — Siempre tan arrogante, convencido e impulsivo.
— Es verdad. - Concordó Tommaso. — Pero al menos ahora tiene una esposa para contenerlo.
— Una esposa que se vistió de negro en su propia boda. – Comentó Eleonora mientras revolvía los ojos. — Por cierto, gracias por acompañarme esta noche.
— No podía perder la oportunidad de acompañar a una mujer tan deslumbrante como tú. - dijo Tommaso, con una sonrisa seductora.
— No seas tan convencido, Tommaso. - dijo Eleonora, riendo. — Los dos sabemos por qué estamos aquí.
— Sí, cumplí mi parte. – Habló Grecco, serio. — Ahora es tu turno de cumplir la tuya: quiero todos los puntos débiles...
— Como pudo notar, Vittorio ya no está tan accesible como antes. – Habló Eleonora observando al ex prometido. — Ya no tengo acceso a Vittorio.
— Ah, mi querida, no estoy hablando de él... – Explicó Tommaso. — Quiero saber todo sobre Ellis Amorielle. Sé que hay un secreto allí, solo no sé cuál es. – Finalizó mientras observaba a Ellis y Vittorio preparándose para entrar en la pista de baile.