Mientras Eiden se dirigía hacia el cementerio con su padre.
En una zona rural, al oeste de Midgrad...
"Auch" se quejó una voz infantil
"La próxima vez que te vea mendigando en mi territorio no acabará con una paliza, niño"
En un callejón se encontraban dos hombres, bueno, dos hombres no, un hombre y un niño de entre 7-8 años con un ojo hinchado y la nariz ensangrentada.
El niño tenía el color de cabello azul marino y unos ojos dorados que, pese a ser penetrantes y hermosos, no daban la sensación de que contuvieran ganas de vivir o ningún sentimiento en particular.
El hombre que le propinó tal paliza se llamaba Bradley.
Era un hombre musculoso que tenía cabello negro despeinado, ojos marrones y vestía unas prendas medio rotas que causaba una impresión desagradable a primera vista, también era conocido cómo el rey de los vagabundos en la zona norte de la ciudad Vanadion
El niño que se encontraba tirado en el suelo se levantó del suelo cubierto de polvo y se fue del distrito norte, donde se encontraba Bradley.
[Punto de vista de Seth]
Cuando me fui de esa parte de la ciudad no pude evitar dar un fuerte suspiro.
Ya había intentado en la zona oeste, este, sur, norte, pero, por más que intentara el resultado siempre sería el mismo, yo con la cara destrozada y teniendo que irme con el rabo entre las piernas para volver a intentarlo en otra parte.
Sinceramente, yo no quería seguir con esto, pero no podía llegar a casa sin dinero en mis manos.
Vi cuanto había recolectado en esta semana que estuve fuera de casa y me encontré con 30 monedas Goddard, no era mucho, pero, con esta cantidad, se podría alimentar a una familia pobre por al menos 1 mes.
Justo cuando iba a entrar en la barraca que desafortunadamente era mi casa.
De las 30 monedas que conseguí me guardé 8 en el bolsillo de mi pantalón viejo y agujereado.
"Con esto nos dará para una semana" pensé
Cuando abrí la puerta me recibió la imagen de un hombre gordo con el mismo color de cabello que yo golpeando sin piedad a un niño de unos 5 años de cabello negro con ojos dorados y un cuerpo tan desnutrido como el mío.
"Maldito bastardo, ¿¡Cómo te atreves a robarme mi dinero!? ¿¡Acaso no respetas a tu propio padre!?"
"¿Qué estás haciendo, padre?" Le dije con la voz más tranquila que pude reunir.
"Enseñándole modales a este pequeño cabrón"
Me giré para verlo y me lo encontré temblando de miedo, con moretones visibles por todo el cuerpo y casi inconsciente.
"¿Y bien? ¿Cuánto has recolectado?" Me preguntó esa escoria con ojos llenos de codicia.
"22 monedas Goddard"
La expresión de mi padre cambió y me dio una bofetada.
"¿¡Solo eso conseguiste recaudar pequeña mierdecilla!? Ya que Dios te dotó con esa apariencia, lo único que tenías que hacer era poner ojos de cachorro y hacer que la gente se compadezca de ti, ¡pero ni para hacer algo tan sencillo como eso sirves!" Bramó.
"Me encontré con Bradley" dije con una voz tan fría como el hielo
"Paf" se oyó
"¿¡Crees que me importa con quien te hayas encontrado?! Tu único deber es llevar dinero a esta casa y si ni eso puedes hacer no eres más que un lastre"
Me tomó un tiempo darme cuenta qué me había dado un puñetazo.
Había sucedido antes, pero, era solo cuando estaba borracho y no se controlaba.
"Lárgate de aquí y llévate a ese sucio hermano tuyo contigo, te prohíbo volver a menos que lleves contigo por lo menos 50 monedas Goddard"
Justo cuando iba a protestar noté como sus manos cambiaban a un color rojo, así que me di prisa y coloqué a mi hermano en mi espalda.
Me dirigí a una casa abandonada que estaba en la parte oeste de la ciudad.
En esa casa, tenía solamente una manta llena de polvo y suciedad, pero, podía cubrir perfectamente a mi hermano y a mí.
Coloqué a mi hermano en el suelo helado de la casa y lo cubrí con la manta.
Luego pensé que hubiera pasado si mi padre no hubiese cambiado.
Mi padre, antes de que naciera, era un respetado caballero que participó en el campo de batalla contra los asgardianos.
Pasó años y años en el campo de guerra y cuando salió de ese infierno se le concedió el derecho a formar parte de la nobleza inferior.
Conoció a una mujer llamada Stephanie que era conocida por sus poderosas ilusiones gracias a su fuerte control sobre el elemento mente, se enamoraron y me tuvieron a mí.
Cuando cumplí los dos años nació mi hermano menor, Jason, lamentablemente, durante el parto, murió mi madre.
Mi padre, devastado, poco a poco comenzó a sucumbir a los placeres carnales y a las drogas persuadido por sus "amigos".
Al cabo de 1 año, aparte de volverse una persona abusiva y narcisista, también perdió toda su fortuna y acumuló deudas con el inframundo de la capital.
Una noche tuvimos que escapar de la capital y mudarnos a los barrios bajos de la ciudad Vanadion, una ciudad que quedaba a unos 900 km de la capital.
Cuando nos llevó a mi hermano y a mí con él pensé que aún nos quería, pero, al parecer, solo nos utilizó como herramientas para tener una forma de ganar dinero sin trabajar.
Intenté dormirme, pero, al ver que no podía conciliar el sueño, me fui a dar un paseo.
Caminé y caminé hasta que me di cuenta de que estaba ya en las afueras de la ciudad.
"Debería de volver" pensé
Justo cuando iba a volver me encontré con un árbol que tenía un símbolo que nunca había visto.
Me acerqué al árbol y como aún no me había curado de la paliza de Bradley y el puñetazo de mi padre, me salpicó en la mano un poco de la sangre que chorreaba de mi frente.
Cuando puse mi mano ensangrentada en la misteriosa runa, comenzó a brillar.
De repente, unas escaleras aparecieron al lado del árbol.
"¿Eso estuvo aquí siempre?"
Me quedé mirando las escaleras polvorientas y sin pensarlo demasiado me adentré a ver que era lo que escondía.
Quien iba a pensar que esa simple acción le daría un giro tan grande a mi vida...