"¿De dónde vienes?"
Shin ignoro la pregunta de Lou y continúo subiendo la montaña de la isla mientras la seguía desde atrás.
"¿Cómo es el mundo afuera de la isla?"
"¿Cómo llegaste a la isla?"
"¿Por qué no tienes una cola como la mía?"
Lou se sujetó su cola peluda y la abrazo, como si le mostrara a Shin lo cómoda y esponjosa que era.
Durante todo el camino desde la cabaña a la montaña, Lou continúo haciéndole preguntas a Shin de todo tipo de temas, preguntas las cuales solo respondió superficialmente.
Una vez terminada la conversación con el viejo, este dijo que tenía sueño y que iba a dormir. El anciano le había pedido a Lou que acompañara a Shin a un templo que había en la cima de la montaña, por lo que al día siguiente cuando Shin se había recuperado de estar varios días a la deriva partieron hacia el templo.
Lou también le ofreció por órdenes del anciano un te hecho de hierbas naturales procedentes de la isla que anulaban la maldición que residía en la isla.
Shin le pregunto a Lou sobre esta maldición a lo que su respuesta fue corta pero impactante.
"Según mi abuelo es una maldición que te obliga a responder cualquier pregunta o a hacer cualquier acción que te pidan sin opción a negarse. Realmente siempre tomo la cura cada día por lo que no lo he experimentado"
Estos eran todos los síntomas que había experimentado Shin. Si Lou hubiera tenido malas intenciones contra él, hubiera podido pedirle cualquier cosa y Shin solo podría haber aceptado sin resistirse.
No podía imaginarse como seria si muchas personas estuvieran juntas en esta isla y no supieran que existía una cura.
Sería como un infierno sacando los deseos más oscuros del interior de cualquier persona.
"No eres divertido"
Lou hizo un puchero al ver que Shin no respondía honestamente a las preguntas ahora que era inmune a la maldición.
"Era mejor cuando hacías lo que yo dijera. ¡Hmmp!"
El anciano le había explicado la historia de Lou a Shin cuando aún estaban en la cabaña y esta estaba ocupada cocinando.
El nombre completo de Lou era Lourna, y llego a la isla de la misma forma que Shin. El barco en el que se encontraba tuvo un accidente y Lou llego milagrosamente a la costa siendo un bebe, donde el anciano la recogió y la crio.
El anciano no tenía hijos ni ningún otro pariente por lo que no tenía experiencia criando a un bebe. Por lo que le dio mucha libertad a Lou mientras crecía.
Lou era de una raza llamada Varums, donde las personas tenían rasgos de distintos animales. Lou por ejemplo era una mujer lobo, por lo que sus instintos hicieron que se desarrollara de cierta forma en esta jungla sin la supervisión de la sociedad.
Shin no sabía de qué raza era el anciano pero entendió que no fue nada fácil criar a una niña que tenía instintos tan salvajes.
Por eso Lou apenas sabia sobre sentido común, por eso al ver a Shin desnudo solo pudo ver que era diferente de ella, por lo que simplemente pregunto por curiosidad.
Shin suspiro al ver la actitud de Lou, el anciano le había dicho que también tenía 18 años al igual que el pero para Shin parecía una niña de apenas 10 años, por lo menos en la forma de pensar que tenía.
Shin siguió caminando mientras seguía a Lou por la frondosa jungla.
Lou podía estar acostumbrada a este entorno, pero para Shin caminar por el suelo desnivelado era todo un desafío.
"Eres demasiado lento"
Lou se quejó mientras observaba a Shin desde arriba.
'¡Tú eres muy rápida!'
Después de una hora completa caminando, Shin estaba exhausto pero Lou se veía completamente bien.
"Tampoco tienes buena forma física, ¿Sirves para algo?"
'¡Cállate maldita sea!'
Aunque Lou era muy inocente, también era muy honesta, talvez demasiado para su propio bien. Shin solo quería jalarle la cola y enseñarle una lección para desahogar toda su frustración e irritación.
Pero se guardó sus pensamientos para el mismo y miro la gran puerta frente a ellos.
"¿Este es el templo?"
Lou se acercó a la puerta y puso sus brazos atrás de su cuerpo antes de explicar.
"Sip, mi abuelo me dijo que nunca entrara por lo que no sé qué hay dentro. ¡Pero ahora que voy a entrar contigo no puedo evitar sentirme emocionada!"
Shin no sabía de donde venia toda la energía que contenía el pequeño pero bien proporcionado cuerpo de Lou.
"¡Vamos a entrar rápido!"
Shin aún estaba tomando aire después de la caminata sin descanso por lo que no pudo evitar poner los ojos en blanco por lo impaciente que era Lou.
"¿Nunca te dijeron que la impaciencia mata?"
Lou solo ladeo la cabeza sin entender la pregunta de Shin.
"¿No?"
'Pues a mí tampoco'
Shin se reincorporo y estiro los brazos.
"No importa, vamos"
Shin se acercó a la entrada con Lou siguiéndolo de cerca y puso sus manos sobre la gran puerta.
La puerta media alrededor de 4 metros de alto y 3 de ancho, tenía diseños intricados y esta era completamente negra. Lo cual infundía un poco de temor en las personas.
Excepto en Lou, ella solo sentía curiosidad.
Con un poco de esfuerzo, la puerta se abrió por la mitad haciendo un chirrido hiriente muy molesto que afecto a Shin pero que hizo que Lou se tapara las orejas con molestia.
Al ser una Varum y tener los sentidos más desarrollados que un humano normal, los ruidos altos y chirriantes la molestaban más que a Shin.
Las puertas se abrieron por completo y el ruido se detuvo, Lou se quitó las manos de las orejas y gruño.
"¡Que mala bienvenida!"
Shin solo pudo suspirar ante el comentario de Lou.
"Entremos"
"¡Si!"
Toda la irritación de Lou desapareció y volvió su curiosidad.
Dentro del templo había un gran pasillo hecho de mármol oscuro con altas columnas de piedra que sostenían el techo igual de negro que las paredes.
En las paredes había antorchas con fuego negro que se mantenían activas después de tantos años sin que nadie entrara.
La antorchas eran suficientes para iluminar por completo la habitación, y aunque Shin no sabía cómo podía existir una antorcha negra y como esta podía funcionar. Sorprendentemente iluminaban bastante bien.
El piso estaba lleno de polvo y se notaba que nadie había entrado en un largo tiempo por lo que el mantenimiento era inexistente.
Shin camino con cuidado en contraste de Lou que investigaba cada rincón del pasillo.
"¿No deberías ir con más cuidado?, podría haber trampas"
El templo era un lugar desconocido por lo que podía haber trampas para mantener a los intrusos fuera, como ellos.
"No hay ninguna"
"¿Cómo lo sabes?"
Lou se detuvo y se puso la mano en la barbilla.
"Mis instintos me lo dicen"
Shin volvió a suspirar pesadamente mientras veía como Lou volvía a explorar el templo abandonado.
'Esta mujer me va a matar'
Solo había pasado un poco más de un día y Shin sentía como perdía años de vida solo por tratar de entender a Lou.
El pasillo del templo no era muy largo por lo que rápidamente llegaron al final encontrándose con otra puerta más pequeña en comparación a la de afuera pero con los mismo patrones y diseños.
Lou observo la puerta mientras esperaba a Shin que iba unos metros por detrás de ella.
Cuando Shin llego frente a la puerta una sensación ominosa se apodero de su cuerpo, haciéndole sentir un miedo que no había sentido nunca.
Si Shin se sintió así de mal solo por estar fuera de la puerta, Lou sintió la misma sensación pero mucho peor.
Lou comenzó a gruñir en dirección de la puerta y se puso en posición de combate mientras las uñas en sus manos comenzaban a crecer hasta convertirse en garras más afiladas que un cuchillo.
Shin sintió muchas reservas en abrir la puerta, si solo la sensación se podía sentir desde afuera, ni Shin ni Lou querían saber que se encontraba detrás de la puerta.
Tomando un gran respiro y poniendo una mano detrás de su espalda donde guardaba su pistola. Shin procedió a abrir la puerta.
Con solo un pequeño empujón la puerta se abrió lentamente resonando por todo el pasillo.
Una gran oleada de aire fluyo desde el centro de la habitación hacia afuera haciendo que tanto Shin como Lou sintieran escalofríos.
Ambos se quedaron quitos un momento tratando de ver que había en la oscura habitación.
Poco después Shin comenzó a caminar lentamente tratándose de acostumbrar a la ominosa sensación pero noto que no había nadie a su lado.
Se giro para mirar a Lou que seguía en la misma posición de antes y continuaba gruñendo mostrando los grandes colmillos que tenía.
"¿No vas a entrar?"
"…No, mis instintos me dicen que no entre por nada del mundo"
La inocente y honesta chica de antes no se podía ver por ninguna parte, la Lou de ahora parecía un animal completamente asustado.
En comparación de Lou, Shin no tenía los instintos de un Varum por lo que no sintió lo mismo que Lou al estar frente a la habitación.
Shin dejo atrás a Lou y continúo entrando.
Cuando sus ojos se acostumbraron a ver en la oscuridad, por toda la habitación se prendieron lámparas como por arte de magia.
Toda la habitación se revelo ante Shin quien se quedó congelado al ver el contenido de esta.
En el centro de la habitación había un altar rodeado de un círculo de runas, que formaban una red de grabados intricados entre ellas.
Shin no sabía que significaban estas runas y parecía que los cadáveres congelados en la habitación tampoco.
Rodeando el circulo de todos los lados había muchos cadáveres congelados que extendían sus brazos hacia el centro de la habitación, como si intentaran alcanzar algo.
La solo visión de los cadáveres arrodillados y con los brazos extendidos hizo que Shin sintiera que sus pelos se ponían de punta.
'¿Qué intentaban alcanzar?'
Dentro del círculo de runas y sobre el altar había una pequeña maceta con una pequeña planta bebe que no media más de 10 centímetros de alto.
Las hojas de la planta eran completamente negras y parecían tragar la oscuridad a su alrededor.
Shin sintió que la planta parecía llamarlo al igual que llamo a todas las demás personas que se encontraban en la habitación y que ahora no eran más que simples cadáveres. Al igual que la maldición de la isla que lo obligaba a obedecer a la otras personas, la planta lo obligo a acercarse lentamente.
"¡No vayas!"
Lou grito desde fuera de la habitación alertando a Shin de que no se acercara pero sus palabras cayeron en oídos vacíos, ya que Shin fue incapaz de escucharla y continúo caminando lentamente hacia el altar.
Por mucho que Lou quisiera ayudarlo, sus instintos la obligaron a retroceder y solo mirar desde lejos, haciéndola sentir impotente y limitada por sus instintos que siempre la habían ayudado.
Ahora Shin solo podía defenderse por su cuenta.
Cuando Shin dio el primer paso dentro del círculo de ruinas, todo a su alrededor comenzó a cambiar rápidamente y en un solo parpadeo Shin se encontraba en una playa de arena negra.
El agua estaba calmada detrás de él, con pequeñas olas que mojaban sus pies desnudos, hundiéndolos en la arena.
Shin dio un paso dejando una pisada en la arena y todo a su alrededor volvió a cambiar.
Ahora se encontraba en medio de una ciudad antigua, con grandes estructuras blancas sostenidas por columnas del mismo color tan altas como el árbol más alto de la isla.
Shin se encontró rodeado de todo tipo de personas que caminaban tranquilamente a su lado como si fuera invisible mientras hacían sus tareas diarias.
Estas personas estaban vestidas de túnicas con todo tipo de diseños y colores.
Shin dio otro paso y se encontró a las afueras de un gran panteón soportado por ocho grandes columnas y con un escrito en unas extrañas encima de ellas.
Aunque Shin no podía leer tal idioma, por algún motivo no tuvo problemas para saber que decían las runas.
"La Voluntad de la oscuridad"