El tiempo transcurrió tranquilamente, en paz y armonía.
El grupo de supervivientes permaneció una semana en el hospital, antes de ser dados de alta y enviados a sus respectivos hogares. Aunque no pudieron evitar que funcionarios y altos mandos del gobierno los estuvieran vigilados.
Jen, Tip y Ki Yang, anteriormente conocida como Rosé, permanecieron en contacto con científicos y expertos. Estaban "invitados" a comentarles sobre su experiencia y tratar de contribuir en sus investigaciones sobre el plano fantasmal.
En cuanto a Rey...no pudo seguir adelante. Su cerebro se rompió en miles de pedazos. El miedo fue más fuerte y provocó que cayera en la locura, con pesadillas constantes, pavor a la oscuridad y repulsión hacia niñas y el color rojo.
Todo su cuerpo tiritaba al encontrarse con estos elementos, haciendo que no pudiera llevar una vida normal. Ni salir a la puerta de su casa podía siquiera.
Jen no volvió a pensar en él. Por su mente no cruzaban personas sin importancia. Prefería centrarse en su hombre y su constante necesidad por que usara minifaldas y el cabello largo y recogido.
Jen siguió con sus actividades como streamer. Su viaje al plano fantasmal atrajo la atención del público, volviéndolo extremadamente popular. Miles de personas entraban para escuchar sus historias o verlo jugar algún juego de terror.
Fue en una de sus presentaciones en vivo, que Tip aprovechó para colarse en su habitación. Frente al ojo de los fanáticos, se arrodilló y sacó una caja de terciopelo de su bolsillo. Dejó al descubierto un hermoso anillo de diamantes y dijo una serie de palabras que enloquecieron al corazón de Jen.
"¿Te casarías conmigo?"
Jen no dudó en aceptar. Se tiró a los brazos de su hombre y conectó sus labios. Un tierno beso, que en cuestión de segundos, se encendió ante el contacto de ambos cuerpos.
Tip logró aferrarse a un poco de su cordura y se apartó de los labios seductores de Jen. No pensaba exponer el lado sensual de su bebé frente a tantos espectadores.
Sin dudarlo se acercó a la computadora y la apagó. Finalizó bruscamente la transmisión y regresó a los brazos de Jen. Lo cargó hasta la cama y dejó que sus cuerpo hablaran por sí solos.
Mientras tanto, los fanáticos estaban clamando a gritos por que regresaran. Deseaban saber qué iba a suceder a continuación entre los dos atractivos hombres.
Si Tip hubiera leído esos comentarios solo diría: ni en sueños.
El compromiso quedó arreglado y la fecha de la boda no tardó en definirse. Los padres de Tip estaban emocionados de que su hijo apático encontrara a ese alguien especial. Fueron los encargados de convencer a los padres de Jen y planificar la celebración. Todo debía ser perfecto, y en cuanto al dinero, no era ningún problema. Después de todo, tenían varias empresas a su nombre y no era algo que les faltara.
En el día de la boda, Jen estuvo varios minutos observando su vestido de novia. Jamás hubiera imaginado que terminaría en una situación de estas características.
Suspiró. "Descuida Jen. Es solo por esta vez", se repitió para sus adentros. Poco sabía Jen, que cierto hombre que olvida su identidad en cada una de sus vidas, se aferraría fuertemente al deseo de verlo vestido con ropa de mujer. Pero eso sería para más adelante.
Jen y Tip se casaron sin mucho problema. Estaban sumamente felices. No podían dejar de sonreír, mientras eran felicitados por familiares y amigos. Era un momento especial e inolvidable.
Rosé observaba el evento desde lejos.
Mientras sus ojos seguían a Jen, trataba de arrancarse ese mórbido deseo de acercarse y tratar de separarlos. Rosé no sabía porqué. El cariño que sentía por esa persona, la había trasladado hacia Jen, hasta el punto en el que había desarrollado un inexplicable y tóxico aprecio.
"Es suficiente, Ki Yang"
Una mano se posó sobre su hombro. Rosé volteó a ver a su hermano, cuyos ojos reflejaban angustia y desesperación.
"Es hora de superarlo. Quizás el paso del tiempo, y un buen psicólogo, puedan ayudarte a olvidar"
Rosé asintió con pesar. Conocer a esa persona había sido una bendición, pero al mismo tiempo, una maldición. Tenerlo era su mundo entero, pero ahora que ya no estaba a su lado, no tenía motivos para seguir adelante.
Rosé contempló a su hermano, quien estaba haciendo todo lo posible por convencerla de buscar ayuda y tratar de sanar sus heridas. En ese momento, tomó la decisión de avanzar por él. Se lo debía.
Rosé se marchó junto a su hermano. Jen nunca se enteró de que había aparecido en su boda; aunque no le hubiera importado tampoco que digamos. Su mirada solo estaba enfocada en su hombre y el traje que portaba. Lo hacía más seductor que de costumbre.
Tip pareció sentir su mirada y giró su cabeza hacia él. Acarició suavemente su mejilla, procurando que el maquillaje no fuera corrido por las yemas de sus dedos.
"¿Satisfecho con lo que ves?"
Jen sonrió.
"Satisfecho porque es todo mío"
Besó los labios de su hombre y lo condujo hacia el centro de la pista. La música había empezado a sonar y la fiesta estaba en su punto más álgido. La emoción no había disminuido ni un momento; todo mundo disfrutaba de la unión entre ellos dos.
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Durante la luna de miel, sucedió lo que Tip tanto esperaba y lo que Jen tanto temía.
"Vamos, sal y déjame verlo"
Jen jalaba la corta falda de su camisón. La tela blanca, casi transparente, no podía cubrir la atrevida lencería que portaba su dueño. Despertaba los deseos más profundos y bestiales de quien posara sus ojos en él.
"Jin Xuan....Jen...ven..."
La voz de Tip, aceleraba los latidos de su corazón. Todo su cuerpo ardía, ante los pensamientos que cruzaban por su cabeza. Imaginaba lo que muy pronto sucedería, y a pesar de la apariencia vergonzosa que tenía, no podía evitar desearlo.
Consumido por su propio libertinaje, Jen abrió la puerta del baño y salió. Se encontró de frente con los ojos de Tip, quienes lo escanearon y saborearon con ferocidad.
Enseguida se acercó hasta Jen y lo sujetó firmemente de la cintura. Palpó la suave tela que apenas cubría su cuerpo.
Tip lo cargó entre sus brazos y lo trasladó hasta la enorme cama en el centro de la suite. Pétalos de rosas decoraban las sábanas color carmesí, y un aroma a frutas cubría la habitación, las cuales provenían de esas velas que Tip había encendido. Sumado a las luces ligeramente opacas, concedían un ambiente perfecto para dejarse llevar.
Tip besó los labios de Jen y comenzó a acariciar esas cerezas que ahora estaban erguidas. Tip sonrió ante el acto involuntario del cuerpo de Jen. Clamaba a gritos por que lo comiera y no iba a negarse.
Jen gimió. Intentó cubrir su boca, pero Tip sujetó rápidamente sus muñecas y las colocó por encima de su cabeza. Con una sola mano, rebuscó por debajo de la almohada y sacó unas esposas que había preparado. Tip iba a lo grande en esto.
Cuando Jen descubrió lo que estaba sucediendo, ya era demasiado tarde. Había quedado a merced de Tip, quien recorría con sus dedos todo su cuerpo y dejaba caer suaves besos.
Su caliente respiración impactaba contra su piel, haciéndolo estremecer. Ya podía sentir su miembro hinchándose en esas bragas que ahora lo cubrían. Quería liberarse, pero las esposas en sus manos le impedían moverse siquiera un centímetro.
"Tranquilo amor. Todavía nos queda un largo camino que recorrer"
"No...no quiero"
"Shhhh. No digas que no"
Tip desgarró el camisón y dejó al descubierto las partes más sensibles de Jen. Sopló esos pezones erguidos, hinchados y enrojecidos, ante tantas burlas que habían sufrido.
"Ahhh...Tip..."
Tip mordió una de las dulces cerezas, mientras su mano descendía por los muslos de Jen y se adentraba en esa fosa oscura y caliente. Su dedo fue aprisionado por unas paredes que emitían constante líquido.
Tip mordió el pecho de Jen, antes de saquear su boca. Su lenguas bailaban entre dientes y encías, desbordando de saliva y uno que otro gemido.
La mente de Jen era un completo caos sin posibilidad de salvación. Tip no pensaba darle tiempo de recuperar la cordura, ingresando dedo tras dedo en su agujero. Agujero que no paraba de contraerse y clamar por más.
"Mmmh...Ahhh....Si....Tip..."
Tip utilizó el líquido que se filtraba por esa cueva para untarlo en su miembro. Se preparó para el clímax, sujetando los muslos de Jen y adentrando su vara en ese agujero negro.
La respiración de Jen se detuvo cuando lo atravesaron. Su cuerpo ardía de dolor y placer al mismo tiempo, dejando que gotas de sudor descendieran por su pecho.
Tip empujó con ferocidad. Su cadera comenzó a moverse desenfrenadamente, al compás del cuerpo de Jen que se retorcía entre las sábanas. Pétalos caían sobre su pecho y cosquilleaban su piel expuesta. Le transmitían un sutil aroma a rosas.
"Ahhh...Ahg...Tip...Tip..."
"Mhm...bebé...eres increíble"
Su miembro entraba y salía con velocidad. Tocaba los puntos más sensibles de Jen, enviando una descarga que recorría su espalda y cerebro. Lo hacía estremecer con cada embestida, hasta el punto en que su garganta estaba ronca de tanto gritar.
Sin embargo, Tip no pensaba detenerse. Cuando Jen no soportó más, un líquido blanquecino salió disparado. Cubrió su pecho, e incluso algunas gotas ensuciaron su rostro.
Tip siguió moviendo las caderas, saqueando esa ciudad que lo había vuelto adicto. Se inclinó hacia delante y lamió los restos que habían caído sobre la mandíbula y mejilla de Jen.
Jen estaba ido. Tras haberse corrido, Tip no dejaba de enviarle ola tras ola de placer. No podía combatir las descargas que lo atormentaban y le arrebataban sus fuerzas. Sus extremidades habían caído flácidas del cansancio.
Tip empujó un par de veces más, antes de liberarse en el interior de Jen. Esa caverna no tardó en desbordarse de un líquido blanco, ensuciando las sábanas rojas.
Tip sonrió ante la hermosa vista que tenía delante. Lamió sus dientes, saboreando el regusto del momento.
Enseguida, sujetó las caderas de Jen y dio media vuelta. Cambio de posición, con Jen encima de su cuerpo. Lo obligó a montarlo, permitiendo que su vara se insertara más profundamente en el.
"¡Ahhh!"
Jen gritó y vio estrellas. Podía sentir el miembro de Tip en el centro de su estómago. Había alcanzado la parte más recóndita de su cuerpo, provocándole dolor pero saciedad al mismo tiempo. Se sentía lleno.
"Vamos, amor. Te toca"
Antes de que Jen procesara sus palabras, Tip lo sujetó con firmeza y elevó unos centímetros. Utilizó su propia fuerza para moverlo de arriba a abajo, permitiendo que un sonido peculiar cubriera la habitación.
Clap. Clap.
Dos cuerpos chocando, líquidos desbordándose desde ese agujero y gemidos agudos. Todos esos detalles adornaban el escenario frente a Tip, quien tenía una vista espectacular de la condición de Jen.
Sus mejillas estaban ruborizadas y saliva caía desde su boca, la cual no podía mantener cerrada. No podía dejar de gritar y repetir su nombre, con una mirada perdida.
Tip no aguantó más e invirtió sus posiciones nuevamente. Lo besó con ferocidad y dio rienda suelta a sus caderas que atacaban bestialmente el agujero de Jen.
Esta noche planeaba llenarlo por completo, volviéndolo suyo desde dentro hacia afuera. Que pena que Jen no fuera consciente de su deseo. No estaba en sus cabales como para detener la locura que prometía ser esta noche.