Chereads / Tributo de sangre. / Chapter 1 - Prueba la sangre.

Tributo de sangre.

🇲🇽Sanarih
  • --
    chs / week
  • --
    NOT RATINGS
  • 3.6k
    Views
Synopsis

Chapter 1 - Prueba la sangre.

Había vivido mi vida sin entender la muerte. No había perdido a familiar, amigo o mascota alguna. Alcance los quince años sin vivir ninguna tragedia y nunca estuve lo suficientemente agradecido por ello. Probablemente hubiera podido seguir viviendo de la misma forma durante un puñado de años más si la mala suerte no hubiera tocado a la puerta aquella mañana.

Se trataba del último día de clases antes de las vacaciones de los días oscuros. El profesor había desistido de la idea de intentar darnos una última lección de matemáticas y en su lugar nos dejó el rato libre, mientras él pasaba sus dedos por la pantalla de su celular en una sesión de ocio mirando vídeos. El aula entera era un caos animado. Las voces se mezclaban con risas y gritos.

Yo no era la excepción, me encontraba sentado sobre la mesa con dos de mis amigos escuchándome. No recuerdo que les contaba entonces, pero se que nos reíamos.

Fue justamente después de una risa especialmente fuerte de Alex que el sonido de la madera siendo golpeada trajo el silencio al aula. La mayoría de voces se redujeron otras desaparecieron mientras las miradas de todo iban al profesor. Mi primer pensamiento y me imagino que el de algunos de mis compañeros fue que nuestro ruido fue suficiente como para que alguien en uno de los salones continuos viniera a amonestarnos. Probablemente con eso en mente el profesor dejo a un lado su celular y se dirigió a la puerta.

Mis amigos que estaban dando la espalda al frente del aula se giraron y yo que podía ver bien desde mi posición solo seguí con la vista al profesor mientras abría la puerta.

La persona en la entrada no era un profesor era un estudiante. Al principio ni siquiera pensé que fuera uno con el que me hubiera topado antes, pero después de examinarlo mientras le murmuraba algo al profesor lo distinguí. Fue difícil, primero porque no se había aparecido en clase desde principios del año, aparentemente los chicos de otras clases lo habían intimidado, como solución optó por esconderse en casa y nunca más aparecer en la escuela. En segundo estaba la cuestión de que apenas se parecía a su yo anterior. Su cabello sucio había crecido hasta sus hombros, su rostro era mucho más redondo, había subido de peso lo suficiente como para que su vientre empujara al límite los botones de su uniforme.

Su aspecto era terrible y pude haber criticado su involución en algo tan desagradable a la vista, pero no tuve mucho tiempo para eso, porque alcance a ver el destello metálico de algo en su mano.

Creo que fue el instinto lo que me guío, nunca había visto un arma y toda la escena de ver a ese tipo apareciendo ya era suficientemente extraña como para dar escalofríos. Me lancé al piso y me lleve conmigo a uno de mis amigos. El primer disparo resonó a la vez que golpeamos el suelo.

Hubo un momento en que todas las voces desaparecieron, solo para ser reemplazadas con gritos de pánico. Me quedé en suelo junto a mi amigo, escuchando como las mesas y sillas eran empujadas.

Yo lloré un poco. Hasta ese día yo no había conocido la muerte, mis abuelos seguían con vida mis padres y hermana gozaban de excelente salud; mi única mascota era un perro que no superaba los cinco años. Yo no entendía la perdida, pero tendría que hacerlo.

Sangre se extendió por el suelo y por primera vez note que Ian a quien había arrastrado al suelo conmigo apenas podía respirar. Mis odios palpitaba al ritmo de mi corazón, eso unido al ruido me había impedido escuchar los quejidos de mi amigo. Abrí mis ojos y lo mire.

Ian estaba pálido, sus ojos temerosos llenos de lágrimas. El pobre no dijo nada solo emitió quejidos agudos sin siquiera intentar mirarme.

Yo no tenía palabras para consolarlo. Demasiado abrumado por la situación yo aleje la mano con la que sujetaba su camisa y me puse en cuchillas. Busque con la vista al culpable de todo.

El demente que había iniciado todo estaba al frente empujando el cañón de su rifle contra una chica que temblaba en el suelo. Él sonreía satisfecho con lo que había logrado.

Me levanté y mire el daño. Había menos heridos de lo que pensé la mayoría de mis compañeros escaparon, de las veinticinco personas que estábamos en el lugar, solo quedaba un puñado en el suelo y era difícil saber si estaban muertos o solo fingiendo.

Mientras la atención del invasor estaba puesta en mi compañera yo aproveché el momento. Rodeé las mesas desordenadas para acercarme a él. No me notó, tal vez ensordecido por los disparos o solo demasiado concentrado en lo que tenía enfrente. No me lo cuestione mucho y arremetí contra él.

Mi peso fue suficiente para arrojarnos a ambos al piso, él soltó el rifle. Yo no intenté alcanzar el arma, como alguien que desconocía el funcionamiento de un rifle preferí mis puños. No tarde en golpear la nariz de aquél tipo.

Tengo que admitir que fue estimulante sentir el dolor de mis nudillos cuando hicieron crujir su nariz, incluso si no era satisfactorio.

Después del primer golpe él intento protegerse, pero fue lento, le di un segundo puñetazo con la izquierda antes de que logrará poner sus brazos al frente.

Me escuche llamarlo cobarde unas tres veces mientras intentaba apartarle los brazos con arañazos y golpes. Realmente no tenía idea de que hacía, era la tercera pelea en la que me metía en mi vida. Hacía lo que podía, solo no comsidereo que él actuaría de forma similar.

Se apalanco con una pierna y nos empujó a un lado. Perdí el equilibro y golpe él suelo con el costado. Tarde solo unos segundo en recuperarme, pero fue suficiente para que él estirase un brazo y alcanzara el rifle que estaba cerca de su lado izquierdo.

Quisiera decir que la compañera a la que ayude antes me ayudó en ese momento, quisiera decir que al menos se quedó para ver lo que pasó a continuación, pero sería una mentira, ella había abandonado el lugar en algún punto de la pelea. No puedo culparla.

Estaba sólo contra ese chico cuyo nombre no podía recordar. Sin muchas opciones, porque correr no parecía la mejor, yo opté por la que me pareció.

Yo intente arrebatarle el arma.

No está de más decir que fue un error, después de esforzarme para destrozarle la cara yo había quedado exhausto. Estaba tan jadeante cómo mi contrincante y eso termino por condenarme.

Fue solo cosa de un segundo, mis dedos entumecidos resbalaron y luego la detonación resonó en sintonía con el dolor que me atravesó. El palpitar aterrado que había golpeado en mis odios se debilitó y la sangre se sintió caliente al unirse a las manchas dejadas por la de Ian en la camisa de mi uniforme.

Yo súper que estaba por morir, probablemente debí derrumbarme e intentar detener la hemorragia, pero ni siquiera lo intente. Con todas las fuerzas que me quedaban aparte el cañón y me dispuse a hacer la cosa más inhumana que mi instinto pudo haber sugerido.

La piel humana es un órgano sorprendente. Es increíblemente resistente pese a lo que pueda sugerir su aspecto, también es inesperadamente elástica. Es difícil que una dentadura humana la atraviese, los dientes no están hechos para eso, se necesita mucha fuerza para lograrlo. Con eso en cuenta lo que ocurrió solo me parece más loco.

Me lance a su cuello como una bestia, mordí hasta que su sangre se filtro a mi boca y no lo solté hasta que el frío de la muerte llegó para arrastrarme. Para ese momento mi incisivos superiores e inferiores ya se habían encontrado a través del tejido suave entre ellos.

Así yo morí con el grito de dolor de mi asesino como la última cosa que escuche.