Mientras Hael preparaba el desayuno, Jael se mantenía frente al televisor. Sus ojos permanecían fijos en la pequeña y angosta pantalla que transmitía noticias que jamás creyó presenciar. No podía asimilarlo todavía. ¿Era real lo que estaba presenciando?
Hael salió de la cocina sosteniendo un par de platos. Los colocó con cuidado sobre la mesa y levantó la vista hacia Jael.
"Ven a comer"
El sonido de su voz, pareció despertarlo. Enseguida su atención se escapó del televisor.
"Hermano...". Pronunció en estado de shock. "Ven. Mira esto"
Hael se acercó hasta el sillón y observó las imágenes que parpadeaban. Los periodistas reportaban sobre el cierre de una empresa de modelaje, acusada de malversación de fondos, prostitución, venta ilegal de drogas y hasta asesinato. Varios artistas se habían quitado la vida a causa de sus contratos abusivos. Sus familiares ahora salían a dar la cara y a contar todo el calvario que habían pasado.
Lumie había hecho un buen trabajo. Esa empresa se había hundido igual de rápido que el Titanic.
"Hermano...esto...yo"
"Eres libre. Ya no tienes que volver a esa empresa"
Los ojos de Jael se iluminaron. Una profunda sonrisa se dibujó en su rostro angelical.
"¡Si! Tienes razón. Gracias hermano"
Hael despeinó su cabello. No podía evitar acercarse y tocar a su hermano menor. Quizás los lazos de sangre lo atraían fuertemente hacia él. Sentía un cariño especial que no había experimentado en otros mundos.
Aunque había disfrutado de cierto amor familiar, con Jael percibía algo diferente; más profundo. Un lazo que no podía ni quería cortar.
Era una excelente oportunidad para aprender lo que verdaderamente es el cariño entre hermanos, pensó Hael.
Hael dejó de prestarle atención al televisor. Volvió hasta el comedor y tomó asiento. Comenzó a devorar su cereal con leche, mientras Jael tomaba la silla a su derecha. Levantó la cuchara, y antes de llevarse el alimento a la boca, gritó.
"¡Ah! ¡Lo había olvidado!"
"¿Qué sucede?"
"Firmé un contrato los otros días. Me comprometí a participar en un programa de televisión. ¿Qué pasará con eso?"
"Probablemente quede desestimado. La empresa quebró. No hay forma de que te obliguen a participar o a pagar daños de compensación"
Jael se mordió el labio inferior. Dudó unos momentos antes de seguir hablando.
"Pero hermano...firmé con mi nombre y no con el de la empresa"
Hael dejó caer su cuchara. Rebotó un par de veces contra la mesada, emitiendo un ruido estridente que no se perdió ante el volumen del televisor.
Hael se congeló por un instante. Su mente procesaba las palabras sin sentido que acababa de escuchar. ¿Qué Jael había hecho que?
"¿Firmaste con tu nombre?"
"Si. La oferta era para mi, sin que la empresa lo supiera. Les gustó mi imagen y no querían estar vinculados con mi jefe así que...bueno...acepté"
Hael tenía ganas de darse una bofetada. Hace unos minutos, estaba feliz de poder tener una relación con esta persona; feliz de poder interactuar como simples hermanos. Ahora no podía evitar sentir arrepentimiento.
Jael era más estúpido de lo que indicaba la trama. Podía comprender cómo Trey fue capaz de convencerlo de fumar y drogarse.
"Iremos juntos a cancelar ese contrato"
"Pero..."
"Sin peros Jael. Ya no tienes por qué incursionar en el mundo del espectáculo. Participar en ese programa es innecesario"
Jael se puso de pie. Apartó la silla con brusquedad.
"¡No quiero! A mi me gusta el modelaje. No quiero renunciar"
Hael masajeó su frente. Estaba comenzando a impacientarse.
"Ja - el", dijo en tono autoritario. "No quiero más problemas. Buscaras un trabajo común y corriente. Volveremos a tener el estilo de vida de siempre y listo"
"¡No! ¡No lo haré hermano!"
Jael golpeó la mesa con la palma de su mano. Los cubiertos y platos temblaron. Su expresión era desafiante y retrataba cierta angustia.
Inmediatamente dio media vuelta y salió corriendo hacia su habitación. Cerró la puerta con fuerza, denotando su mal humor.
Hael suspiró, tratando de ventilar la furia que lo invadía. Tener un hermano menor no era tan sencillo como esperaba. Pero, aún así, no quería retroceder en su pensamiento.
La vida de Jael se había arruinado a causa de Trey. Si permanecía en el mundo del espectáculo, muy probablemente se conocerían como en la trama original. Quería cortar esa posibilidad de raíz.
En ese momento, Hael tomó su decisión. Haría todo lo que estuviera a su alcance para proteger a su hermano. Era justo lo que deseaba el personaje y lo cumpliría por él.
La venganza hacia Trey...podía esperar mientras tanto. Le iba a permitir seguir disfrutando de su vida un poco más.
—-----
Hael actuó por cuenta propia.
Se contactó con los supuestos productores del programa, quienes accedieron a tener una reunión con él. Claro está, porque se hizo pasar por Jael. Siendo gemelos idénticos, ¿quién sospecharía?
Hael no le informó de nada a Jael. A primera hora de la mañana, se escapó de casa con una simple excusa.
Jael no pareció sospechar y siguió viendo televisión abatido. No le contestó a Hael; ni siquiera quiso mirarlo. Quería dejar en claro lo molesto que estaba por su decisión.
Hael tomó un colectivo hasta el centro de la ciudad. Se encaminó a la cafetería en la que habían acordado reunirse y esperó pacientemente.
Cinco minutos transcurrieron aburridamente, antes de que el productor llegara. Se trataba de una mujer, con cabello rizado y lentes con marco dorado.
Apenas vio a Hael, se emocionó y corrió hacia él. Tomó asiento delante suyo, sin borrar la sonrisa de su rostro.
"Jael, que bueno volver a verte"
Hael no quiso andarse con vueltas. De inmediato le comentó el motivo de su encuentro, provocando que la luz que irradiaba esa persona se extinguiera. La emoción en su mirada se perdió instantáneamente.
"¿Estás diciendo que no quieres participar en el programa? ¿Por qué? Si es por lo de tu empresa, eso no nos importa. Lo que necesitamos es tu apariencia y personalidad"
Hael se negó, manteniéndose firme en su postura.
"Quiero abandonar el mundo del espectáculo y volver a ser una persona normal. Lo que ocurrió con la empresa me abrió los ojos. Este trabajo no es para mi"
La mujer inclinó la cabeza abatida. No esperaba escuchar esas palabras de "Jael". Ya había organizado las actividades y convocado a los participantes del reality. ¿Qué iba a hacer ahora?, se preguntaba con nerviosismo.
Era su primera oportunidad de incursionar en la pantalla chica. Su primer programa...¿terminaría antes de comenzar? ¿A quién iba a invitar ahora? ¿Debería eliminar a un participante en todo caso?
El rostro de la mujer se contorsionaba, ante las diferentes preguntas que atravesaban por su cabeza. Estaba mareada, confundida y nerviosa.
"Lamento los problemas ocasionados, pero no puedo hacer nada más por ti"
Hael se puso de pie. Ofreció a pagar lo que quisiera beber y comer, como señal de disculpa. Así, Hael destruyó el camino que conectaba a Jael con Trey; o al menos, eso creyó por unos minutos.
Lástima que la trama fuera tan potente, y los deseos de Jael por ser modelo tan grandes, que lo llevaron hasta donde estaba.
Jael irrumpió en la cafetería, completamente agitado. Había estado dando vueltas, tratando de localizar a Hael.
No le había creído ni por un segundo su excusa. Suponía que podría hacerse pasar por él y contactar con los productores. Que suerte que lo conociera tanto como él lo hace.
"Te encontré"
Jael se acercó hasta su hermano y lo tomó del brazo. Su mirada era seria, firme e inamovible.
"Hermano, te dije que no me rendiré. Aun si no puedo participar en ese programa, no pienso detenerme"
Hael estaba comenzando a tener dolor de cabeza. ¿Desde cuando este hombre era tan insistente? Normalmente era tímido y reservado.
"¡Ahhh!"
Un grito interrumpió el encuentro de los gemelos. La mujer se levantó y dejó caer su silla. Sus ojos estaban completamente abiertos, en evidente estado de shock. Los miraba de un lado al otro, tratando de procesar lo que estaba sucediendo.
"Son gemelos idénticos. ¡Increíble!"
"Ah, productora. Lamento si mi hermano fue rudo con usted. Lo del programa no..."
La mujer interrumpió las palabras de Jael.
"No, no, no. Descuida. No hay problema. Tu hermano no fue malo, sino todo lo contrario. Acaba de salvarme"
Saltaba emocionada. No podía contener la alegría, ante el tesoro que tenía delante de sus ojos.
"Ustedes son perfectos. ¡Perfectos!". Tomó la mano de ambos hermanos y los miró fijamente. "Los quiero a los dos en el programa. Triplicaré la paga si es necesario"
"No. Como ya te dije..."
"¡Aceptamos!"
"¡Jael! Claro que no"
"¡Hermano! Por favor"
Jael puso cara de perrito mojado. Lágrimas amenazaron con bajar por sus mejillas y humedecer su piel. Estaba apelando a la compasión y la buena voluntad de Hael.
El dolor de cabeza parecía estar empeorando. Esto no estaba yendo como lo tenía planeado.
Agh. Que molestia, pensó.
"Bien, tu ganas". Accedió con resignación. Centró su atención de nuevo en la productora. "Quiero saber los detalles sobre el programa y leer detenidamente ese contrato. Si algo no me convence, debo poder cambiarlo sin problema"
"Si, si. Entendido. Vengan conmigo"
La mujer los jaló hacia la salida. Los condujo hasta un vehículo estacionado de color negro, bastante llamativo y con detalles en plateado.
Ante un auto de estas características, estaba claro que la mujer no era tan simple como su apariencia denotaba.
"Lumie, dime la identidad de esta persona"
"Su nombre es Nuvia Schuetz. Hija de un magnate y una actriz. Poseen una famosa compañía de cine y televisión, con artistas de renombre y cientos de premios ganados. Es bastante adinerada y poderosa"
"¿Y qué hay sobre el programa que mencionó?"
"..."
"Es un programa de amor. El protagonista también está invitado a participar. Es muy probable que se encuentren"
Bien, lo hecho, hecho estaba.
Como no podían evadir al protagonista, Hael se pondría manos a la obra. El plan de venganza iba a tener que comenzar un poco antes.
Hael observó a su hermano emocionado a su lado. Quizás el programa no iba a ser tan malo. Debía aprovechar el "romance" en cuestión y acercarlo a una persona que pudiera protegerlo y atesorarlo.
Tener un hermano menor estaba siendo más complicado de lo que tenía en mente.