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Chapter 7 - Raijin

Observe estupefacto cómo la marca brillaba y me di cuenta de que unas escaleras aparecieron de la nada.

"¿Magia de ilusión?" Pensé.

Pero la magia de ilusión no debería de ser capaz de hacer esto, al menos la magia de ilusión humana.

Sin darle muchas vueltas, entré sin temor a lo que me esperaba dentro.

Tampoco es que tuviera miedo a la muerte, ya que después de todo no tenía razones para seguir en este mundo, ya le había dado instrucciones a mi hermano de que hacer si algún día muero o desaparezco.

Cuándo puse un pie sobre la primera escalera noté una sensación escalofriante provenir del final de esas misteriosas escaleras.

Cada vez que bajaba no podía evitar tener pensamientos cómo:

"¿Y si lo que se encuentra abajo es un tesoro que puede sacarme de esta vida de mierda que llevo? ¿Y si lo que se encuentra abajo es una bestia capaz de destruir todo Midgard? O peor aún, ¿y si no encuentro nada?"

Justo cuando estaba teniendo este tipo de pensamientos me di cuenta de que había llegado al final de esos dichosos escalones.

Lo que me recibió cuando llegué abajo fue nada más que un espacio vacío, sin nada, excepto un orbe que de color negro con toques de azul que brillaba eclipsando toda la habitación.

Comencé a caminar hacia el orbe para ver más de cerca lo que era.

¿Valdrá mucho? Pensé.

Y justo cuándo lo toqué para llevármelo conmigo...

Quedé inconsciente.

Me desperté dentro de una espesa niebla que parecía no tener fin.

"¿Hola? ¿Hay alguien aquí?"

"..." El silencio fue lo único me recibió.

De la nada se generó un camino de luz que parecía gritar que lo siguiera.

Comencé a seguir a las luces que flotaban por esa niebla tan extraña hasta que al fin salí y me recibió un paisaje de una montaña nevada.

En ese paisaje había dos figuras que podrían hacer que hasta el más valiente de los hombres temblara de miedo al estar ante la presencia de esos dos majestuosos seres.

La primera figura estaba escupiendo sangre mientras hacía el esfuerzo de mantenerse en pie.

Parecía un hombre de entre 30-35 años, con un cabello largo y negro cómo la mismísima noche y unos ojos azules que, pese a estar en sus últimos momentos, aún mostraba un espíritu de lucha inextinguible, portaba una lanza de un color negro azulado con unas palabras en otro idioma que se pronunciaba, Socushi .

La segunda figura tenía una sonrisa burlona grabada en su rostro que mostraba sus dientes amarillos.

Aunque poseía una barriga de cervecero, una barba llena de suciedad y un cabello rojo despeinado, si mirabas directamente a sus ojos escarlatas, sentirías como tu propia alma dejaba tu cuerpo ante el miedo que generaba.

"Apuñalando a tus aliados por la espalda, ¿¡Qué acaso los asgardianos no tienen honor?! Gritó la figura de ojos azules.

"Ho ho ho, lo siento Rai, fueron órdenes del padre supremo, no es personal" Dijo sin siquiera dejar de sonreír el pelirrojo.

"Ambos somos representantes del rayo, así que, ¿Por qué envenenarme y no tener un duelo justo a muerte?" Dijo sin expresión el hombre al que llamaban "Rai"

"Rai, te voy a ser sincero, no soy lo suficientemente estúpido cómo para tener un duelo honorable contra ti, si no fuera porque he utilizado el veneno de la hidra, no creo que ni después de una batalla contra mí pudieras acabar en el estado en el que te encuentras actualmente" Al decir esas palabras se notó una frustración palpable en su rostro.

"Bueno, ya nada de eso importa" El obeso individuo sacó un martillo de su cintura.

El martillo era lo suficientemente pequeño cómo para ser agarrado con una mano y lo suficientemente grande como para poder reventar una cabeza con facilidad, en el mango tenía incrustada las palabras mjœlnɪr.

"¿Últimas palabras?"

"Púdrete"

Justo cuando el martillo iba a impactar en la cabeza de "Rai", la lanza que sujetaba con fuerza se movió a la velocidad del rayo y no solo logró bloquear el poderoso martillo, sino que también logró asestarle un poderoso golpe en su ojo derecho. Ese contraataque hizo que "Rai" perdiera gran parte de la fuerza que lo mantenía en pie, haciéndolo caer al suelo mientras escupía una gran bocanada de sangre.

"¡Tú! ¿¡No podías morirte sin oponer resistencia!? ¡Raijin, Maldito bastardo, me aseguraré de acabar con todos y cada uno de tus seguidores! ¡Cuándo mueras, haré que tu existencia caiga en el olvido! Comenzó a insultar el hombre pelirrojo.

Raijin miró la cara del hombre que lo había dejado en este estado y sonrió al ver que le causó una horrible cicatriz que junto a su poder del rayo oscuro le estaba carcomiendo la piel dejándole una marca que nunca desaparecerá. Antes de caer en el frío abrazo de la muerte, el hombre murmuró con las últimas fuerzas que le quedaban.

"Esto no ha acabado... Me aseguraré de volver y acabar contigo... ¡Thor!"

Me desperté sobresaltado.

"¿Qué es lo que acabo de ver?" Me pregunté.

Ya no había ningún espacio helado, solo estaba yo junto a un niño de cabello negro y ojos azules en la sala en donde se encontraba el orbe.

"¿Espera, un niño?" Exclamé en voz alta.

"A quien llamas niño chico, cómo osas llamarme niño a mí, el emperador del rayo, Raijin" contestó el mismo infante.

Miré con incredulidad al niño de mi edad que afirmaba ser el mismo hombre que había visto en la visión.

El niño pareció darse cuenta de la mirada de incredulidad en mi rostro y rápidamente comenzó a revisar su cuerpo.

"¿Espera porque me veo con esta apariencia? ¿A dónde fue mi majestuoso cuerpo?"

El niño se giró a verme y dijo.

"A ya lo entiendo, parece que nos hemos vinculado"

"¿Vinculado?" Pregunté.

"Chico has encontrado un orbe y lo has tocado, ¿cierto?"

Asentí.

Justo cuando el chico me iba a hacer otra pregunta, mi cuerpo comenzó a doler por todas partes, sentía una sensación caliente por mis brazos, por mis venas sentía una sensación electrizante, me dolía la cabeza cómo nunca y mis ojos solo veían oscuridad.

Había oído hablar de esto, pero me pensaba que solamente sucedía a la edad de 10 años.

El despertar elemental.