Algo en mi interior tiembla mientras estoy sentado en los restos del campo de batalla, mi mar de consciencia se expandió al límite del reino en el que me encuentro.
El proceso había sido muy lento éstos últimos días pero parece que el combate al límite estímulo mi crecimiento.
Aumente mi comprensión del maná durante la pelea, aunque la calificación de mi consciencia parezca alta, en realidad se debe a que ya domino mi entorno, conozco tanto del mundo y su funcionamiento así como maneras de manipularlo que la voluntad del mundo asignó una calificación tan alta, pero no conozco prácticamente nada del maná o el alma, me parece algún tipo de energía que puede alterar la realidad por medio de la voluntad, sin embargo su manipulación es difícil todavía, tengo una reserva enorme de maná que no sé aprovechar, vierto enormes cantidades en cada magia, desperdicio más de dos tercios cuando mejoro mi cuerpo, solo en ésta batalla gasté más de un tercio de mi reserva.
El viejo mago que ví utilizar magia de curación tenía infinitamente menos maná que yo pero haciendo cálculos, el podría curar a alguien más veces que yo debido a que controla de manera magistral su maná, pierde una parte de él pero esa pérdida es insignificante comparado con la cantidad que desperdicié con el misil de fuego que lancé al Troll.
Lo mejor será aceptar su oferta y hacerle una visita para que me enseñe.
= Será divertido volver a ser el aprendiz =
Hace cuánto que no aprendo algo de alguien...
Finalmente creo que ya descansé lo suficiente, así que me pongo de pie con intención de irme.
Quien sea que me esté siguiendo también comienza a moverse detrás de mí pero de repente algo cambió, un leve chillido llega a mi oído y el ligero aroma de la sangre llena mis fosas nasales.
Acaban de apuñalar por la espalda a mi observador, el atacante está rodeado de un espeso olor a muerte y su aura está completamente manchada por la matanza y el odio.
Rápidamente desvío mi maná al reactor de la armadura y doy un salto atras a gran velocidad con la intención de tomar por sorpresa al atacante.
La trampa funciona y logro ver a una figura encapuchada sosteniendo el cuerpo de un elfo vestido con armaduras de cuero.
El encapuchado esquiva mi golpe cayendo de la rama sobre la que estaba parado, rápidamente tomo el cuerpo del elfo y salto de vuelta a mi posición original con un fuerte impulso.
Lamentablemente el elfo ya está muerto, un cuchillo de metal negro sobresale de su pecho, no sé que intenciones tenga el atacante pero por el momento voy a poner el cadáver dentro de mi almacenamiento.
- Oye, humano bastardo, ese premio es mío, regresalo antes de que te mate - Ruge disgustado el encapuchado.
- No lo creo - Esa capa no me permite vislumbrar correctamente el rostro del atacante, pero aún puedo ver su información.
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Harran (Demonio del clan de la sangre)
Atributos:
Físico: S
Maná: S
Consciencia: SS
Habilidades:
Arte de sangre (SSS)
Regeneración acelerada (SSS)
Control de maná (S+)
Danza sangrienta (SS)
Bendición oscura (EX)
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- Así que eres uno de los seguidores del parásito, estoy de suerte - Digo, en un intento de crear una apertura.
- Tú... - Trata de responder.
En un instante llené de maná mi cuerpo y me lancé contra él, frenéticamente trató de evadir mi golpe y en el último segundo pudo evitar que su cabeza fuera pulverizada por mi puño, sin embargo logré tomar el extremo de su capucha y tirar de ella provocando que se rasgara.
Su rostro quedó expuesto, una tez pálida, ojos blancos con un iris del color de la sangre, cabello rubio y aspecto delicado.
- Maldito, ese era un regalo de mi señora - El demonio abrió la boca mostrando un conjunto de colmillos afilados y se lanzó en contra de mí cuello.
Golpeo su cabeza con un gancho ascendente y su boca se cierra súbitamente exparciendo pedazos de dientes y sangre.
Luego pateo su cuerpo lanzandolo contra un árbol cercano, el golpe es tan fuerte que el tronco se astilla y atraviesa su cuerpo en múltiples lugares.
Por el momento su velocidad y fuerza no es nada del otro mundo pero su regeneración es incluso mejor que la del Troll, en solo unos segundos todo el daño de su cuerpo ya se ha curado.
- Parece que te subestimé, pero ya no voy a contenerme - El aura del demonio se vuelve aún más intensa hasta el punto de hacerse visible.
Su cuerpo comienza a irradiar un brillo antinatural, las venas de su cuerpo se hinchan volviéndose negras al igual que sus ojos, las garras de sus dedos crecen y un gran corte se abre en sus brazos de dónde comienza a salir una gran cantidad de sangre.
Gotas de liquido rojo flotan por el aire arremolinandose en un torbellino y en un instante todas ellas vuelan como proyectiles hacia mí.
Ruedo en un intento de evadirlas pero algunas de ellas golpean mi armadura, son pequeñas pero la fuerza detrás de ellas no es una broma, cada golpe se siente como si fuera a romper las placas de blindaje que me cubren.
La cantidad de ellas también es un problema, cubren casi totalmente mi campo de visión.
Rápidamente saco de mi almacenamiento la espada y lanza que me regaló la familia del Duque, las lleno de maná y comienzo a utilizarlas para desviar los proyectiles que no puedo evadir.
El impacto entre mis armas y los proyectiles de sangre genera chispas y un sonido estridente.
- Bien, bien, parece que tu técnica es mejor de lo que pensaba y tú cuerpo parece poderoso pero tú manejo del maná es un asco, a éste ritmo solo debo esperar que te quedes seco y podré matarte lentamente - El demonio ríe burlonamente, es frustrante pero tiene razón, contra ésta cantidad de proyectiles es difícil pelear correctamente.
Cada disparo tiene una velocidad y dureza suficiente para que los confunda con disparos de armas de fuego de alto calibre.
Trato de hacer todo lo posible con [Pensamiento múltiple], [Pensamiento acelerado] y [Ojos de la verdad] pero la cantidad de proyectiles aumenta a cada momento.
En un momento de descuido un disparo golpea mi casco, el impacto hace que me mareé por un segundo dando el tiempo suficiente para que dos disparos más impacten mi abdomen, la placa de blindaje se abolla ligeramente y el resto del impacto se transmite a mi cuerpo.
Ruedo por el suelo para alejarme de los disparos que vienen y una estrategia viene a mi mente, un recuerdo lejano de una campaña militar junto a Xiao Yue, una ametralladora pesada nos apuntaba y ella logró evadir los disparos con una maniobra poco factible para personas comunes y corrientes.