Los drones trabajarán en modo automático mientras Alice y yo llevamos la armadura al bosque para probarla.
Antes de salir puse en mi hombrera izquierda un emblema hecho de madera que Nephy me dió antes de salir, dijo que lo pusiera en un lugar visible para evitar problemas en caso de encontrar a un elfo en el bosque.
Durante mi preparación leí toda clase de documentos sobre clasificación de monstruos, afortunadamente el gremio posee muchos de ellos y los prestan de manera gratuita a los aventureros.
Gracias a ellos puedo decir que la vez anterior me enfrenté a monstruos peligrosos, el zorro de hielo es considerado algo que solo un equipo de rango A puede matar y el rey lobo demoniaco entraría en el terreno de los rango S.
Es por eso que específicamente acepté misiones de cazeria rango A e investigué sobre las ubicaciones de nidos de monstruos rango S.
Por el camino también estoy recolectando las hierbas de mis misiones y muestras de otras hierbas que me parecen interesantes.
Finalmente tras caminar un buen rato adentrándome al bosque, llegué al nido de mi primer objetivo.
Un garra de roca, la criatura es muy similar a un oso que mide cuatro metros de alto y con garras delanteras largas de aspecto áspero.
Usualmente viven solos dentro de madrigueras excavadas por ellos mismos, el cliente quiere sus garras y cráneo, la piel no es el objetivo pero también se puede vender así que trataré de no maltratarlo demasiado.
Según los escáneres de la armadura hay una gran firma biológica dentro así que atraere su atención para poder enfrentarla en un cara a cara.
Comienzo a condensar maná en mi mano derecha mientras apunto hacia la madriguera, el maná se convierte en fuego y toma la forma de una flecha, luego comienza a girar y finalmente es disparada a gran velocidad.
El monstruo ruge de rabia cuando el proyectil lo impacta y comienza a correr desenfrenadamente hacia mí dirección.
Bajo mi postura y me preparo para recibir su carga, sostengo su gran cabeza con mis manos mientras mis pies se hunden en el suelo pero mi fuerza es suficiente para frenar en seco a la criatura y bombeando más maná al reactor aumento la potencia para levantarlo y acto seguido estamparlo contra el suelo detrás de mí.
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Garra de piedra
Atributos:
Físico: A+
Maná: C
Consciencia: D+
Habilidades:
Cuerpo poderoso (A+)
Endurecimiento (A+)
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Es un monstruo especialmente difícil de cazar para los rango A debido a su alta defensa, peso y ferocidad por lo que es un oponente perfecto para probar la fuerza de golpe.
La gran bestia se recompone rápidamente e intenta cortarme con sus garras el pecho pero sus garras rebotan sobre mi coraza sin dejar un rasguño, aprovecho la apertura para sostener su pata y con un giro, lo envío varios metros a volar.
Su cuerpo impacta pesadamente contra el suelo de nuevo pero mis escáneres me muestran que no ha sufrido ningún daño significativo.
Él corre hacia mí una vez más con los ojos enrojecidos por la ira, su hocico hecha espuma y su pelaje está totalmente erizado.
Ya que he confirmado su alta dureza es momento de dar un golpe serio, la mochila en mi espalda ruge mientras subo la potencia y me preparo.
Me lanzo a toda velocidad contra él evadiendo sus garras para poder conectar mi golpe en su costado derecho, algo cruje y la bestia aulla de dolor y rabia.
Su hocico escurre sangre mientras me mira con ojos asesinos, lanza un rugido estridente que hace temblar los alrededores, su cuerpo comienza a dejar salir vapor mientras el pelaje de todo su cuerpo se pone rojo y adquiere una textura similar a la piedra.
Una vez más carga contra mi pero a una velocidad mucho mayor, no hay necesidad de entrar en pánico así que me preparo.
Lanzo otro gran puñetazo contra su cabeza, la onda de choque es suficiente para generar una nube de polvo y sacudir los árboles cercanos, su pelaje endurecido probablemente por su habilidad se rompe en pedazos.
La bestia pierde el conocimiento en el acto y cae al suelo pesadamente, por suerte no rompí su cráneo así que pongo fin al combate rompiendo su cuello.
Ya lo esperaba pero un monstruo de rango A no me hizo llevar la armadura al límite, sin embargo ya puedo estimar un poco las capacidades de la misma.
El siguiente objetivo no debería estar muy lejos, meto el cadáver del Garra de roca en mi almacenamiento y me pongo en marcha.
Al borde de mi visión, percibo levemente movimiento en la copa de un árbol, aún sin girarme puedo sentir que hay alguien observando, su aura no es la de una bestia, tampoco la de un animal salvaje o la de un demonio.
= Seguramente está usando magia para esconderse porque ninguno de los sensores en la armadura lo detecta, será útil colocar sensores de maná en un futuro =
Primero tenemos que diseñarlos y ponerlos a prueba, ahora hay más trabajo por hacer.
Por el momento no percibo nada de hostilidad así que lo dejaré seguirme todo lo que quiera, pero lo mataré al instante si intenta hacer algo extraño.
= Mantendré un par de sensores vigilando su posición por si revela algo en cualquier momento, pelea sin preocuparte =
Gracias.
Mi siguiente presa es otro monstruo de rango A, un Tigre de hierro, una bestia de dos metros de alto, más peligroso que el Garra de roca debido a su fuerza superior producto de un manejo muy preciso de su maná, también sabe usar magia.
Es una bestia de carácter orgulloso, defiende su territorio de cualquiera que se atreve a poner un pie dentro.
Hace ya unos minutos que debí haber entrado al territorio de éste ejemplar en específico, estoy atento a cualquier emboscada, el observador se quedó atrás, probablemente por miedo.
Conoce bien el bosque si se dió cuenta dónde estamos.
El cliente solo quiere la piedra mágica de la criatura así que puedo ser todo lo brusco que quiera en ésta pelea.
Mientras sigo avanzando escucho un minúsculo sonido detrás de mí, una ligera corriente de viento producto del movimiento sigiloso de algo a mis espaldas e inmediatamente me giro con un fuerte golpe.
Mi puño impacta de lleno en la nariz del monstruo quien vuela varios metros hacia atrás impactando un árbol y derribandolo en el proceso.
La criatura se pone de pie rápidamente con la nariz aún escurriendo sangre que empapa el pelaje de su cabeza, sus ojos expresan un enojo sin fin y lanza un rugido incluso más feroz que el del Garra de roca, hace que los árboles se sacudan y las aves de la zona vuelen por el miedo.