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Chapter 15 - Soy la visita a su palacio.

Con tenues pasos sobre la fría roca, que pavimenta el camino de la desolada ciudad, avanzar era la única opción disponible, hacer entrega de la espada Penumbra y continuar el viaje fuera de este lugar tan aterrador.

Las casas, mezclas de materiales entre roca y madera, fuertes bases sosteniéndose aun a pesar del tiempo, un camino nos lleva entre las construcciones, donde podemos aun ver algunos cuerpos, con poses como si estuviesen corriendo en desesperación, en el suelo no queda más que cascarones de ceniza.

Entre cada vez mas estrechos pasajes, las casas de los que una vez fueron ricos, adornando sus entradas con el hierro que aun denota ser obras de un hábil artesano.

Pero la diferencia es clara entre más cerca del castillo este, las casas pasan de ser rusticas a finamente acabadas, aun con la destrucción, se aprecia la calidad.

Las calles en los alrededores del castillo son anchas, comparado con antes, solo parecían callejones, elegancia se logra respirar, casas grandes de predominantes ladrillos de roca, pero el camino al hogar del gobernante es empinado, al menos un poco.

Cada vez que doy un paso, tengo que fijarme por doy camino, la noche esta cerca, y la única iluminación que tengo es el haz de luz que nace del pomo de la espada. Una niebla no se deja esperar y acompaña a la noche, el frio comienza a entorpecer mis movimientos.

-Tendré que descansar, en esta torre en la entrada, junto al camino hacia el castillo. -

El gato desapareció otra vez, pero al menos, aun estoy vivo, mis heridas han desaparecido, quizá sea cosa del cochero de antes.

-El nombre del gato era, como era, bal, bash, bae…- Entonces una pata de gato se poso sobre mi boca, cuando regrese a ver a mi costado, ahí estaba, sobre mi hombro, mirándome molesto.

-Evita decir mi nombre, no es seguro que sepan que tienes un patrocinador. - Solo con esas palabras y su mirada molesta, salto sobre la paja a un costado de la habitación donde nos encontrábamos.

Giro su pequeña cara rápidamente a la ventana, y yo lo seguí, para lograr ver a lo lejos un búho gigante de largas patas llevando en ellas un esqueleto de armadura negra.

-Ese es Estolas, debes quedarte aquí esta noche. - Con esas palabras volvió a desaparecer.

-Me estoy cansando de esa estupidez de esfumarse entre la niebla. - Estoy molesto.

Pero escuche, a lo lejos un impacto de caída, claramente era algo pesado cayendo desde gran altura, junto a unas cadenas siendo arrastradas sobre las rocas del camino, esto se tornó peligroso.

Encendí una hoguera para calentarme y cerré los ojos, debía descansar para continuar en la mañana.

..

Estoy en la aldea, veo las casas frente al mar, elfos pescando, y mi maestro esta con ellos, me acerco, pero solo puedo ver, no puedo hacer nada más.

El sonido de las olas golpeando en la orilla, las aves graznando y el olor del mar me despertaron, ya había amanecido, y el hambre se notaba, tome una ración de pan que aún quedaba en la mochila, a veces me pregunto, que le ves de divertido a molestarme.

Por cierto, escritor, creo que aun no me conocen, así que mientras camino al puente que conecta al castillo, les contare sobre mí, apagar el fuego y salir de esta torre primero.

Como sabrán, soy Melph, o así me llamaban en la aldea, mi nombre es más largo, pero según el dragón, una vez me conto sobre el poder de los nombres, que estos pueden ser llaves a poderosos encantamientos si se aplica una formula correcta, de igual manera sobre que mi espada, Umbra, es oscura, a veces la pierdo de vista durante la noche por esa misma característica, pero no importa, después de todo, lo que mas me preocupa es otra cosa.

En cuanto a mi apariencia, soy alto, o al menos según los elfos, pero ellos si son altos, y demasiado orgullosos, una vez vi como pescaban y no quisieron enseñarme sobre la manipulación del maná en el agua, según ellos no estaba listo, mi cabello aún era negro decían mientras se reían.

Bueno, esa es la razón quizá por la que mi maestro me enseño arquería, según yo, pero continuaremos después, llegamos al puente y tenemos una recepción inesperada.

Frente a mi esta lo que supongo es lo que traía el búho gigante de la noche anterior, un esqueleto con una armadura negra, no lleva yelmo, así que puedo ver un pequeño destello azul en sus cuencas, esto será difícil, como siempre.

Me armo rápidamente del arco, apunta y dispara, una, dos, tres, rondas rápidas de tiros sucesivamente, todos desviados por el escudo de hierro obscuro que portaba aquel caballero esqueleto, al parecer cree que tiene ventaja, dado que veo que lo ha clavado en el suelo y ahora porta su alabarda.

Muy bien, he querido probar esto, pero creo será momento.

-Aceleración, flecha de cristal del alma. - Grito, aunque no sé por qué debería, solo para comenzar la concentración de maná similar a Vaykor, pero esta vez, es más grande, y la punta se torna blanca, ha mutado su naturaleza.

-Liberación. – Con otro grito, libero la flecha que entre más viaja, su aceleración y tamaño se incrementa, arrasando todo, para al final explotar en las puertas del castillo, y darme una bienvenida rápida, en cuanto al esqueleto, no quedo nada, se vaporizo.

..

*Alerta*

Niveles de praná inestables, recomendamos abstenerse del uso prolongado, caso contrario se vera comprometido la seguridad del usuario.

..

Eh, no me siento bien, me sentare un momento.

..

Ya casi es medio día, el sol esta en lo alto, me siento mejor, así que caminare solo por este puente claramente peligroso, si señor, podría desplomarse en cualquier momento.

Cada paso que doy me acerco más, una vez llegue lo suficientemente cerca, trompetas comenzaron a sonar, dándome la bienvenida, pero más que una sonata alegre, parece estar en tonos graves denotando falta de ánimos.

Lo que una vez fue una imponente puerta de acero, ahora solo pareciese chatarra a los costados de los muros dando el recibimiento.

Al parecer los establos a un costado de la entrada no resistieron el pasar del tiempo, pero aun conserva su fuerza como fortaleza este castillo.

Veo luces al final del patio, debo acercarme a investigar, al parecer la espada dejo de emitir el rastro de luz, así que estaré solo por ahora.

..

Me acerqué lo suficiente para poder ver el lugar, era un lugar algo solitario, pero en la entrada ponía "Gran Salón", así que me dispuse a entrar, solo para receptar un panorama ennegrecido por la soledad, locura y tormento de una pobre alma descarriada.

Una larga mesa llena de platos y cubiertos, pero sin alimentos, todos untados con capas de polvo y ceniza acumulados a través del tiempo, pero lo mas impactante era el lugar del gobernante.

Al final del salón, se encontraba una enorme armadura azabache con un agujero en el corazón, descansando sobre un trono negro, este aun poseía rastros de sangre sobre sus detalles los cuales se veían gastados.

Las banderas raídas a los costados, aun mantenían parte del escudo visible, al parecer este salón había sido restaurado en parte en algún momento atrás en la historia, pero volvió a lo que una vez fue por el pasar del tiempo.

Un trono al final de la sala, una armadura perforada, pero aquel cuerdo dentro portándola, estaba con su cicatriz visible, desde ella emanaba poder, pero cuando intente acercarme, Penumbra se vio arrancada de mi lado y perforo donde antes estuvo un corazón vivo.

Inmediatamente, el clima fuera del castillo cambiaba conforme se acumulaban nubes de tormenta sobre el castillo, fuertes vientos que anuncian la muerte llegan, trayendo consigo el rugir de truenos y centellantes rayos, para que uno de esos golpeara lo que suponía era un cadáver pútrido en un viejo trono, y de esta vida surgió, su esquelética figura tendones y venas se entrelazaron una vez más, permitiendo que viviese otra vez.

Una vez termino de recuperar su gloria del pasado, el clima cambio consigo, pasando a una tempestad de fuertes vientos y lluvia helada, esta estaba atravesando el techo que fue perforado por un rayo anteriormente.

Con un fuerte rugido, una voz que impone respeto, surgió de aquel viejo yelmo. - Indexado por el sistema, que buscas interrumpiendo mi descanso, acaso has venido a reclamar mi alma y mi estigma. – En tono arrogante, sin vacilación, firme, como la voz de un monarca.

Inmediatamente después de sus palabras, su armadura producía rechinidos, esto debido a los movimientos que, tratada de hacer, pero poco a poco se dieron, primeramente, levantarse de su trono, aun soltando polvo de oxido, realizaba movimientos como si de estirarse tratase.

Los pasos que daba, se sentían pesados en el ambiente, quizá debido a su armadura, o simplemente era su presencia.

Rápidamente de un solo impulso se acercó a mí, así que bloqueándolo con mi arco inmediatamente recibí el impacto de su puño, simplemente vi como todo se distanciaba y el viento a mi espalda se aceleraba.

Un impacto en seco, con la fuerza suficiente que obligo al aire a salir dentro de mí, pude ver la clara diferencia de poder, pero, no esta usando a penumbra, ¿dónde está?

Mientras recuperaba el aliento, aun tirado en el suelo, lo vi, vi claramente como penumbra salía de su mano, y una vez la empuño, comenzó a cambiar de forma, una enorme espada bastarda gris con un cráneo de ojos rojos en su guarda.

-Aaahhh- solo pude gritar, mientras la pesada espada golpeaba la pared de ladrillos de piedra, y con un destello se desplomo.

Otro golpe, solo llegué a sentirlo, pero al bajar la mirada vi como su pie me había lanzado hasta la muralla del castillo, poco a poco sentía que era absurdo continuar.

-Necesito la espada, donde estas Umbra-. Mientras recorría con la mirada rápidamente en desesperación no la encontraba en mis cercanías, solo el arco aun permanecía en mi espalda, pero usar Vykor otra vez, supondría un daño perjudicial a mi cuerpo, tengo que luchar.

Disparos rápidos, uno tras otro, todos sonaban como impactaban en el acero negro de aquel caballero que se acercaba lentamente mientras arrastraba su espada de gran tamaño.

En este momento de vida o muerte, vino a mi mente un recuerdo sobre magia, intentare replicarlo.

Concentrando la misma energía y sentimiento que cuando canalizo una flecha, en las yemas de mis dedos toco el suelo, y logro sentir la conexión con el entorno, pero no es momento de impresionarse. – Terra-formación-. Grito desesperadamente mientras muevo mis manos, para mi sorpresa el suelo se mueve como si estuviésemos conectados por hilos invisibles, surgiendo del mismo rocas con gran fuerza, logrando golpear a mi contrincante y verlo volar hasta impactar contra la torre del castillo.

Un momento de alivio se me ha concedido, mientras intento tomar distancia, entre torpes pasos me acerco a la entrada donde veo mi equipo regado, pero Antumbra no esta entre las cosas de mi mochila.

Apremio a recoger todo e intentar escapar, aun queda tiempo, en ese momento escucho un gran estruendo proveniente de mis espaldas, pero al voltear, veo como piedras caen, la torre se desmorono sobre sus bases.

Y solo para concluir aquella escena de pavor mío, un fuerte estruendo cerro el acto, aquel caballero venía a por mí.

Solo un parpadeo basto, para verme atravesando el infinito cielo, al parecer fue más de lo que pude manejar.

-Buah-. Un impacto en seco contra una pequeña loma, aún estoy consciente, e intento desenfundar a Umbra, con mis ultimas fuerzas.

..

*Aviso del sistema*

El uso de Umbra esta restringido, Antumbra se encuentra en el campo.

Signos vitales por debajo del rango aceptable, considere retirada.

..

Entre mi visión borrosa y el dolor, logro ver como alguien combate contra aquel caballero negro, tengo sueño.

..

Poco después recupero la conciencia para ver como alguien se me acerca y vuelvo a desmayarme.

..