Cuando abrí los ojos, no me encontré con la oscuridad interminable que me acostumbré a ver.
No tenía palabras para describir mi felicidad, esa oscuridad, ese sonido que no paraba, todo eso podía pasar olvidarlo como si hubiera sido una pesadilla, cuando iba a celebrar, de mi boca salió un sonido agudo que no esperaba que escapara de mis labios.
"¡Uaahhhh!"
"¿Qué?, estoy contento, pero no creo que llegue al punto en donde llore cómo un bebé".
Estaba perdido en mis pensamientos, pero una voz me distrajo.
"Oh, señor y señora Lewis, es un bebé sano"
"¿Qué? ¿Bebé? ¿Dónde?"
Justo cuando estaba a punto de preguntarme de qué estaba hablando, un hombre gigante me cogió en brazos y…
Espera, ¿gigante?, no, no es que fuera gigante, es que yo era ridículamente pequeño como si fuera del tamaño de un… ¿Bebe?
Inmediatamente, miré mis manos, eran de un tamaño minúsculo, como si un solo toque pudiera destrozarlas.
"Mira a tu hijo Sharon"
Un hombre de constitución musculosa, cabello verde, ojos de un color negro como el carbón y mandíbula afilada, me llevo hacia una mujer de cabello negro como la obsidiana y ojos marrón caramelo, se veía agotada, pero derramó todo su esfuerzo en acurrucarme entre sus brazos y con la más cariñosa de las sonrisas me dijo.
"Mi hijo… Bienvenido al mundo"
No sabía quién era esa señora que podría tener alrededor de 30 años, pero esas palabras que me dijo… se quedaron grabadas en lo profundo de mi corazón.
No entendía lo que me decía, pero el significado no era importante, entendí el mensaje. Que tenía un nuevo hogar, inconscientemente comencé a derramar lágrimas.
Lloré por alrededor de 1 minuto hasta que me entraron ganas de dormir, pero justo antes de cerrar mis ojos y ceder ante el sueño pude ver a través de una ventana y ver un cielo tan rojo como la sangre.
"Eso... eso lo he visto en alguna parte" fueron mis pensamientos antes de caer dormido en el abrazo de mi madre.
[Punto de vista de James]
Estaba sosteniendo la mano de mi amada que se estaba esforzando por traer al mundo a quien será mi hijo.
"Ugh, Ugh"
"Vamos, Sharon, ya casi sale, solo haz un último esfuerzo" la decía para animarla
"AAAHH" con ese último grito de mi esposa dio a luz a mi hijo, mi heredero y mi sucesor.
Al principio me preocupé, ya que cuando mi bebé salió al mundo se quedó mirando al vacío, pero alrededor de 30 segundos tuvo la reacción natural de todo infante y comenzó a llorar.
Cuando lo acerque a Sharon comenzó a llorar luego de que ella acabara de decir las palabras de bienvenida que toda madre le tiene que decir a su hijo.
Luego de 1 minuto de llantos, sucumbió al sueño en el regazo de su madre que también yacía dormida, ver a los dos seres que más amaba dormidos me trajo una sensación de paz.
Hubiera permanecido más tiempo observándolos pero recordé la situación en la que nos encontrábamos, miré hacia el cielo y mi mirada cálida fue remplazada por una de seriedad total.
"Thomas" murmuré.
De las sombras salió un hombre vestido de negro con una tez pálida, cabello rojo y una venda que le tapaba los ojos.
"Si, señor" Exclamó el pelirrojo
"¿Cuánto queda para que la niebla del Niflheim consuma esta región?"
Thomas dijo con una expresión solemne: "5 días, 13 horas, 46 minutos y 34 segundos"
"Ya veo, supongo que no podremos quedarnos por mucho tiempo"
"..."
Hubo un silencio incómodo entre los dos hasta que finalmente suspiré y dije:
"¿Hay algo que quieras decir Thomas?"
"Señor, tengo curiosidad por saber qué nombre le pondrá al joven maestro"
En ese momento me quedé en blanco, había estado tan ocupado pensando en la expansión del Niflheim que me había olvidado por completo de nombrar a mi hijo.
Me puse a pensar en el nombre que iba a portar mi descendiente hasta que se me ocurrió uno que menciono mi abuelo cuando aún era un niño, un nombre que infundía miedo a los enemigos y esperanza a los aliados
"Eiden, lo llamaré Eiden"