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Chapter 4 - Obligado a actuar

El sonido de los pelicanos resonó en la cabeza de Shin quien yacía acostado en el suelo boca abajo con arena pegada en su cara y en su ropa.

'Lo logre'

Cuando Shin se fue a dormir después del gran rugido que escucho antes, el bote fue arrastrado por las olas hasta que llego a una playa donde quedo estancado.

Shin no se dio cuenta el momento en el que el bote llego a la playa pero cuando despertó y miro a su alrededor encontrándose que estaba en tierra firme simplemente se arrastró fuera del bote y se dejó caer sobre la arena.

'Nunca antes había deseado tanto disfrutar del suelo'

Moviendo sus brazos, Shin intento hacer un ángel sobre la arena con una sonrisa en su rostro lleno de arena.

Cuando disfruto lo suficiente de la arena, Shin se levantó apoyándose en el bote y observo a su alrededor.

La playa se extendía por kilómetros hasta donde la vista de Shin no alcanzaba a llegar. Y pasando la arena había una jungla llena de árboles y vegetación.

Shin no lo pensó dos veces y se adentró a la jungla no sin antes sacar la pistola y cargarla.

Mientras con una mano sostenía la pistola y con la otra quitaba la maleza que obstruía su paso, Shin continúo caminando por unos minutos mientras escuchaba el sonido de la naturaleza.

Con suerte no se encontraría ningún peligro antes de recuperarse, ya que si llegaba a fallar el tiro con la pistola, tendría que recargar otra bala, dándole a su enemigo la oportunidad de atacarlo y seguramente matarlo.

Con esfuerzo y algo de suerte, Shin llego a un lago con agua cristalina oculto entre arboles dentro de la jungla.

Shin no dudo, se quitó la ropa y dejo la pistola en la orilla antes de lanzarse al agua cristalina.

Lo primero que hizo fue tomar agua. Bebió y bebió lo que no había tomado desde hace días hasta quedar saciado.

Aun tenía mucha hambre pero ahora se sentía mucho mejor, se sentía rejuvenecido.

Shin se bañó en el lago, quitándose la suciedad y el sudor que había acumulado los días que paso en el bote. Luego se sintió cansado por lo que decidió flotar sobre el agua extendiendo sus brazos y piernas.

"Se siente… tan bien"

Shin nunca antes se había sentido tan bien, aunque su cuerpo aún estaba adolorido por los moretones y su estómago lo estaba matando.

Shin sintió que si se durmiera ahora, tendría la mejor siesta de su vida.

Siendo el caso, Shin comenzó a cerrar los ojos lentamente hasta tenerlos completamente cerrado. Su mente comenzó a desvanecerse y deseo que pudiera soñar por primera vez.

"No deberías dormirte"

Al escuchar una voz, Shin de repente se levantó y puso se puso en guardia alertado. Había aprendido que nunca debería bajar la guardia en una zona desconocida y menos una jungla donde podía haber animales preparándose para acecharlo.

'¡¿Qué está pasando?!'

Shin estaba muy confundido, era como si sus pensamientos fueran influenciados por algo. Haciendo que hiciera cosas que no eran normales.

Como dormirse en medio de la jungla, o también dejar su única arma en la orilla del lago. Arma la cual estaba en manos de una mujer joven que la examinaba con curiosidad.

"¿Qué es esto?"

La mujer tenía la pistola en una mano mientras la agarraba del mango apuntando hacia el suelo.

'¿Orejas?'

"Oye"

La mujer hablo sacando a Shin de sus pensamientos. No parecía que la mujer tuviera la intención de dañarlo, pero aun así Shin penos que sería mejor no decirle que era una arma letal.

"Es un arma letal"

Inmediatamente Shin se cubrió la boca con ambas manos.

'¡¿Por qué se lo dije?'

"Hmmm, que arma tan extraña"

Shin miro a la mujer que seguía jugando con la pistola, la mujer vestía un conjunto de pieles que cubrían sus partes íntimas, dejando al descubierto su abdomen marcado, sus brazos y piernas. Pero lo más raro de la mujer era las orejas que sobresalían de su cabeza y la cola que estaba conectada a la parte baja de su espalda, justo arriba de su trasero.

'¿Qué carajos?'

"¿Cómo funciona?"

La mujer se dirigió a Shin si dejar de juguetear con la pistola.

'¡Esta vez no!'

"Si oprimes ese gatillo, la pistola dispara un proyectil letal"

Antes de que se diera cuenta, Shin había descubierto su boa y explicado muy a detalle el funcionamiento del arma.

'¡Maldita sea!'

Shin volviendo a cubrirse la boca mientras se maldecía a sí mismo.

'¡¿Qué me está pasando?!'

La mujer dejo de mirar la pistola y se enfocó en Shin, quien estaba desnudo en medio del lago cubriéndose la boca con ambas manos.

"¿Eso también es un arma?"

Shin se sintió confundido cuando la mujer lo señalo, siguió con la mirada el lugar donde apuntaba la mujer antes de taparse sus partes vitales con las manos.

"N-no, no es un arma"

'¡!HAAAAAHHH¡!, ¡Maldita sea todo!'

Shin nunca en su vida se había sentido tan avergonzado como este momento. Aunque no era la primera vez que lo veían desnudo, ya que usualmente examinaban su cuerpo en un chequeo regular en el laboratorio. Por alguna razón sintió que esta vez era diferente.

"Hmmm, que más da. Mi abuelo me dijo que si veía a alguien en la isla lo llevara a el"

La mujer dejo la pistola sobre la ropa de Shin y poniendo sus brazos sobre sus caderas sonrió alegremente.

"Así que sígueme"

Shin que aún estaba sufriendo por dentro, no pudo evitar pensar que la mujer que tenía prácticamente su edad era demasiado inocente.

'¿Por qué tendría que seguirte?'

Pensó Shin mientras su cuerpo salía del agua y se ponía la ropa.

'¡¿En qué momento?!'

Su cuerpo parecía no estar respondiendo correctamente y noto que no podía negarse a las palabras de la mujer, no solo teniendo que responder a sus preguntas, pero tampoco podía desobedecer sus órdenes.

Terminándose de poner su ropa y recogiendo la pistola que por algún motivo la mujer no se había llevado con ella. Shin comenzó a seguir a la mujer por el bosque.

Varias veces intento desviarse del camino pero la mujer solo tenía que decir:

"Es por aquí"

Y el cuerpo de Shin la seguiría en contra de su voluntad.

Era una sensación horrible, Shin sentía como su sí cuerpo no fuera suyo. Por lo menos la mujer no hablo mucho con él durante el trayecto por lo que no se vio obligado a responder a sus preguntas.

Durante 20 minutos, Shin camino siguiendo a la mujer por la jungla antes de detenerse frente a la puerta de una cabaña de madera en medio de la jungla.

"Es aquí"

La mujer abrió la puerta antes de entrar.

"Adelante"

La mujer invito a entrar a Shin quien por mucho que se resistió no pudo evitar que su cuerpo caminara solo subiendo por las escaleras que llevaban a la puerta.

Shin entro a la cabaña y sintió como se cerraba la puerta detrás de él.

"Dámela"

Shin se giró al escuchar la orden de la mujer y su mano levantó la pistola entregándosela sin resistencia.

'Ugh, odio esto'

Shin solo pudo mirar como la mujer caminaba por la cabaña y dejaba la pistola sobre una mesa lejos del alcance de Shin.

'Perfecto, ahora estoy desarmado en la casa de un extraño'

Shin miro el interior de la cabaña por un momento. Las paredes estaban hechas de troncos de madera, al igual que los muebles. Solo había un sofá cubierto con pieles de animal junto a una chimenea con un olla encima de esta.

De resto la cabaña estaba bastante vacía y solo tenía otra puerta dentro.

"Ven"

La mujer le ordeno que fuera hacia ella, lo que el cuerpo de Shin obedeció llegando frente a ella antes de que abriera la puerta que conducía a la única habitación de la cabaña.

Dentro de la habitación había una simple cama con un taburete al lado de esta.

Sobre la cama había un hombre muy viejo con los ojos cerrados. El hombre parecía moribundo, con todo su pelo blanco y una respiración muy débil. Shin supo en un instante que al hombre no le quedaba mucho tiempo. No era una locura decir que era un milagro que aun estuviera vivo.

"Este es mi abuelo"

La mujer acaricio la cabeza del hombre antes de susurrarle al oído que ya estaba aquí.

El anciano abrió los ojos muy lentamente antes de quedarse mirando a la pared frente a él como si estuviera mirando al vacío.

Shin noto como los ojos del hombre eran completamente blancos, el hombre estaba ciego.

"Abuelo, traje a cualquier persona que llegara a la isla como me lo pediste"

La joven mujer se sentó sobre el taburete antes de tomar la mano del anciano. El anciano giro la cabeza lentamente antes de mirar a la mujer a su lado con una sonrisa cálida.

"Lo hiciste bien Lou"

La cola de la joven mujer llamada Lou se balanceo de un lado a otro gracias al elogio del anciano.

La voz del anciano era suave y tranquila, como si no le importara el hecho de que estaba frente a las puertas de la muerte.

"¿Cómo te llamas muchacho?"

El anciano miro fijamente a Shin quien sintió como aunque el anciano estuviera ciego, este estuviera mirando directamente su alma.

"Shin"

El anciano dejo de mirar a Shin a los ojos antes de continuar mirando el vacío y solo sonrió tranquilamente.

"Lou, ¿Por qué no vas y le haces al joven algo de comer?"

La cola de Lou dejo de moverse y miro a su abuelo algo escéptica de dejar a un extraño junto a él.

"Está bien, el joven Shin no me hará nada"

Lou solo pudo aceptar las palabras del anciano y salió de habitación algo deprimida.

Shin miro al anciano que estaba tan quieto que era difícil notar como su pecho subía y bajaba con cada respiración que daba.

"Jovencito, tengo un favor que pedirte"

El anciano no dejo de mirar el vacío pero el tono con el que le hablaba a Shin era más serio del que usaba al hablar con Lou.

"¿Un favor?"

El anciano asintió levemente con la cabeza.

"Quiero que te lleves a Lou contigo cuando dejes esta isla"

Shin solo pudo fruncir el ceño ante el favor del hombre y no respondió.

"¿Qué opinas?"

Al igual que las preguntas de Lou, Shin no pudo evitar que su boca se abriera por sí misma.

"¿Por qué debería?"

Shin ya había supuesto que estaba en una isla, y escucharlo de la mujer antes cuando estaban en el lago lo verifico.

Sin embargo apenas había conocido a Lou y el anciano quería que le hiciera un favor tan personal.

Shin quiso preguntar porque no podía irse por su cuenta o con él, pero como si el anciano escuchara sus pensamientos hablo en voz baja.

"No puedo irme de este lugar, no he podido por lo últimos 70 años y ahora es imposible por mi condición"

Shin no negó la palabras del anciano, viendo como estaba de demacrado, sería difícil salir de la isla con el viejo como carga. La parte de que estuvo en esta isla por 70 años no la entendió pero no pregunto.

"Y si dejo que se vaya por sí misma no tengo idea de donde terminara. La has visto, es una chica muy inocente para su edad ya que no pude enseñarle sentido común"

Shin también entendió el punto del anciano. Había visto directamente la inmadurez y la inocencia de Lou, quien sabe que pasaría con ella si llegara a salir sola a la sociedad.

"Pero eso no responde mi pregunta, ¿Por qué debería?"

El anciano se mantuvo en silencio un tiempo mientras continuaba mirando al vacío.

"Se que lo harás… porque todos tienen un precio"

Shin no entiendo el punto del anciano pero este no había terminado.

"Y por qué puedo ver el futuro y sé que lo harás"